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Mei

Todo volvió a la normalidad, excepto por el borrado de memoria, pero eso con el tiempo se pasa.

Flor y yo cumplimos 3 meses juntas. Tres meses de locura completa. Tres meses en los que aprendí a querer a alguien.

En fin, hoy tocan clases y estoy emocionada de poder continuar con Flor a mi lado.

—Ven, cariño —me tendió su mano con ternura.

—Ahí voy —reí. Ella me hace feliz en todos los sentidos.

Caminamos en silencio hacia el colegio. Solo éramos ella y yo, en un cómodo caminar juntas, tomadas de la mano, sintiendo el aire pasar por su cabello.

Todo el tiempo que pasé en ese lugar me hizo reflexionar acerca de las personas que me rodean y del cariño que me tienen.

—¿En qué piensas? —me miró confundida.

—En nada —sonreí, mirándola como si fuera el último día junto a ella.

—¿Estás llorando? —pasó sutilmente un dedo por mi mejilla.

—¿Eh? —me tallé ambos ojos y, ciertamente, estaba llorando—. Estoy completamente feliz de tenerte conmigo.

—Qué tierna eres —me picó, haciendo que el tic apareciera.

—Cállate.

—Vaya, vaya... —una tercera voz se unió a la conversación—. Ambas son mis lesbianas favoritas.

—Lo que digas, Sakura —habló Flor.

Caminamos el resto del camino acompañadas de Sakura, quien hacía chistes y bromas muy, muy, muy, muy malas.

—Llegamos, señoritas.

—Sí.

—Qué emoción volver —alcé los brazos al aire.

Entramos a la escuela y todo estaba como lo recordaba: muchas alumnas y muy poco espacio por donde caminar.
Llegamos como pudimos al salón, nos sentamos y esperamos al maestro en turno para "presentarme" y volver a la normalidad.

—Hola, soy Mei. Un gusto conocerlos —hice una pequeña reverencia y pasé de nuevo a mi lugar.

—Se me hace extraño que todos me miren.

—Eres nueva, por eso.

—Ñee —le hice una mueca de fastidio.

Volvió a voltear su cabeza al maestro. Yo me moría de sueño y aburrimiento, así que prestaba atención a medias.
Pensaba en cosas sin importancia, y otras demasiado locas, hasta que el timbre sonó y salimos al descanso.

—Vamos a nuestro lugarcito —le susurré de manera lasciva.

—Mmm, sí —me guiñó el ojo.

Caminamos hacia el patio, hasta unas bancas que están alejadas, cerca de unos arbustos.

—Te extrañé.

—Yo también. Te necesitaba y quería tocarte y besarte.

—Después del colegio, mi amor.

Me acerqué a ella y le di un beso. Se sonrojó a más no poder.
Me correspondió, hasta tal punto de estar tocándonos mutuamente, desenfrenadas.

Se separó de forma lenta. Después de todo, hacía mucho que no nos besábamos de esa forma.

Al final del día, nos fuimos demasiado contentas de seguir juntas.

La amo mucho.

Mi novia neko [Yuri]  (REESCRITO CON IA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora