Capítulo VI | Me falta comprender..

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Despierto cuando los aparatos suenan, tengo miedo, ¿hice algo mal? Papá está muy quieto, sus brazos aún me tienen rodeada pero él no se mueve a pesar del ruido.

Empiezo a llorar cuando miro la pantalla a mi lado. Grito pidiendo ayuda pero nadie entra.

— ¡P-papi, despierta! —sollozo.

Pero él ya no está.

Me duele el pecho, no puedo dejar de llorar y aunque no quiero dejarlo corro hacia la puerta, ésta se abre antes de llegar a ella y las personas de blanco empiezan a revisarlo. Me observan con pesar y una mujer me saca de la sala.

Yo no puedo reaccionar.

Papá ya no está, ¿qué voy a hacer sin él?

Sigo llorando, perdí a mi héroe. Me duele, siento como si atravesaran mi pecho con algo filoso.

Duele mucho. Me hago un ovillo contra la pared.

«Es mentira, es mentira, yo lo voy a sanar», repito una y otra vez.

Pero no puedo seguir negándolo, papi me dejó, él... murió.

Igna Fritz | El sueño de una genioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora