Cuando desperté, noto que Mauro no estaba a mi lado. Me preocupé y lo llamé un poco desesperada. De repente, aparece con una bandeja con el desayuno. La coloca en medio de la cama y se acuesta a mi lado.
-Buenos días princesa.- me saluda, dándome un beso en los labios.
-Hola amor, ¿dormiste bien?- le pregunté, correspondiéndole el beso.
-Sí mi niña.- me pasa una taza. –Espero que te guste este rico desayuno que te preparé.-
-¿Quieres que siga engordando más de lo que estoy?-
-Come no más.- me dijo, besando mi mejilla.
Nos pusimos a comer. A mí me preparó una taza de leche con unas tostadas con margarina y un poco de cereal. Él se preparó una taza de café, unas tostadas con mermelada de mora y un tazón enorme de cereal.
Estaba todo exquisito. Nos comimos todo.
Cuando ya eran las doce, me levanté y me fui al baño. Me di una corta ducha y me puse la bata.
Al salir, veo que la cama estaba ordenada y la pieza estaba limpia.
-Cariño, ¿tú hiciste el aseo?-
-Si amor. Quiero que descanse hoy.-
-Aw… ¿Y el almuerzo? ¿Lo hago yo?-
-No, lo haré yo.-
-Pero no quiero que te lleves todo el peso.-
-Vos tranquila. Hoy voy a ser tu Míster Músculo.-
-Jajajaja… Después del atropello.- le dije sarcástica.
-Oh… Que sos mala conmigo.- se acercó a mí, se agachó y besó mi hermosa pancita. –Hija… Tu mami es una peshada… Me trata mal la mami… Sherto bebé.-
Ahí, mi hija se empieza a mover y le tira una patadita en la boca a su padre.
-Jajajajajajajaja… Ves que mi pequeñita me defiende.- le dije riendo a más no poder.
-Mmm… Atrevida no más.- dijo sonriendo.
Llegada la tarde, después de almuerzo, Mauro guardó lo último que le faltaba para el viaje. A mí me entra la melancolía. El solo hecho de pensar que estaré sola y él tan lejos, me preocupa y, aunque no quiera demostrarlo, me asusta demasiado. Mauro me mira y ve mis ojos llorosos.
-¿Me prometes algo?- me dijo, tomando mi mano.
-¿Qué quieres que te prometa?-
-Que vas a estar tranquila… Voy a volver… Cariño, no me gusta verte así de mal.-
-Amor, no puedo. Intento, pero, tengo mucho miedo.-
-Tenés que estar tranquila. Por mí y por nuestra hija.-
-Lo intentaré, pero no te prometo nada.- le respondí, tomando su mano con ternura y besando sus labios desesperadamente. Él, me abrazó y me besó con la misma intensidad que yo. Cuando nos separamos, se dirige al closet. Saca algo, cierra el closet y se me acerca. Me pasa ese “algo”, que era un regalo y me da un besito en la nariz.
-¿Qué es?- le pregunté curiosa.
-Un regalo.- sonrió.
Abrí el sobre y me sorprendo al ver un hermoso vestido de seda negro con detalles blancos.
-¿Te gustó?- me preguntó él, al ver mi cara de sorpresa.
-Me encantó… Gracias amor.- me lancé a sus brazos.
-Qué bueno que te gustó princesa, te amo.-me besó. Luego, se apartó de mí y fue a tomar su maleta. Yo lo seguí y me dijo:
-Te voy a extrañar mucho amor.- me abrazó fuertemente y luego se arrodilló, quedando a la altura de mi guatita. –A ti también te voy a extrañar mucho hija. Cuida a tu mami cariño. Te amo.-
Comencé a llorar. Por mí, lo secuestro.
-Amor, cuídate mucho Mauro.- le dije entre sollozos.
-Tu igual Kelly, te amo y no te preocupes por mí, que estaré bien.- me da el último beso y se va.
Me fui a la habitación y lloré. Apenas se había ido y ya lo quería de vuelta. Solo espero que esta semana se pase demasiado rápido, para volver a verlo.
Tomé mi celular y llamé a mi amiga Hilary. Al tercer tono, contestó.
-¿Aló?- se escuchó del otro lado de la línea.
-Amiga, soy la Kelly.-
-Ah, hola. ¿Cómo estás?-
-Bien. Estoy sola.-
-¿Por qué? ¿Peleaste con Mauro?-
-No. Él se fue a Argentina por el campeonato.-
-Ash… Me asusté.-
-Jajaja. No te preocupes, estoy bien. ¿Puedes venir a verme?-
-Bueno. ¿Voy con alguien?-
-Sí, con las niñas.-
-Ok. Nos vemos luego.-
Al cortar, me quedé un rato pensando. Luego, me paré y me fui a la cocina a preparar la cena.
Mientras cocinaba, mi pequeña se movía en mi vientre. Yo solo sonreía. Jamás me hubiese imaginado que sería madre, y menos que sería fruto del amor que Mauro y yo nos tenemos. Parece un sueño.
Salí de la cocina, dejando el pastel en el horno, y me fui a ver un poco de televisión.
De pronto suena el timbre. Me levanto del sillón y voy a abrir la puerta. Ahí veo a mis tres hermosas amigas.
-Hola chicas… Pasen.- las abracé y las saludé a cada una con un beso en la mejilla.
-Hola amiga, ¿cómo estas?- me preguntó la Debby.
-Muy muy bien, ¿y la Selena?-
-Dijo que no vendría, porque Chapa igual viaja a Argentina y ella lo fue a dejar al aeropuerto... Estan super enamorados esos tortolitos.- me respondió la Hilary.
Hola mis amores... Hice lo que pude... Aqui está el capitulo... VOTEN Y COMENTEN... L@s quiero demasiado... Besos... Pronto.. Un nuevo Cap.
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Mi verdadero platónico
FanficEstá es la historia de una típica adolescente que pasa por ese período dónde se enamora de alguien imposible! Pero la suerte de ella puede cambiar con tan sólo doblar la esquina!