primera y última parte.

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Veintidós de febrero de 2014.

Mire el reloj y suspire, faltaba tan solo media hora para que Louis llegue y sinceramente, no estaba nervioso por eso si no, por el gran paso que daré al preguntar lo que pienso hacer, no sé si será muy apresurado preguntarle si quisiera casarse conmigo ya que simplemente no aguanto tener que decirle novio, no lo soporto, solamente quiero que sea mi esposo, un Styles, solo eso.

Mi celular vibró haciéndome brincar leve del susto, logrando que algunas personas me miren por unos minutos y que luego siguieran con lo suyo. Metí mi mano en el bolsillo sacando el celular, para después deslizar el dedo a un lado desbloqueándolo, viendo el Whatsapp que me había mandado ni más ni menos que Louis.

Louis: ¿Dónde estás? Te extraño.

Sonreí leve al leerlo.

Harry: Es secreto, tú tranquilo ¿sí? Yo también te extraño.

Le respondí simple para empezar una pequeña conversación.

Louis: ¿Cómo que secreto? ¿Me estás engañando?

Harry: ¿Piensas que sería capaz de hacerte eso?

Louis: Nunca, confío en ti pero la pregunta es ¿Confías tú en mí?

Harry: Lou, ¿Cómo puedes preguntarme eso? Es obvio que confío en ti amor.

Louis: Mas te vale, ¿Me vendrás a buscar para la cita de hoy no?

Harry: No cielo, ira Steve por ti.

Louis: ¿Por qué no puedes venir tú? Yo quiero verte.

Harry: Yo también cielo pero es que quiero que sea sorpresa y sé que si te iba a buscar iba terminar diciéndotelo.

Louis: Esta bien, te amo Haz.

Harry: Yo también Lou.

Louis: Ya vino el auto nos vemos pronto, nos vemos bebé.

Harry: Ya tengo ganas de verte.

Y es cuando guarde el celular impaciente a que llegue Louis, impaciente para preguntarle, impaciente para escuchar su respuesta, ya quería tenerlo enfrente mío para abrazarle, besarle, demostrarle a las personas cuánto lo amo y cuánto daría por él, que era mío, solo mío y de nadie más.

Había pasado una hora y todavía no llegaba, ¿Dónde estaba? No lo sé. Y peor me ponía que no contestaba ningún mensaje, menos llamadas. Más me alarmé cuando atendió un tipo con voz desconocida para luego cortar. Estaba demasiado nervioso como para pensar claramente, mi mente solamente podía pensar en él, tratando de pensar dónde podía estar, en dónde se podía encontrar, si podía estar bien o mal.

Pensar que estaría con Steve en medio del tránsito me tranquilizaba pero ¿Por qué no contesta? ¿Habrá mucho ruido de bocinas o algo parecido? Sí, tal vez eso.

Ya dos horas habían pasado. Miré mis uñas totalmente destruidas debido a las veces que las mordí debido a los nervios y relamí mi labio nerviosamente. Lo único que pensaba era en dónde podría encontrarse Louis, si el tan solo se encontraba bien o mal. Fue en ese momento en que mi celular vibra.

Lo agarré rápidamente como un total desesperado, como si mi vida dependiera de ello y atendí esperando que sea Louis

—¿Louis?—mencioné totalmente esperanzado.

—Harry—pude escuchar a Jay hablar, o mejor dicho, sollozar.

—¿Pasa algo? ¿Está todo bien?—le pregunto con notoria preocupación.

—Louis—dijo como pudo—el—y no continúo debido a los constantes sollozos que daba logrando que me preocupe más de lo que estaba.

—¿Qué paso con Louis? ¿Él está bien?—me levanté preocupado dispuesto ya a irme del restaurante pero algo me detuvo tocándome el hombro e hizo darme vuelta.

Ahí estaba él, con mi traje favorito y su hermosa sonrisa, peinado como más me gusta. En pocas palabras se encontraba perfecto, como cada día que estaba a mi lado.

Le correspondí la sonrisa haciéndole una seña para que se siente, para luego nuevamente tomarle atención a Jay.

—Harry—escuché decir a Jay nuevamente—Louis murió, su auto choco prendiéndose fuego inmediatamente, no pudieron hacer nada.

¿Qué?

Levanté lentamente la mirada hacia la silla donde estaba sentado Louis.

Pude ver su sonrisa. La vi. Fue un segundo justo antes de que mis instintos me indicaran salir de ese lugar. Con movimientos que jamás pensé tener escapé de ese incómodo asiento del restaurante, para correr por la puerta de entrada destruyendo el fino vidrio que ésta tenía. Corrí kilómetros y kilómetros, pudieron haber sido días, pero yo no lo noté. Justo antes de que un imprudente auto me atropellara, algo me tiró contra el pavimento. Louis.

Vi nuevamente la sonrisa siniestra en su hermosa cara. Esta vez no pude salir corriendo. Esta vez quedé atrapado por sus azules ojos, esos ojos que me contenían cada vez que algo me salía mal.

Y es por eso que hoy estoy aquí, contándolo. Louis no existe más. Yo tampoco lo hago. Ambos fuimos absorbidos por el peor de los infiernos. Probablemente, luego de esto tú tampoco lo hagas. Sólo una advertencia: No intentes escapar. Siempre te encontrará.

plugi0 X

veintidós de febrero » larry stylinson {o.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora