Los copos caían suavemente sobre el asfalto negro, haciendo que contrastará. Estaba demasiado relajada para estar pensando en nieve. Estaba varada en una carretera al norte de Michigan. Lo peor es que en cinco horas tenía que abordar un avión hacia México, el lugar en el que vivía. Solo había venido a Estados Unidos para visitar a mis abuelos. Y ahora tenía que regresar. Pero no sabía cómo.