*Narrador Omnisciente*
Luna está ordenando sus cosas. Aún no conoce a su compañera de cuarto y eso por algún razón no la preocupa, en el fondo sabía que podía lidiar con quien fuera a ser, o al menos iba a intentarlo.
Deja sobre la mesilla de noche el cuadro de ella y Ámbar. A continuación empieza a acomodar otras cosas, hasta que alguien toca a la puerta. Luna voltea a ver ahí estaba la rubia de ojos azules.
—Luna: Ey, pasa.
Ámbar entra con las manos detrás de ella.
—Ámbar: Tu cuarto ed hermoso.
—Luna: Dame solo unos días y será mucho más hermoso.
Ámbar se acerca a Luna y se detiene detrás de ella, comienza a besarla el cuello. Y Luna sonríe.
—Ámbar: ¿Sabed qué sería más hermoso? Tomarnos esta noche libre para ver una película de terror.
Luna voltea a ver a Ámbar y la rodea el cuello con los brazos.
—Luna: No es justo, yo quiero una película romántica.—dice haciendo puchero.
—Ámbar: Okay, aceptaría un película romántica, si me das besos y abrazos.
—Luna: ¿Unos besos como...esos?.—dice levantando el rostro para besar los labios de Ámbar. Ámbar corresponde. Su boca se llena de los labios de Luna mientras la toma por la cintura para atraerla más a su cuerpo.
En eso alguien tose. Ámbar y Luna se dejan de besar y miran hacia la puerta pero si. soltarse. Había una chica rubia en la puerta con una maleta.
—Emma: Hola. Yo soy Emma.
Luna sonríe con simpatía.
—Luna: Hola. Soy Luna y ella es Ámbar.—dice soltando a Ámbar, pero Ámbar no a ella.
Emma las mira a ambas.
—Emma: Lamento haberlas interrumpido.
—Luna: No, para nada, también es tu habitación, supongo.
—Emma: Así es.—dice arrastrando su maleta hacia dentro de la habitación —. No se preocupen por mí, pueden hacer lo que quieran, no me molesta.
Ámbar finge una sonrisa amistosa.
—Ámbar: Oh, muchas gracias por el permiso, eres tan linda.—su tono era sarcástico y Luna lo nota, por lo que le responde con un golpecito en el costado con el codo. Y Ámbar se queja. Luna la mira y sonríe.
A continuación mira a Emma.
—Luna: Mucho gusto, Emma. Y, gracias por no ser alérgica a...ya sabes.
Emma asiente con una sonrisa sin dejar de mirar a Luna, a continuación añade.
—Emma: Espera, tengo algo para ti.—abre su bolso y de ahí saca unas pulseras multicolores hechos a manos—. Mi madre hace cosas manuales y me ha dicho que debía dar esas a mi compañera de cuarto para iniciar una amistad. Estoy segura que cuando llame me preguntará por eso y querrá hablar contigo.
Luna toma las pulseras.
—Luna: Gracias, son lindas.
—Ámbar: ¿Por qué tu madre le hace pulseras a tus compañeras?.—dice Ámbar sin encontrar el sentido en eso.
—Emma: No es fácil estudiar en un país extranjero. Siempre me he visto obligada a regalar cosas a mis compañeras para que pueda unirme a sus grupos y no sentirme marginada, creo que es la costumbre.—y sonríe con timidez.
