Ventilador (5)

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Luego de que el chico se fuera de la tienda a Myeong le causó algo de risa la situación, también algo de pena ya que Bambam habrá pasado vergüenza, además, se le notaba.

Ella se preguntaba cuando lo volvería a ver ya que tenía curiousidad por su persona.

Una vez que la chica acabó de trabajar regresó a casa como todos los días.

Pasaron dos días desde aquel encuentro incómodo pero gracioso con Bambam en el videoclub.

En estos momentos Myeong se encontraba en el balcón tendiendo la ropa mojada recién sacada de la lavadora.

«¿Saldrá Bambam al balcón? Que va, lo dudo mucho», pensó Myeong mientras colocaba las pinzas.

Cuando la chica acabó entró a su piso y cogió un zumo de fresa y plátano, luego regresó al balcón para tomarlo fuera ya que el tiempo estaba agradable.

Mientras lo tomaba miraba al balcón del chico por el rabillo del ojo, como si esperara a que este saliera.

De pronto la puerta del balcón de Bambam se abrió y el susodicho se asomó, pero no se dio cuenta de la presencia de la chica.

—¿Estuvo entretenida la peli? —preguntó la chica mientras escondía una risa.

Bambam abrió los ojos como platos al ver a Myeong y con rapidez regresó a dentro de su piso.

—Aish... ¿Por qué te vas? —dijo mientras miraba fijamente al balcón.

—¿No me vas a decir pervertido ni nada de eso? —Asomó sólo su cabeza al balcón y miró a Myeong con duda.

—Que va, me da igual, al fin y al cabo es mi trabajo vender esas películas —dijo con tranquilidad.

—¿Entonces todo bien? —Bambam cogió confianza y salió al balcón.

—Claro, siempre estuvo todo bien, bueno ¿Qué tal? —preguntó Myeong cambiando el tema.

—Bien, sólo que recién mi ventilador se rompió y ahora estoy pasando calor en las noches. —Dejó escapar un suspiro.

—Yo creo que tengo uno guardado, pero no sé si funciona. —Myeong se disponía a entrar al piso.

—No hace falta que te molestes. —Negó con las manos mientras tenía una sonrisa simpática en su rostro.

—Nah, entre vecinos nos ayudamos, eso mismo dijiste cuando nos ayudaste a mi amigo y a mí a recuperar mis llaves así que espera un momento. —Myeong entró en su piso.

—Vale. —La chica alcanzó a escuchar.

Myeong fue a su habitación y dicho ventilador se encontraba en una esquina del cuarto, lo cogió y se dirigió al enchufe más cercano para comprobar si funcionaba, y sí, si funciona. Debido que el ventilador era pequeño ella misma se encargó de llevárselo a Bambam.

La chica tocó la puerta del apartamento del recién mencionado y en unos segundos el susodicho le abrió.

El chico al ver a Myeong con el ventilador dejó escapar una sonrisa ligera.

—Quédatelo hasta que tengas otro ventilador —dijo Myeong.

—¿Segura de qué me lo puedo quedar? —Aceptó el ventilador.

—Sí, tómalo como si fuera un agradecimiento por la ayuda del otro día. —La chica se disponía a irse, pero antes se despidió—: Hasta otra.

—Lo cuidaré. —El chico sonrió mostrando los dientes y regresó a su piso.

Myeong contenta por su buena acción regresó a su apartamento y revisó su móvil, resulta que tenía una cantidad grande de mensajes sin sentidos de parte de su amiga Hee Sook.

[Chat]

—dfjdhgfsilg.

—idsgtroeg.

—asdsaf.

—sdsad.

—ptr.

—asdf.

—¿Qué? —respondió Myeong antes de que su amiga le siguiera petando.

—Amiga protege a amiga hasta el final ¿Verdad? —preguntó.

—¿Qué pasa?

—Verás, a Yugyeom y a mí nos invitaron a una fiesta, nos invitó un amigo suyo así que sólo habrán conocidos de él. Más o menos yo voy de jarrón y como me dijeron que si quería traer a una amiga podía pues.

—Uff ¿Cuándo es? —preguntó sin muchas ganas.

—Este domingo —contestó.

—¿Y a qué hora?

—Tenemos que estar allí a las 19:00.

—Está bien, iré a tu casa antes de esa hora.

—A esto tienes que ser puntual, no puedes venir con la hora justa.

—Okay, bueno bye.

—Ya lo iremos hablando a medida que pasen los días —respondió Hee Sook y se salió del chat. 

Myeong se acostó en el sofá y se puso a ver doramas ya que no tenía nada que hacer hasta que sonara la alarma para ir a trabajar.

Cuando se hizo la hora se preparó y se dirigió al videoclub.

[En el camino]

«Quizá hoy Bambam venga a entregar la peli. Me cayó bien ese chico», pensaba mientras caminaba.

En eso que llegó a la tienda hizo lo de siempre. A veces le resultaba aburrida su rutina ya que siempre eran las mismas cosas, nada nuevo. Siempre todo lo mismo, pero le daba algo igual, los doramas hacían que su vida fuese un poco más emocionante.

«¿Cuándo me pasarán cosas como las de los doramas..?», pensó.

Pasaban las horas y los clientes alquilaban como siempre, pero Bambam no aparecía.

«Supongo que vendrá mañana», pensó algo indiferente.

Quedaba poco tiempo para cerrar. Myeong estaba pensando en las musarañas hasta que de pronto un rostro conocido entra en el local.

—Perdón Myeong, tendría que haber venido antes. —Entregó la película.

—El videoclub aún está abierto. Puedes venir a la hora que quieras, pero no después de las 21:30 —dijo mientras revisaba que el cd estaba bien.

—Am, bueno bien.

—Hablando de la hora, quedan 5 minutos para cerrar así que si vas a coger una peli todavía tienes tiempo.

—No traigo dinero —contestó.

—Bueno pues... vale —respondió sin saber muy bien que decir.

—¿Quieres qué te espere? Te digo porque quedan cinco minutos y vivimos en el mismo sitio.

—Como quieras.

—Pues te espero. —Le sonrió.

En unos minutos Myeong cerró la tienda dejando las luces apagadas y se dirigió a su casa junto a Bambam.



Videoclub; kunpimook bhuwakulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora