Cap. 17 Te voy a extrañar.

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Cuando desperté, noto que Mauro no estaba a mi lado. Me preocupé y lo llamé un poco desesperada. De repente, aparece con una bandeja con el desayuno. La coloca en medio de la cama y se acuesta a mi lado.

-Buenos días princesa.- me saluda, dándome un beso en los labios.

-Hola amor, ¿dormiste bien?- le pregunté, correspondiéndole el beso.

-Sí mi niña.- me pasa una taza. –Espero que te guste este rico desayuno que te preparé.-

-¿Quieres que siga engordando más de lo que estoy?-

-Come no más.- me dijo, besando mi mejilla.

Nos pusimos a comer. A mí me preparó una taza de leche con unas tostadas con margarina y un poco de cereal. Él se preparó una taza de café, unas tostadas con mermelada de mora y un tazón enorme de cereal.

Estaba todo exquisito. Nos comimos todo.

Cuando ya eran las doce, me levanté y me fui al baño. Me di una corta ducha y me puse la bata.

Al salir, veo que la cama estaba ordenada y la pieza estaba limpia.

-Cariño, ¿tú hiciste el aseo?-

-Si amor. Quiero que descanse hoy.-

-Aw… ¿Y el almuerzo? ¿Lo hago yo?-

-No, lo haré yo.-

-Pero no quiero que te lleves todo el peso.-

-Vos tranquila. Hoy voy a ser tu Míster Músculo.-

-Jajajaja… Después del atropello.- le dije sarcástica.

-Oh… Que sos mala conmigo.- se acercó a mí, se agachó y besó mi hermosa pancita. –Hija… Tu mami es una peshada… Me trata mal la mami… Sherto bebé.-

Ahí, mi hija se empieza a mover y le tira una patadita en la boca a su padre.

-Jajajajajajajaja… Ves que mi pequeñita me defiende.- le dije riendo a más no poder.

-Mmm… Atrevida no más.- dijo sonriendo.

Llegada la tarde, después de almuerzo, Mauro guardó lo último que le faltaba para el viaje. A mí me entra la melancolía. El solo hecho de pensar que estaré sola y él tan lejos, me preocupa y, aunque no quiera demostrarlo, me asusta demasiado. Mauro me mira y ve mis ojos llorosos.

-¿Me prometes algo?- me dijo, tomando mi mano.

-¿Qué quieres que te prometa?-

-Que vas a estar tranquila… Voy a volver… Cariño, no me gusta verte así de mal.-

-Amor, no puedo. Intento, pero, tengo mucho miedo.-

-Tenés que estar tranquila. Por mí y por nuestra hija.-

-Lo intentaré, pero no te prometo nada.- le respondí, tomando su mano con ternura y besando sus labios desesperadamente. Él, me abrazó y me besó con la misma intensidad que yo. Cuando nos separamos, se dirige al closet. Saca algo, cierra el closet y se me acerca. Me pasa ese “algo”, que era un regalo y me da un besito en la nariz.

-¿Qué es?- le pregunté curiosa.

-Un regalo.- sonrió.

Abrí el sobre y me sorprendo al ver un hermoso vestido de seda negro con detalles blancos.

-¿Te gustó?- me preguntó él, al ver mi cara de sorpresa.

-Me encantó… Gracias amor.- me lancé a sus brazos.

-Qué bueno que te gustó princesa, te amo.-me besó. Luego, se apartó de mí y fue a tomar su maleta. Yo lo seguí y me dijo:

-Te voy a extrañar mucho amor.- me abrazó fuertemente y luego se arrodilló, quedando a la altura de mi guatita. –A ti también te voy a extrañar mucho hija. Cuida a tu mami cariño. Te amo.-

Comencé a llorar. Por mí, lo secuestro.

-Amor, cuídate mucho Mauro.- le dije entre sollozos.

-Tu igual Kelly, te amo y no te preocupes por mí, que estaré bien.- me da el último beso y se va.

Me fui a la habitación y lloré. Apenas se había ido y ya lo quería de vuelta. Solo espero que esta semana se pase demasiado rápido, para volver a verlo.

Tomé mi celular y llamé a mi amiga Hilary. Al tercer tono, contestó.

-¿Aló?- se escuchó del otro lado de la línea.

-Amiga, soy la Kelly.-

-Ah, hola. ¿Cómo estás?-

-Bien. Estoy sola.-

-¿Por qué? ¿Peleaste con Mauro?-

-No. Él se fue a Argentina por el campeonato.-

-Ash… Me asusté.-

-Jajaja. No te preocupes, estoy bien. ¿Puedes venir a verme?-

-Bueno. ¿Voy con alguien?-

-Sí, con las niñas.-

-Ok. Nos vemos luego.-

Al cortar, me quedé un rato pensando. Luego, me paré y me fui a la cocina a preparar la cena.

Mientras cocinaba, mi pequeña se movía en mi vientre. Yo solo sonreía. Jamás me hubiese imaginado que sería madre, y menos que sería fruto del amor que Mauro y yo nos tenemos. Parece un sueño.

Salí de la cocina, dejando el pastel en el horno, y me fui a ver un poco de televisión.

De pronto suena el timbre. Me levanto del sillón y voy a abrir la puerta. Ahí veo a mis tres hermosas amigas.

-Hola chicas… Pasen.- las abracé y las saludé a cada una con un beso en la mejilla.

-Hola amiga, ¿cómo estas?- me preguntó la Debby.

-Muy muy bien, ¿y la Selena?-

-Dijo que no vendría, porque Chapa igual viaja a Argentina y ella lo fue a dejar al aeropuerto... Estan super enamorados esos tortolitos.- me respondió la Hilary.

Hola mis amores... Hice lo que pude... Aqui está el capitulo... VOTEN Y COMENTEN... L@s quiero demasiado... Besos... Pronto.. Un nuevo Cap.

Mi verdadero platónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora