Lexa había sufrido la desgracia de perder a sus ambos padres y a su pequeño hermano en un accidente de tránsito cuando regresaban de sus vacaciones, un viaje en el que Lexa tal vez también hubiera sufrido la misma desgracia que ellos de no haber sido por la invitación de su amiga Raven a unas vacaciones entre ellas. Lexa ya tenía 24 años y sería su primer viaje sin sus padres, y no porque fuera una niña mimada y sobre-protegida ni mucho menos, sino porque ella amaba salir de vacaciones con ellos y disfrutar de su pequeño hermano, pero esa vez creyó oportuno aceptar la invitación de su amiga y disfrutar con ella. Hoy, Lexa puede asegurar que el momento más difícil de su vida fue cuando tomó el móvil y escuchó la voz de aquella mujer diciendo < Lo siento mucho señorita, pero su familia ha sufrido un accidente > Esas tristes palabras volvían cada tanto a su mente atormentándola al igual que las de aquel doctor en la sala de espera de los quirófanos < Lo siento, hicimos todo lo posible pero no se pudo, lo siento muchísimo >
Lexa cría que nunca sería capaz de superarlo, poco más de tres meses le llevó a su amiga convencerla de salir al menos a tomar aire, había abandonado los estudios, no comía y vivía recostada en el sofá de su apartamento llorando, Raven creía que la perdería hasta antes de ese día en que luego de tantos y tantos intentos la respuesta de su amiga a su invitación a salir al fin había resultado positiva, con un simple < Bueno >.
Al salir del apartamento la fría brisa de invierno sobre su rostro la hizo llorar, pero esta vez a diferencia de las miles anteriores no era de tristeza, realmente anhelaba volver a sentir el viento en su cara, su amiga que estaba a su lado la abrazó y se echaron a caminar. Se vieron obligadas a abrir el paraguas rojo luego de unas cuadras cuando comenzó a caer una leve llovizna, su amiga había acertado con el clima y en la decisión de llevar el paraguas. Bebieron un café caliente con medialunas en un bar y Raven ya se sentía victoriosa, había logrado que Lexa saliera y comiera, ella ya había ganado. Al salir del bar le dijo que quería regresar sola a su apartamento, la latina lo dudó, preocupada por su amiga, pero ella le aseguró que estaría bien, que solo necesitaba caminar sola dejando a su cabeza ir, así que con desconfianza Raven tomó otro camino, pero no sin antes repetirle mas de 20 veces que le escribiera ni bien llegara.
La castaña de ojos verdes se echó a caminar sabiendo muy bien cual sería el destino anterior a su casa, aquel lugar al que solía ir antes del accidente, su lugar. Al llegar a la playa de su vida no se sorprendió al encontrarla solitaria, era invierno y las condiciones climáticas de ese día no eran las mejores para un día de playa, aquel Domingo 20 de Enero se encontraba cubierto bajo un manto de nubes grises que lloraban intermitentemente, al igual que ella.
Se ubicó en su lugar favorito y contempló el mar y sus olas rompiendo para llegar a acariciar la orilla. Por momentos debía abrir su paraguas ya que el clima parecía empecinado en querer que se mojaran algo más que solo sus mejillas. La tarde comenzó a caer cediéndole lentamente lugar a la noche y ella se puso de pie para volver a su solitario hogar, no solo se avecinaba la hora de los llantos sin consuelo, sino también el viento había comenzado a soplar con más furia e intensidad.
Luego de un par de metros recorridos bajo la llovizna, dejando las marcas de sus huellas sobre la arena y contemplando con la vista baja mientras lo hacía, un golpe de frente con una persona provocó que se desestabilizara y el paraguas se le resbalara de las manos. Le costó un poco reaccionar desde su posición en el suelo, pero cuando lo hizo, volteo y pudo ver la silueta de una mujer persiguiendo su paraguas, rió ante la imagen, después de tanto tiempo Lexa volvía a sonreír y casi que sus labios le agradecieron volver a disfrutar de lo bien que se sentía aquella sensación.
Después de una lucha entre el viento y la muchacha al fin ésta logró salir victoriosa y con una sonrisa se acercó hasta ella, que todavía se encontraba tumbada sobre la arena, apreciando el combate que su colisionadora había tenido segundos atrás. La joven y hermosa rubia de ojos azules le extendió la mano mientras sus labios esbozaban lo que para Lexa se convertiría en su adicción, la sonrisa de esa joven era alucinante y adornada por ese lunar que llevaba sobre su labio resultaba más que agradable para la vista. Le tendió el móvil que la joven había perdido en la arena durante el impacto y su estómago comenzó a burbujear cuando la muchacha se quitó el jersey para colocarlo sobre sus hombros al ver que ella se abrazaba a si misma y acariciaba sus brazos por el frío, ella se lo agradeció con un contacto visual intenso y una sonrisa ladera. Ambas se miraron en silencio, mirada que bastó para que un amor puro y hermoso comenzara a florecer.
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La máquina del tiempo [Clexa AU] OneShot
FanfictionSi la vida te pusiera frente a la difícil situación de volver a enamorar al amor de tu vida ¿Cómo lo harías?