Cuatro

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Hoseok se encontraba acostado en su cama, viendo por la ventana. Después de discutir con su madre hace unos días, se la pasaba en su habitación, encerrado... Triste. ¿Cómo Daehyung no le creía acerca de que podía quedar embarazado? Si una mujer puede, también un hombre. Era posible, él creía. No se rendiría en tener un bebé.

—Hoseok, pequeño, no puedes estar encerrado todo el día— Jiwoo entró a la habitación, tomando asiento en la cama de su hermano.

—Mami me castigó, noona...— hundió su rostro en la almohada —No puedo salir. No tengo ganas de salir de mi habitación.

Un ladrido se escuchó en la puerta del rizado. Era Mickey, su lindo perrito. Jiwoo sonrió.

—Ven aquí, Mickey— palmeó la cama de Hoseok.

El perro ladró nuevamente para luego subirse a la cama de un salto e ir directo con Hoseok.

—¡Mickey!— exclamó el rizado tomando al perro en sus manos, sonriendo.

El mencionado ladró, siendo abrazado y acariciado por su dueño. Este se dejaba hacer con gusto, disfrutando aquellas caricias.

»¿Los perros macho pueden embarazarse también, no?

La mayor negó con la cabeza, sonriendo por la inocencia de su hermano menor.

—Bebé, entiende que los hombres no pueden embarazarse.

Hoseok bajó la mirada hacia Mickey de nuevo, haciendo un puchero.

—P-pero yo sí creo que me pueda embarazar. ¡Papi lo prometió!

—Joder, Hoseok, no le digas así a ese hombre otra vez.

—¡Él y yo tendremos un bebé, así que puedo llamarlo como yo quiera!— espetó molesto el rizado.

—No, Hoseok, no tendrán un bebé.

—¡Sí lo tendremos, hermana! ¿Por qué no me crees?— hipó el menor, sintiendo sus ojos cristalizarse.

—Mira, cariño... Cuando seas mayor, si es que llegas a tener una esposa, ella se podrá embarazar las veces que tú quieras; si es un hombre, entonces podrán alquilar un vientre, o podrán adoptar. Pero por favor, Hobi, entiende que no puedes embarazarte. Ningún hombre, menos tú.

Las lágrimas brotaron de los ojos marrones del muchacho, abrazando más fuerte a su perro.

—D-déjame solo...

—Hoseok, debes de-

—Déjame solo con Mickey.

A Jiwoo no le quedó más que irse de la habitación. El rizado se acomodó en su cama, sin dejar de abrazar a su fiel amigo, llorando en silencio. Se sentía fatal al saber que nadie lo apoyaba.

***

—Y bien, ¿lo seguiste?

—Sí, señor Kim. Le he mandado un mensaje de texto indicando la calle y el número de casa.

—¿Investigaste acerca de él?

—Sí, su nombre es Jung Hoseok. Tiene dieciséis años, tiene una hermana mayor la cual está embarazada, y vive con su madre divorciada.

—Creo que ya sé de dónde sacó esa obsesión por embarazarse— pasó sus dedos por su barbilla, analizando cada detalle. —Gracias por la información, Jimin.

Se alejó de aquel hombre y salió del hotel, en camino a su auto lujoso. Iría a visitar a Hoseok, a su pequeño. Se sentía raro, ya que él es el tipo de hombre que sólo folla y listo. Pero con el rizado era diferente. Ese chico de ojos marrones lo había fascinado con su forma de ser. Es que, vamos, Hoseok era como un niño pequeño, alegre y curioso.

Estacionó el auto un poco lejos de la casa del rizado, para así no levantar sospechas. Bajó de su auto y acomodó su perfecto traje a la medida para luego emprender su camino a la casa de su pequeño.

En la casa Jung, Hoseok miraba por la ventana, viendo el patio principal y las demás casas alrededor. Limpiaba sus ojos cada cinco segundos, ya que no se permitía llorar más. No quería ser un niño débil.

Una piedra chocó contra la ventana, haciendo exaltar al rizado. Este bajó la mirada y sonrió feliz: Taehyung estaba arrojando piedras a su ventana. Le hizo una seña de que esperara y corrió escaleras abajo lo más silencioso posible. Escuchó a su madre y a su hermana en la cocina, lo cual le daba ventaja para abrir la puerta sin que lo escucharan. Abrió la puerta principal en silencio y pensó que había visto a un príncipe azul.

—Hola, precioso— saludó Taehyung en un murmuro.

—¡Papi!— susurró sonriendo en grande —No hagas ruido; vamos a mi habitación.

El mayor asintió y ambos corrieron escaleras arriba, en silencio.

Llegando a la habitación de Hoseok, Taehyung estampó sus labios contra los del rizado, cerrando la puerta con llave.

—Papi...—Jadeó el pequeño —Te extrañé mucho.

—Yo a ti más, princesa— plantó un beso en la frente del rizado.

—Mami me prohibió verte otra vez, papi...— Hoseok abrazó fuerte al de ojos azules —Dijo que abusaste de mí...

Los ojos del mayor se abrieron como platos al escuchar lo último.

»P-pero lo hicimos por amor, ¿verdad?— hipó el de ojos marrones.

—Claro que lo hicimos por amor, bebé— mintió, acariciando los rizos del muchachito.

—Y-y aún me sigue recordando que yo n-no me puedo embarazar— las lágrimas de Hoseok mancharon el traje de Taehyung mientras comenzaba a llorar de nuevo

El mayor se sintió mal por primera vez. El pequeño estaba tan ilusionado de que él era el único que lo apoyaba en esos momentos.

—Mi amor...— lo separó un poco de él para verlo a los ojos —Te aseguro que tendremos a ese bebé que tanto deseas, y le demostráremos a tu madre que los hombres sí se pueden embarazar.

Hoseok sorbió su nariz y frotó su ojo.

—¿Lo prometes?

Por primera vez, Taehyung sonrió sincero y dijo—: Lo prometo.

Y se abrazaron nuevamente.

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todas son puras mentiras 🎵🎶

He wants a baby •Vhope•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora