¿El último romance?

Prólogo.

Su nombre era Amanda y de la noche a la mañana su mundo había sido cambiado, el cabello rubio largo se convirtió en chocolate por los hombros, justo con ese corte llamado ''Bob'', hecho por ella misma, un poco disparejo, pero ahora mejor que antes, los precios para cuidarse el cabello eran asaltantes, no quería tener que volver a comprar más productos para su cabello, y mucho menos tardar tanto tiempo al peinarlo, por ende vendió su cabello que le llegaba a las nalgas.

Seguía trabajando en esa tienda, al principio fue un curso de mesero, como quería romper todo contacto con los demás su comportamiento era frió y distante, más tarde, fue el curso de Barismo, no era tan completo, pero le fascinaba tanto esa maquina de café, el resto de la gente lo hacían solo por tener un curso más, como era de esperarse ganó la competencia final, ¿su premio? un taller gratis, la cara de esta joven cuando estaba sentada en una silla junto a un montón de niñas y señoras de más de 35 años: ''El día de hoy haremos un brownie'', era la persona que estaba más en contra de ver programas de comida, cada vez que veía su Instragram evitaba ver los vídeos, y fotos que tuvieran que ver con comida o en su defecto, hacer comida. 

Por eso, es que en esta vida nunca hay que tratar de odiar algo, caes directamente en el charco que tanto evitabas.  Por consiguiente, hizo un curso de Bartender, con el fin de complementar los conocimientos. 

Se salía bastante tarde, y un chico confundió amabilidad con amor, rápidamente la encontró por sus redes sociales, por medio de un grupo de WhatsApp, no esperó mucho tiempo para decirle que le gustaba, y proponer salir juntos, a ella no le gustaban ni sus fotos de Facebook, y mucho menos su manera de ser tan directo, parecía desesperado, aún cuando éste también tenía planes para irse del país. Como era de esperarse, le dio una hermosa patada:

''A decir verdad, usted me parece una persona atractiva, salvo su desesperación por (salir y algo más), o de esa forma fue que lo entendí yo. Le agradezco que me consideré de tal manera, no tengo tiempo para desperdiciar, su personalidad extravagante me hace querer pensar en no tener novio jamás, en el caso de que usted fuera todos los hombres en el mundo, gracias por sus palabras, le voy a recomendar relajarse un poco, y que no me vuelva a escribir en la semana, tenga usted un buen día.''

Ese chico rápidamente la borro de su cuenta de Facebook, una semana más tarde ella lo pudo notar, por los acontecimientos pasados, no le importó mucho.

Como se podría decir, ''crecen tan rápido''.

°°°

  —  Entonces, cada vez que lo ves, ¿sientes algo extraño en tu cuello?

  — Exactamente.

 — Honestamente, deberías irte a hacer un eco de la tiroides.

  — Deja las tonterías.

 — Decir, que es porque te gusta, es algo sumamente tonto.

°°°

  — ¿Qué es lo que puede ver?

 — Se trata de una pequeña inflamación, según los exámenes de sangre tienes la T3 alterada, y aquí podemos ver dos nódulos. 

Desde ese momento, Amanda hacía abdominales cuando sentía las cosquillas en su cuello, con al menos 50 abdominales fue que empezó, después se hicieron 100, hasta que fue una rutina más, como levantarse a las 4 de la mañana a orinar, y cepillarse al despertar, sin esperar más tiempo, como dormir 6 horas. 

Levántate 

Es difícil predecir la veracidad de los hechos, pero digamos que la mitad de lo que sucede en la mente es verdad, o la otra mitad son ideas.

Suena la alarma, ya es demasiado tarde, una hora de camino y la tienda abrirá a las 9: 00 am, se sienten las ganas de no levantarse, inconscientemente ya me encuentro en el baño, en dos minutos, el secador esta en mi cabeza, me cepillo rápidamente, tomó el almuerzo que esta encima de la mesa, 8:30 am, solo queda salir corriendo.

Mientras revisa a ver si nada se le ha quedado, mira quien esta saliendo de la residencia, un uniforme que hace referencia a el sector de la salud, los ojos color avellanas, el cabello marrón claro, y las pecas, mentalmente le agrega un uniforme de la escuela, que esta a dos cuadras y cree recordar quien es, pero no hay tiempo para ello, no es la primera vez que le ve pasar, solo tiene en mente una cosa, <<Debo ir más rápido>>.

La parada de autobús, el chico misterioso, pasa por la parte de adelante del bus, y Amanda por la parte de atrás, ambos llegan a la puerta principal, esa expresión de reirse por tener que correr para agarrar el bus, pero:

<<¿Qué?, ¿De qué se trata esto?, no es un concurso de miradas, entra de una vez por todas Amanda, el puto bus se irá.>>

Quizás pasaron 3 paradas, ella consiguió un asiento, le veía sin que se diera cuenta, ese chico ¿De donde lo conoce?, aún no lo recuerda, pero seguro que después lo hará, ahora lo ve bajar, cuando a ella le faltan 5 paradas más.

—10 minutos tarde.

— Hoy no.

— ¿Por qué tan asustada?

— Intento recordar algo.

— Recuerda que ayer dejaste esa caja de artículos sin sacar y etiquetar.

— En seguida voy. 

Otro día cualquiera.

Quizás entre los capítulos, pasan entre 10 y 30 días, completamente inútiles.

Todo era asunto olvidado, cada día el transporte solía ponerse peor, y esta vez estaba con su hermana casi colgando de la ventana, escuchaba una voz, y al mirar de reojo, se dio cuenta de que era el chico de las pecas, y un posible amigo.

<<¿Qué es esto?>>

Tocaba su cuello, pero la sensación recorría su cuello hasta su estómago.

Podía verse el intento de dejar la miopía, ''Di...ego'', el apellido, susurraba.

Un frenazo no le permitió ver más, cuando tuvo que bajar en su parada, es la mano de su hermana que le dice que ya se tienen que bajar. Ahora sabe su nombre y luego recuerda que es solo detalle.

Su garganta no dejaba de molestar, por ende, se metió al deposito a la hora de el almuerzo:

1, 2, 3, 4 ,5, 6, 7, 8...50.

— ¿Qué crees que haces?

— Abdominales.

— Acabas de comer.

— Yo lo sé.

— Como tu compañera de trabajo te recomiendo que pares, vas a vomitar.

— Es esa sensación nuevamente.

— ¿Te duele el cuello?

— Algo como eso.

— ¿Quién es el afortunado?

— No se trata de nadie, soy solo yo.

— Abrimos en 5, apúrate.  

Ella no sabía que pasaría después, solo esperaba que los días pasaran rápidamente.