¿Haz sentido el viento en la cara?;
¿la carretera a ciento veinte kilómetros por hora?.
―Libre ―es la palabra recitada
en esa caricia helada.
Lo lejano contempla sereno; anclado.
Lo cercano se desvanece; efímero.
Cuando busques abrigo te veré de lejos; siendo sol.
Si buscaras el río te vería de lejos; siendo nube.
Eres tan libre como yo,
es lo que me gusta de ti,
es lo que te gusta de mi,
y no voy a desvanecerme efímero.
Incluso si pudiera encumbrar bajo la lluvia,
no tardaría en derribarlo porque
llevo tanto tiempo observando colores en el cielo,
que casi no recuerdo como mantenerlo en vuelo.
¿Haz sentido mi atención en tu cara?;
he sentido tus ganas a ciento veinte kilómetros por hora.
Libre es el deseo recitado en nuestra kinésica febril.
Y la disfruto; y no la apuro porque
"esta es la mejor parte del viaje...
este es el viaje,
la mejor parte."