Uno

18 3 2
                                    


Por favor, abre los ojos.

Fue lo primero que te escuché decir, justo después de presionar un par de veces el botón de la cámara frente a ti.
Me sorprendió que tú voz fuera tan grave, nunca lo había pensado así. A pesar de que había imaginado cientos de veces cómo sería mantener una conversación contigo, jamás me había preguntado cómo sería tú voz.
Me disculpé con una sonrisa y volví mi mirada hacia el lente de la cámara.
Las enormes luces blancas a tus costados me deslumbraban, sumado a eso, el flash me hizo cerrar de nuevo los ojos sin querer.
Te escuché reír. Y claro que sabía por que; debí verme ridículo al no poder hacer algo tan simple como mantener los ojos abiertos un par de segundos para una foto, No?
Bajé la mirada y me disculpé nuevamente. Al subir de nuevo la vista, ahí estabas tú, parado a un costado de la cámara con los brazos cruzados. Al principio pensé que estabas molesto, tu expresión de seriedad me decía eso, pero de a poco una sonrisa se formó en tu rostro.

Me estás complicando el trabajo, ¿sabes?

Dijiste mirándome a los ojos, seguido por una leve risita, la cual secundé.
Ya demasiado avergonzado como para mantenerte la mirada bajé la cabeza y me disculpé de nuevo, justificándome diciendo que las luces eran muy fuertes.
Todo se quedó en silencio unos segundos, hasta que escuché un par de "clicks" y las luces se apagaron.
La pequeña habitación se veía casi totalmente oscura ahora. No había ventanas, y la única fuente de iluminación era una delgada línea de luz que la puerta entrecerrada dejaba ver del pasillo.
Escuché tu voz nuevamente.

¿Así está bien o quieres que quite también el flash de la cámara?

No contesté.
No podía verte ahora, pero estoy seguro que sonreías.
Te reíste de nuevo y entonces decidí responder.

Está bien, ya entendí. Enciende las luces entonces.

No puedo negar que me molesté un poco. "¿Quién se cree para burlarse de mí?" Pensé mientras la habitación volvía a iluminarse de golpe con esas horribles luces blancas. Pero la molestia pareció esfumarse en el aire al escuchar tu voz.
Me preguntaste si estaba listo mientras me mirabas a través de la cámara. Yo tan sólo me acomodé en la silla y me concentré para no parpadear mientras te contestaba con un si.
El flash volvió a deslumbrarme, pero para cuando cerré los ojos ya habías tomado la foto.

Muy bien, en 15 minutos te las entregan.

Dijiste con una sonrisa antes de apagar las luces y abrir por completo la puerta para salir.

Esos 15 minutos me parecieron un suspiro a pesar de estar sólo en la pequeña sala de espera. Mantuve mi mente ocupada pensando en ti (vaya novedad), en tu sonrisa, tu cabello, esos rizos pelirrojos que me volvían loco; tus ojos verdes y ahora en tu voz, esa risa que me parecía ser lo más bello que habia escuchado en mucho tiempo. 
Antes de lo que imaginé estabas llegando por el pasillo con el paquete de fotos en una mano y tu celular en la otra.
Al parecer la chica que atendía la recepción había salido sin avisar y por lo tanto tú tuviste que salir a entregar las fotos personalmente.
Mientras hacías el recibo comenzaste a hablarme, supongo que para evitar que el momento fuera incómodo. Me preguntaste para qué eran las fotos y sólo contesté que me las habían pedido en la Universidad.

Oh, y ¿en qué Universidad estudias?

Continuaste preguntando con la vista fija en el papel mientras seguías escribiendo.
Respondí tratando de parecer súper casual y desinteresado, como si tuviera mejores cosas en qué pensar.
Me miraste con una sonrisa antes de responder.

Yo también estudio ahí, que curioso.

¿En serio? ¡Wow, vaya coincidencia!

La sorpresa que mostraba mi rostro era completamente falsa. Obviamente sabía eso y muchas cosas más. En realidad, sabía todo de ti, Andrew.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 23, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Abre los ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora