𝑑𝑖́𝑎 𝟧

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Si tan solo se hubiera podido grabar las expresiones del cuarteto viendo a la posible pareja, hubieran ganado bastante para una serie de televisión

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Si tan solo se hubiera podido grabar las expresiones del cuarteto viendo a la posible pareja, hubieran ganado bastante para una serie de televisión. Lástima que no ocurrió.

Fell sentía que estaba siendo puesto a prueba en lo más límite en lo que sería su vida misma. Ni siquiera cuando su Papyrus era un simple bebé y estaba a su cuidado, había ocurrido semejante cosa.

Sentía como le daba un ligero tic en su cuenca derecha mientras veía consternado a sus nuevos hermanos perdidos. Estaba alucinando o de verdad estaba perdiendo la cabeza de una buena vez. Su contraparte original dio una leve mirada hacia él, sonriendo de una manera distinta. Le hacía gracia el hecho que estuviera tan irritado de una manera tan prácticamente sencilla.

—¡No se preocupen, tomaré su orden! ¡No me negare a servirles a mis clientes! —como no, el pequeño arándano salto de alegría acercándose a ellos sonriente como si no se cansara de hacerlo. Con una libreta en mano mientras sacaba una plumilla de su pañuelo azul.

Mientras tanto su hermano mayor miraba la escena con leve desinterés habitual, no le extrañaba para nada la aptitud de su hermano. Era muy amable.

—Si no cierras la boca se te meterán las moscas. —no tardo el comediante de aprovechar la oportunidad para sus característicos chistes. Fell cayó en sí finalmente, rodeando las cuencas mientras lo ignoraba.

—Vamos chicos, relájense un poco. Sé que todos queríamos ya volver a casa nye he he ~ —el de sudadera naranja río levemente cerrando las cuencas mientras daba una calada a su cigarrillo.

—¡Tsk! ¡Oye! ¡No puedes fumar aquí! —el de colmillo de oro le dio un manotazo a la mano del mayor haciendo que el cigarrillo cayera al suelo. Los tres observaron como este rodaba un poco por el suelo como si de una película de terror se tratase.

El primero de ver al responsable fue Papyrus, a pesar de su expresión relajada estaba verdaderamente sorprendido al igual que Sans chistes locos. Fell sintió la presión de las miradas sobre él reaccionando a lo que acababa de hacer. Sin duda lo había hecho por acto reflejo, sin duda no haría nada así en su vida.

—Tú... —dio drama el más alto de los tres en su voz, pero no por mucho tiempo. Relajó su cuerpo cerrando las cuencas —Nyeh. Me sorprendiste, a pesar del poco tiempo que llevas aquí, has aprendido algo.

—¡C-claro que no! —primera fase, negación.

—Yo digo lo mismo, parece que estas cambiando, pequeñín.

—¡Cállense, detesto a las personas que fuman y es todo! —fue la primera excusa que se le ocurrió mientras negaba con las manos.

—¡Chicos! —fue salvado por la campana, Blue regresó con el pedido en sus manos y se pusieron manos a la obra.

—¡Chicos! —fue salvado por la campana, Blue regresó con el pedido en sus manos y se pusieron manos a la obra

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—¡Hasta luego, vuelvan pronto! —se despidieron con las manos mientras doblaban la esquina de la calle. Había sido un día atareado. Se separó rápidamente los hermanos, el mayor con su típico hasta luego, mientras que su hermano menor estrechando manos con Sans y con Fell después de negarse al principio y ver la mirada asesina de Papyrus, con un abrazo.

Se quedaron afuera del lugar hasta que las figuras conocidas desaparecieron por la calle. Fell no se percató de aun la presencia de Sans hasta que se giró hacia su derecha.

—Welp. ¿Te vas por esta calle, no? —el de sudadera oscuras se extrañó por un momento de su aptitud, normalmente se iba por otra dirección. Sin embargo no le tomo importancia y contestó:

—Sí. —afirmo a claras y siniestras. Aun no estaba acostumbrado por completo a verse asimismo, pero más vago y callado.

Empezaron a caminar por las calles, parecían estar casi vacías si no fuera por el hecho de que algunas personas o monstruos pasaban por las aceras. Unos minutos pasaron, a casi mitad de camino Fell alzó la mirada viendo a Sans mientras caminaba a sus espaldas.

—Hey, ¿no volverás a casa esta noche?

—Heh. Si lo haré, solamente estoy acompañándote. —aquello lo desconcertó, de cierta manera se ofendió.

—¿Acaso parezco una princesa de Disney esperando ser rescatada? —el sarcasmo en su voz fue obvia, detestaba el hecho de parecer damisela en peligro.

—Heheh. No lo tomes a mal, es solo que te vi bastante nervioso desde que esa chica apareció. —cayó en cuenta sintiendo escalofríos, había olvidado eso por un momento. Dirigió la mirada hacia las vitrinas que los reflejaban.

No hubo una palabra más, hasta que volvió a hablar.

—Parecía que estaba interesada en ti. —ese comentario quedo en el aire. Ambas partes quedaron en silencio, uno de ellos estaba súper extrañado de lo que acababa de escuchar. ¿Acaso le importaba? ¿Por qué?

—Interesada en matarme del susto, quizás. —sonrío levemente ante sus propias palabras y escuchando una adorable risa de su acompañante.

¡¿Adorable?!

—Heh, tal vez. —agregó, mientras el ambiente dejaba de ser tan tenso y las pisadas eran lo único que se escuchaban en la calle hasta llegar en menos de un parpadeo a la casa de Fell.

—Aquí es. —se detuvo mirando como las luces de la casa estaban encendidas. Sans se detuvo casi al mismo tiempo contemplándola.

—Puede que no me creas, pero es muy parecida a mi casa. Aunque... Menos rústica. —comentó sonriendo viendo a otro lado, aunque bueno, él siempre sonreía.

Esto no puede ser más raro.

—Eh... Sí... Gracias. —balbuceo evitando el contacto visual. ¡¿Quién eres y qué hiciste con Fell?!

—No es nada. —parecía bastante complacido a pesar de que la caminata parecía ser más corta de lo usual ahora estando acompañado. —Nos vemos. —levantó su mano sacándola de su suéter azul, viéndolo con leve sospecha su contra-parte. —Heheh, no te preocupes. No te haré una broma esta vez. —cerró una de sus cuencas.

Estrechó su mano, sintiendo un leve calor a pesar de que su mano esquelética estuviese cubierta por un guante. Caminó hasta la entrada a paso lento por el cansancio, volteando a ver como se despedía con la mano nuevamente Sans ya a unos pasos de distancia.

Tomó la perilla de la puerta y la giró.

Bienvenido fin de semana.

Bienvenido fin de semana

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30 días de OTP! ¦  𝑘𝑢𝑠𝑡𝑎𝑟𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora