Titanic [ Stony ]

Anthony Edward Stark (inicio)

El castaño abre sus ojos en un intento de asimilar lo que había escuchado ayer.

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En la mañana había decidido ir al colegio, a pesar de su fuerte dolor de pie, causado por un tropezón.

Ese día, Anthony, llegó y como todos los días, saludó a su amigo Bruce Banner, que junto con Thor estaban sentados en sus correspondientes pupitres, ya ubicados, cosa que no sorprendió a Tony ya que había llegado tarde. Se disculpó con su profesor y se sentó.

Pasando al horario de recreo, los tres amigos se pararon en uno de los pasillos de la institución, al tiempo Thor se disculpó con sus amigos para ir con una tal Jane.
Hablando de la materia que habían tenido anteriormente Bruce llegó a la conclusión de que Tony no había prestado atención en absoluto,  cosa que no dejó pasar.

–Tony, ¿te sientes bien?– cuestionó bruce– te noto algo ¿distraído?–dice achicando sus ojos, en señal de intriga. Tony, por su parte, agacha la cabeza– no te preocupes por la tarea, hoy puedes venir a mi casa y la terminamos ahí– agrega, casi preguntando–.

Tony levanta la mirada, llegando a los ojos de Bruce, sintiéndose pequeño, y dios, que esa sensación le gustaba – es que...– se quedó unos segundos mirando hacia los ojos del contrario– me dolía mucho el pie, ya sabes, me lo torcí ayer, el dolor no me dejaba concentrarme,–dijo intentando esbozar una sonrisa– y bueno...–dudó, bajando su mirada a sus pies, notando el frío en su espalda, debido a la pared detrás– me encantaría que me ayudes Bruce, hoy a la tarde voy a tu casa para terminarlo entonces, si no te molesta...– dijo apurando sus palabras para romper un poco la incomodidad del estar tan cerca.

Ellos se conocen hace mucho, por eso tienen tanta confianza, desde principios de la escuela secundaria son muy amigos y desde sus primeros años de preparatoria son un poco, un poco, más cercanos, nunca pasó de miradas cómplices u uno que otro acercamiento, así que su amistad siempre siguió.

Esa tarde al salir del colegio los dos se despidieron de Thor Odínson y se propusieron primero en ir a casa de Tony a avisar a Jarvis, su próxima ausencia.
Luego de un par de palabras cruzadas con Jarvis, su asistente personal, salió de su casa con rumbo a las de Bruce con su mejor amigo a su lado, hablando de cosas de la vida llegaron.

Al entrar fueron recibidos por una sonriente mamá de Bruce, al llegar entraron al cuarto de Bruce, y se dispusieron a hacer sus deberes.
Tirados en el suelo Bruce preguntó.

–Tony, ¿A dónde irás de vacaciones?

– aún no lo sé, Bruce... Supongo que a Francia, papá dijo eso el año pasado– respondió el castaño, levantando los hombros, en señal de "no lo sé".

–mm...–contestó Bruce–...y luego pones el... Exacto...– dijo intentando aconsejar a Tony mientras copiaba unos apuntes, cambiando un poco la conversación.– ¿Tony?, Antes de que te vallas, quiero darte algo, ¿Okay?– dice algo inseguro.

–¡okay!– responde Tony, algo exasperante.

Al cabo de unos 40 minutos transcurridos, pasando apuntes, al fin, Tony termina de entender y mira a Bruce, y, se da cuenta que que todo ese tiempo lo estuvo mirando. Incómodo, o talvez, algo nervioso, se para. Bruce copia el movimiento del menor.

–... Bruce, debo ir al baño...–, sabiendo dónde se encuentra y teniendo en cuenta la confianza, Tony va al baño sin decir más.

En el espejo nota unas pequeñas ojeras debido a que aún tenía sueño, toma un poco de agua en sus manos y moja su cara. Hace una mueca de dolor debido a su malestar en el pie.
Mientras escucha a Bruce hablando con su madre, donde ella le dice que saldrá a comprar. ignorando eso, se prepara para salir, toma la perilla, la gira y tira de ella encontrándose a un Bruce ahí, atrás de la puerta.

Extrañado, Tony mira a Bruce con intriga. Mientras que el otro lo mira serio.

–... Bruce... ¿Qué pasa?

–... ¿recuerdas que te dije que te quería dar algo?– pregunta Bruce algo sonriente.

–si, claro, ¿Me lo darás?– pregunta Tony con brillo en sus ojos, ya que no es de recibir muchos regalos que le importen realmente.

–...– Bruce queda unos segundos mirando los ojos miel de su amigo, esperó mucho tenerlo así, tan perfectamente cerca, tan para él, tan Tony... No soportó...–es que...– dijo dudando, si darlo o no, unos milísegundos pasaron y Bruce se acercó despacio, tranquilo hasta que Tony lo miró fijamente, entonces no esperó más y se acercó los pocos centimetros que los separaban y apoyó sus labios en los de su tan deseado amigo.

Unos segundos después, Tony lo separó mirandolo confundido, no enojado, sino asimilando, "¿besé a bruce? No, espera, sí. No, ¡oh por Dios!!"

Lo único que atino a hacer fue tomar sus cosas e irse, dejando a un Bruce pensativo, hasta se podía decir que el también estaba confundido.

Apenas salió de esa casa, no fue directo a la suya, porque sabía que actuaría raro, entonces decidió salir a caminar un poco. Hacía alguna plaza, pero una lejos de su zona de confort, una dónde había niños por doquier. Cuando encontró una que coincidía con sus deseos encontró, niños, juegos, una fuente y hasta una calesita, pero lo que le llamó la atención era que había, también, personas de su edad, entre esos un chico rubio, muy musculoso, y muy lindo, ¡¿Lindo?! ¿¡Qué te está pasando Stark!?

En la noche Tony decidió volver antes de las 9, porque sabía que Jarvis lo regañaria.
Tocó el timbre, y en unos cuantos segundos ya estaba adentro de su gran mansión, poniendo su tapado sobre un perchero, se adentra en la casa y no puede evitar ver a su padre hablando por teléfono en uno de los cuartos al final del pasillo más largo. Con cautela, llega a escuchar unas cuantas palabras clave

--...claro, si, si, si...-- decía Howard, afirmando a algo que le dijeron del otro lado del tubo--...no te preocupes hoy por la noche les daré la noticia... ¡Claro! ¡Les encantará!-- dijo con un poco de emoción en su habla--¿A quién no le gustan los cruceros?-- con eso y un "hasta pronto", finalizó la llamada.

Tony, además de sorprendido por la noticia, estaba algo contento, ya que fue una de las únicas veces que escuchó feliz a su padre. Hasta que recordó lo de antes, en la casa de Bruce, lo había dejado confundido, entonces se le borró la sonrisa. Y se dedicó a alejarse.

Esa misma noche su padre les comentó que esa misma tarde consiguió pasajes en un crucero, parecía muy prometedor, ya que ese barco era especial  le decían el barco de los sueños, que nunca se hundiria. Eso le daba un poco de miedo pero igualmente, Tony estaba ansioso.

Al siguiente día decidió no ir a la universidad, por varias razones, por Bruce, por el viaje y por que debía hacer unos trabajos con su padre.

Tony está seguro que sí toma estás vacaciones podrá olvidar a su estúpido problema con bruce.
Más allá de eso, no quiere negarse a contradecir a su padre el gran Howard Stark.
En el año, 1943 Tony está cumpliendo sus 20 años. Lo que le hace creer que su padre pronto le integrará a sus empresa, algo en lo que él no está de acuerdo, pero como es muy joven su padre no toma en cuenta sus decisiones.