Evolved

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Me levantaría de la cama en una noche de invierno. Bajaría a la cocina, tomaría un par de vasos de agua, y contemplaría por la ventana el mundo en el que vivo. Vería los autos pasar, y a las personas correr bajo la lluvia en busca de una parada de colectivo con techo, y refugiarse en ellas para esperar al transporte que los llevaría de vuelta a sus casas. Pensaría en mis amigos, cómodos en sus camas, chateando, leyendo un libro o llorando por un amor, cuando deberían estar durmiendo para tener la energía suficiente para sufrir un día más en una prisión con celdas bien pintadas, con guardias que son verdaderos supervivientes de prisiones más viejas, erróneamente llamados maestros.

Me diría a mí mismo que, con todo eso pasando, nadie se percataría de que hay una gota menos en medio de la tormenta. A nadie le importaría que alguien poco importante escapara de sus vidas.

Me sacaría el pijama con el que desperté, me pondría un conjunto de ropa negra, y agarraría mi mochila camuflada, que ya habría preparado tiempo atrás, y me la echaría a los hombros. Dejaría mi carta de despedida pegada en la puerta, y después de las posibles ultimas caricias a mi perra, escaparía de mi casa.

Después de dos días vagando por la calle, llegaría al puerto, donde encontraría un barco que transportaría animales a Inglaterra, debido al abrupto cierre del zoológico local. Tendría poca vigilancia, y me sería difícil infiltrarme, trepando por una grúa cercana y dando un salto casi descomunal para mí desde la punta del brazo hasta la cubierta del barco. Luego, entraría por una puerta sin seguro a la sección de carga, lo que haría que me cuestionara si siquiera se molestaron en contratar guardias.

Tocaría el piso de la sección de carga justo cuando el barco zarparía, y me ocultaría detrás de la jaula donde trasladaban a la pareja de panteras negras cuando los guardias por fin empezarían a hacer su trabajo. Las panteras, a las cuales llamaría Bast y Killian para no referirme a ellas todo el viaje como Pantera y Pantera, me mirarían con curiosidad. No verían miedo en mis ojos, ni lo olerían. Porque no lo tendría. Tendría el valor para acercar mi mano al hocico de Bast, y ella simplemente me dejaría acariciar su cabeza y luego su cuello. Me ganaría su cariño, y días después el respeto de Killian.

Cuando el barco atraque, me despediría de las panteras que me habrían mantenido lejos de la locura, y saldría corriendo por la primera salida que encuentre.

Intentaría pasar desapercibido entre los ingleses, implementando mis intensos años de inglés particular para preguntar dónde había algún negocio que contratara adolescentes para trabajos de medio tiempo. Pero esa mascara se caería rápidamente, al tropezarme e insultar de la manera más argentina posible.

Cinco años después, me encontraría trabajando en el Paignton Zoo, pasando recinto por recinto para alimentar a los animales, especialmente a Killian y Bast, los cuales un día me presentarían al pequeño cachorro que llamaría T'Chaka. El seria mi protegido, y también el futuro repoblador de su especie en una reserva natural en Ecuador. Lo cuidaría con mi vida.

Un día, en el cual me sería casi imposible darle un laxante a Killian, debido a que T'Chaka estaría constantemente mordisqueando mi oreja, la vería. Pelo corto, baja estatura, y una cámara de buena calidad colgando de su cuello sobre una remera con la leyenda "The Broken are the More Evolved". Se reiría en el momento que T'Chaka me lamiera el cuello, dándome cosquillas y rindiéndome en mi deber del medicamento de su padre para jugar con él. Ella me sacaría una foto y se iría, todavía con una sonrisa. Más adelante en el día, la encontraría comiendo un cono de papas fritas, mientras miraría como los orangutanes se balancean por encima de un arroyo creado por el reciente regado de las plantas del recinto. Intentaría sorprenderla con mis conocimientos sobre dichos animales, obtenidos mediante noches enteras de lectura de libros para instruirme, y ella me respondería con datos curiosos que yo ya sabría, pero actuaría como si fuesen nuevos para mí, solo para hacerla sentir bien.

Me diría su nombre. Casey. Que bello nombre.

Ella me contaría que su pasión es la fotografía, pasión heredada de su padre, para ese entonces difunto. Se acordaría de la foto que me había tomado, y me la mostraría en la pantalla de la cámara. Y ese sería el comienzo de una conversación que nos llevaría a recorrer todo el lugar, y finalmente una invitación por mi parte a tomar un café justo enfrente del Zoo, la cual ella aceptaría. Y un año después, ella se convertiría no solo en mi compañera de trabajo, tomando fotos de mi interactuando con los animales para una campaña publicitaria, y también en mi novia. No podría pedir más.

Y, finalmente, el día llegaría.

Estaría a punto de cerrar el lugar e irme a ver Netflix con Casey en mi casa en el momento en el que escucharía un ruido extraño viniendo del recinto de las panteras. Correría hasta el lugar, y solo escucharía el llanto de T'Chaka. Me metería por la entrada corta al recinto, y me acercaría a él lentamente. Vería en la oscuridad ojos que no serían felinos, cada vez acercándose más a él ya crecido cachorro. La luz de un auto pasando revelaría un cuerpo humano, que poseería el triple de mi altura, dedos más largos, músculos súper desarrollados, y una melena impresionante. Pero estaría vestido con un pantalón naranja.

La Bestia se acercaría cada vez más a T'Chaka, y yo me pondría frente a él. Pensaré: "dije que lo protegería con mi vida". Me acuclillaría, y apoyaría mis manos sobre el piso, preparándome para mi inminente muerte. No vería miedo en mis ojos, ni lo olería. Porque no lo tendría. Se me acercaría, y respiraría sobre mi cara. Levantaría mis manos en señal de redención, apelando a su inexistente lado humano. El vería las marcas en mis brazos, y carcajearía.

El diría: "Eres diferente a los demás guardias. Regocíjate. Los rotos son los más evolucionados. Regocíjate."

La lluvia comenzaría a caer, y el desaparecería entre el sonido de las gotas golpeando el piso. Me daría la vuelta y abrazaría a T'Chaka, evitando que se acercara a los cadáveres de sus padres.

Vería los autos pasar, y a las personas correr bajo la lluvia en busca de un taxi disponible para regresar a sus casas. Pensaría en mis amigos, extrañando a aquel que se escapó en una noche de invierno, dejándoles solo una carta a sus padres.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2019 ⏰

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