Hoy soñé con que había sanado a papá, y justo me han dicho que puedo verlo, ¡estoy feliz!
Entro emocionada a la sala, quiero decirle todo lo que he aprendido, cuantas cosas nuevas he visto.
Pero papi no parece papi, tiene muchos cables en su cuerpo y se ve muy mal.
Habla muy bajito y seca mis lágrimas con su pulgar.
Lo abrazo con cuidado y le digo cuanto lo amo, lo amo mucho.
Sostengo su mirada, no lleva sus lentillas, puedo ver el color real de sus ojos. Me gustan, aunque él los intente ocultar.
Un ojo cajé y otro color miel. Heterocromía, así he aprendido que se llama. Pronto esos colores empiezan a cristalizarse.
No, no, no.
—Tú no llores, yo te voy a sanar. Encontraré una solución a lo que tienes, lo prometo —digo en voz baja.
Él besa la mano con la que limpio sus lágrimas.
—Te amo, mi pequeña Igna. Nunca olvides eso, y ten presente que siempre serás lo mejor en mi vida, eso nunca va a cambiar pase lo que pase —Su voz es tan débil que no parece de él.
—Papi, yo... —Intento hablar pero papá me interrumpe.
—Nunca dejes de ser tú, mi cielo. Naciste para destacar. —Me dedica esa mirada de siempre, la que demuestra amor.
No me deja seguir hablando, me pide que me acueste a su lado, como siempre lo hacía cuando yo tenía miedo. Me canta aquella canción que me da sueño una y otra vez; pronto me quedo dormida.
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Igna Fritz | El sueño de una genio
Truyện NgắnLa pequeña Igna Fritz es una niña con una mente por encima del promedio, a sus escasos cinco años ha demostrado tener un coeficiente intelectual elevado; su padre, Edgar Fritz, la ha impulsado enseñándole todo lo que ha podido. El hombre es el héroe...