Llévame a la Luna

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Steven se encontraba en el nuevo observador espacial que habían instalado en ciudad playa era de verdad divertido estar viendo las estrellas justo en la noche de luna llena, en especial con Peridot acompañándolo, sabía que ella extrañaba todavía el planeta hogar, aunque Steven ideaba una forma de animarla.

-sabes es extraño mirar las estrellas sin recordar cómo usar las naves de exploración-

-lo siento Peridot, aunque muchos de los humanos disfrutamos viendo esas maravillas-respondió Steven mientras dejaba de mirar por uno delos muchos telescopios que tenía el tirador

-si conocieran algo mejor, aunque debo admitir que estos aparatos están muy bien hechos, desde aquí puedo ver la base Lunar de diamante Rosa, que imagen tan más clara solo me muevo un segundo y... espera ¡Steven mira!

Peridot se apartó a un lado dejando pasar a Steven para que pudiera ver lo que ocurría, ahí Steven pudo apreciar lo que pasaba.

Cuando el chico se subió en el banco, ya que no alcanzaba a asomarse por su estatura, fue ahí cuando al poner su ojo en la mira pudo ver lo que pasaba, no lo podía creer, era el granero.

-¡Lápiz!, pensé que estaría a media galaxia de distancia.

-¡tenemos que ir Steven!-gritaba Peridot entusiasmada

Steven y Peridot no perdieron el tiempo salieron corriendo del mirador directo al templo de Cristal, buscaron al León y mediante chantaje, dándole un pescado frito, lograron subirse a su melena para que los llevara a la base lunar, solitaria y oscura.

-lo lamento León sé que te agotas con estos viajes pero no lo pediríamos si fueras necesario- le dijo Steven mientras que el León se colocaba boca arriba cansado y Steven le acariciaba su barriga.

-vamos Steven-

-espera-

Antes de abrir la puerta de la base lunar Steven hizo aparecer la burbuja para que el espacio no se los tragara al igual que hizo en aquella otra ocasión cuando fueron a la Luna con las Rubíes, dónde él y Eyeball quedaron flotando en el espacio.

Una vez que la puerta estuvo abierta, entre ambos comenzaron a rodar la burbuja a través de la superficie lunar, estuvieron varios minutos rodando hasta que por fin encontraron el granero.

Lápiz se encontraba sentada en el techo del granero tenía una mirada algo extraña mientras que se quedaba contemplando el espacio vació e infinito.

-¡Lápiz!- gritaron ambos una y otra vez.

Pasaron unos segundos antes de que Lápiz bajara la mirada a verlos, la cara que puso al verlos, fue una verdadera sorpresa, tanto que tardo varios segundos en extender sus alas y comenzar a volar lejos de ahí.

-¡vamos!-

Steven comenzó a usar la burbuja para rodarla y rebotar por la superficie lunar siguiendo a Lápiz, ya la habían perdido de vista hace tiempo pero después de unos minutos terminaron llegando a la puerta de la base lunar.

Volvieron a entrar a la puerta y después de entrar encontraron a Lápiz sentada en un rincón.

Steven deshizo la burbuja, y Peridot corrió hacia Lápiz mientras que Steven cerró la puerta otra vez.

El lugar estaba más iluminado, había luces saliendo de los bordes del piso y de los bordes del techo quizás Lápiz las había activado, no era mucha luz, pero daba la suficiente iluminación hasta para ver bien las paredes.

-qué bueno que te encontramos, desapareciste hace semanas y semanas, nos habíamos preocupado- le regañaba Peridot.

-lo lamento, el miedo me ha ganado, el poder y al furia de las diamantes serán fulminantes, será algo horrible, no estoy lista para enfrentar algo así.

-No tiene nada de que temer lápiz, mira me buscan en el planeta hogar no aquí en la tierra y no tienen forma de enterarse- les dijo Steven una vez que se acercó a ella y se sentó junto a las dos en el piso.

-no voy a mentir, durante el juicio m hicieron preguntas que al contestarlas, me dejo en dudas como mamá, logro hacer algo así, y tuve miedo ya que diamante amarillo todo el tiempo quizá pasar a la ejecución-

Ese comentario no pareció ayudar mucho, Lápiz solo se encogió más en sus pensamientos, Steven debía pensar en cómo reanimarla.

-sabes cuando estábamos en esa cueva junto a Lars y esos robots nos atacaron le die a Lars que no está mal tener miedo-le dijo Steven- todos tenemos miedo, pero siempre podemos encontrar la forma de sonreír, o hacer algo que te haga feliz, no tienes que vivir siempre huyendo y teniendo miedo, también podrías quedarte aquí, podríamos venir a visitarte.

En ese momento se escuchó un sonido familiar que Steven logro reconocer, el chico volteó a un lado para ver al León rosa sacudirse varias veces hasta que logro vomitar una bola de pelo con tanta fuerza que salió disparada de su boca y choco contra la pared antes de car al piso y a rodar hasta quedar debajo de dónde estaban las escaleras justo debajo del tapiz de diamante rosa, antiguo y solo como ese lugar, aunque el cabello que tenía diamante rosa en ese mural no se parecía al que Steven y Connie habían visto en su sueño en la base de la jungla lunar.

En eso los tres comenzaron a reírse con fuerza mientras que Steven volteó a ver el mural de diamante amarillo, ese era muy parecido a ella, luego el de diamante azul, su cabello tampoco se parecía al que diamante azul tenía y después vio que había otro mural con otra figura, de color blanco con un cabello picudo que sostenía una esfera en sus manos.

-esas son las diamantes- susurró-oye Peridot que es esa figura que está en ese mural, el que se ve más grande-

Peridot volteó a verla, por unos segundos puso una cara que parecía expresar repugnancia y al mismo tiempo intimidación.

-es diamante blanco, la líder suprema del planeta hogar-

-¿cuatro diamantes?-

-que no te habían platicado las demás sobre ella-

Steven se quedó pensando, hasta que Peridot llegó a la tierra acompañada de Lápiz y de Jaspe, jamás había escuchado nada con respecto a las diamantes.

-¿Cómo es ella?-

-la verdad no lo sé son muy pocas las gemas que se han podido acercar a ella, son gemas de alto rango, claro que están por debajo de las demás diamantes-

-no quiero interrumpir pero preferiría no hablar de las diamantes ahora, no sé a dónde ir todavía-

-podrías quedarte aquí un tiempo antes de volver la tierra siempre está abierta para ti- respondió Steven con una sonrisa.

El chico se puso de pie y comenzó a caminar hacia la bola de pelo que escupió el león para recogerla.

-debí traer una bolsa o algo para tirarla-

-por favor ¿de verdad crees que alguien más vendrá aquí?-intervino Peridot

Peridot tenía razón quizás no importara mucho dejar esa bola de pelo ahí, Steven se acercó a ella y se agachó para recogerla, el chico ya estaba acostumbrado a recoger ese tipo de cosas, así que no le daba asco.

En ese momento la mirada de Steven se fijó en algo que estaba atorado entre un borde que estaba entre el piso y la pared por dónde salían las luces, el chico se agacho y estiro la mano derecha para ver que era, el chico estiro un poco los dedos, era un objeto alargado de metal, el chico lo agarró y lo sacó del borde, era una llave plateada algo vieja con la base con forma de trébol de tres hojas.

-chicas miren esto- les dijo a Peridot y a Lápiz.

-¿Qué crees que sea?- preguntó Peridot

-es una llave-

-¿de dónde será?-

Steven instintivamente volteo a ver al León que estaba lamiéndose las patas

Steven Universe: Soldado diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora