A G A I N

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ONE SHOT basado en la idea 98# "Insane" dedicado al especial de 22k del libro Kiribaku Inspiración, ¡Felicidades! seimeinohikaru

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Miro en silencio la habitación como si esta fuera ajena, no le encontraba sentido a nada de lo que le rodeaba, reviso a su alrededor hasta encontrar el vaso de agua que se encontraba sobre la mesa de noche que tenía aún lado. Tomo dos pastillas de un pequeño frasco naranja y las metió en su boca para luego con un sorbo de aquel vaso pasarlas por su seca garganta, "Amargo" era el sabor y la sensación que le daban esas pastillas, esas que le curaban la ansiedad, las que disfrazaban sus síntomas y que convertían su vida en la de alguien normal.

Todo era tan estático, su rutina, su forma de vestir, él lucía como una persona normal y cada mañana se veía a su espejo confundido pues aquel reflejo ya no sabía de quien era.

Hoy tenía que ir a comer con unos amigos, aquel grupo de la infancia con el cual seguía estando en contacto, esas personas trataban de llenar el hueco que había en su pecho, los únicos que podían volver su miserable vida en algo mejor. "Sonreír, hablar, reír, preocuparse, marcharse" Se mentalizo una vez más delante de aquel reflejo antes de salir de su hogar.

Al llegar al sitió observo aquellas personas, todos saludaban y sonreían mientras él se acercaba, una suave sonrisa apareció en sus labios mientras uno por uno saludaba a sus amigos, los únicos que le mantenían cuerdo.

"No estoy solo"

Esas palabras se las había repetido demasiadas veces que ya no creía en lo que significaban. Todavía recordaba aquella sensación.... estaba roto en pedazos y solo un fino hilo de color rojo unía cada pieza con cuidado dejando varios espacios pero a pesar de estos se mantenía unido, era frágil, muy frágil.

El grupo se sentó a comer mientras compartían sus anécdotas, Ashido hablaba sobre su futura boda con Sero, Kaminari hablaba sobre una chica que había conocido, Sero repetía las mismas palabras de Ashido mientras él... él solo sonreía. Una que otra historia conto sobre su trabajo el cómo le había estado yendo, también soltó una que otra broma casual y finalizo tomando su café para darle un largo sorbo. Socializar solo era un punto más dentro de la lista que se había creado para seguir una rutina, mezclarse con los demás y volver a lucir como una persona normal. La mañana se fue rápido y el desayuno termino a lo que cada uno de sus compañeros se fue cada quien por su camino mientras él seguía tomando café.

Lo que seguía en su lista era ir a pasear por el parque para luego regresar a su casa y mirar una película, prácticamente tenía que rellenar ese día libre para mañana volver a comenzar su día esta vez enfocándose en su trabajo. Laboraba desde su hogar, tal y como el doctor se lo había recomendado, hacía traducciones y transcripciones de varias páginas de internet, la paga era buena y además así podía estar más tranquilo sin que nadie le molestara demás, pues su mente aún era muy frágil.

Pago lo que había consumido y se marchó dispuesto a volver a su hogar pero cierto recuerdo le inspiro a detenerse. Frente a sus ojos estaba aquella esquina en donde su vida termino, donde todas sus piezas se derrumbaron y donde la locura le invadió, aún recordaba la luz de la ambulancia, el sonido de la sirena de la patrulla y aquel policía que solo negaba con la cabeza mientras cubría el cuerpo del amor de su vida. Esa noche lo había perdido todo.

Todavía tenía recuerdos de como el cuerpo de Bakugo Katsuki había sido aventado varios metros antes de caer contra el concreto ya sin vida. Aún recuerda como sostenía entre sus brazos el cuerpo de su amado, como la sangre manchaba sus manos y la forma en que el brillo de aquellos ojos desaparecía por completo. Aquel maldito día lo recordaba...

A G A I NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora