Después de años de estar perdida, creo que finalmente me encontré. Y luego de leer tantos artículos y posts de gente redactando sus experiencias similares, pensé, por qué no contar la mía?. Así que, aquí estoy.
Comenzaré en mi pre-adolescencia. No se preocupen, prometo no ser exhaustivamente detallista.
La primera vez que pensé sobre mi sexualidad fue a los once años. Era, claramente, otra época. Por lo tanto, era inconsciente de la existencia de la homosexualidad o bisexualidad. Más aún, de la asexualidad. Un día en clase me encontraba sentada junto a mi mejor amiga. La quería muchísimo, porque era mi mejor amiga. Pero aquel día la miré y pensé 'Y si estoy enamorada de ella?'. Era muy joven, pero ahora creo que estaba interesada en ella de una manera diferente. Era más que una amistad para mí. En aquel momento me escandalizó la idea. No era correcto, a las niñas debe gustarles los niños, y viceversa. Eliminé aquello de mi cabeza y me olvidé de ella.
Cuando tenía trece años, era (y aún soy) una gran fanática de House MD, donde conocí a la bellísima Olivia Wilde. Mi Dios, era hermosa! (Claro, lo sigue siendo.) Ya, para ese entonces, estaba más informada sobre la comunidad LGBT. Simplemente pensé 'Ey, quizás soy lesbiana!'. Otra voz en mi cabeza se encargó de recordarme mi latente interés por el sexo masculino. Había pasado un año prácticamente obsesionandome con un compañero de clase. El problema fue, que todos decían 'Se es heterosexual o se es homosexual. No hay término medio. Si sientes que estás en el medio, es sólo una etapa.' Una vez más, como estaba acostumbrada a huir de la confusión y lo desconocido, decidí quitarme esos pensamientos de la cabeza.
A la edad de catorce, tan solo un año después, mi hermana salió del clóset declarándose bisexual. Supe que lo era antes de que lo dijera durante aquella cena. Había escuchado ciertas cosas, solo tuve que atar cabos. Además, su blog lo decía todo. Para mejor, mis padres la aceptaron sin ningún problema.
Con toda aquella situación, me detuve y me pregunté '¿Cuál es mi sexualidad?'. Lo cierto es que no estaba segura, o no quería estarlo. Así que volví a huir. En aquel momento salía con chicos, tuve mi primer beso y mi primer novio, del cual no estaba realmente enamorada. Forcé sobre mí la etiqueta de heterosexual. Sentía tan poco interés, que volví a considerar la posibilidad de ser lesbiana. Si bien, gracias a esto, conocí algunas lesbianas y bisexuales online, no tuve una cita con una chica hasta que cumplí los 18. Pero hablaré de eso luego.
Cumplí 16 y ya estaba segura de que mi interés era tanto por las mujeres como por los hombres. Me susurré a mí misma 'Soy bisexual' .No sabía, y aún no sé, porque necesitaba que fuera blanco o negro. Quizás porque crecí con personas que me decían que las áreas grises no existían. Pero existen.
Tenía 16, y las chicas y chicos de esa edad querían ir un poco más lejos. Adolescencia y Educación Sexual en la escuela, sentí que todo me forzaba a tener sexo. Incluso la manera en la que me etiquetaba a mi misma. 'Bisexual.' ¿Por qué era necesario involucrar el sexo? ¿Por qué no podía ser solo amor?. Todos los chicos con los que salí en esa época querían tener sexo conmigo. Pero yo no quería. No por opción, no dije 'No voy a tener sexo'. Simplemente no sentía 'Eso' que ahora puedo reconocer como atracción sexual. Y la simple idea del sexo me aborrecía. Estaba terriblemente confundida. Quizás era muy joven, quizás crecería y "se me pasaría". Pero, para asegurarme, finalmente decidí no tener sexo hasta la edad de dieciocho. Tres años después de aquella decisión, me di cuenta de que solo buscaba una excusa que justificara la falta de sexo en mi vida.
Sin embargo, cumplí diecisiete, y seguí saliendo con diferentes chicos. Solo dos citas máximo con cada uno, para evitar la situación de "ir más lejos". Yo sabía que querían sexo, hormonas o lo que fuere, pero yo 'no podía hasta cumplir los dieciocho'. Interesante como rompí todas y cada una de mis promesas en aquel entonces, pero mantuve ésa con firmeza.
Finalmente el día llegó, cumplí dieciocho. Mi mundo se desmoronó lentamente. Pensé 'Mierda, ahora no tengo excusa. Ya no puedo prometer no tener sexo hasta los ventiuno. ¿Qué tan raro sería tener sexo con una virgen de veintiún años?' Sí, no solo pensé que algún día tendría sexo, sino que sentí que era mi obligación tenerlo. Que no sería una mujer completa, una persona completa, hasta que no tuviera sexo. Probablemente porque así la sociedad lo impuso desde siempre.
Pero, tenía dieciocho!. Así que empecé a frecuentar clubs gays. Quizás era lesbiana después de todo. Quizás la idea del pene era lo que me disgustaba tanto. Besé por primera vez a una chica a esa edad. Salí por primera vez con una chica a esa edad también, pero lo nuestro no tuvo éxito. Supongo que 7 años de diferencia de edad no fue lo más conveniente.
Lloré como una idiota por noches. Era incapaz de formar un vínculo estable con otra persona, mujer u hombre. Mi apariencia o personalidad no parecía ser problema. Fue la idea del sexo lo que me mantuvo alejada de todas las personas con las que salí. Porque sabía que en algún momento, tarde o temprano, querrían tener sexo. Y yo no. Me pedirían algo que yo no les podía dar, no importaba cuán duro intentara.
Entonces cumplí diecinueve y me rendí. Luego de golpearme a mí misma por tanto tiempo, hice algo peor: Me reprimí. Constantemente me decía 'Deja de ser tan rara, es solo sexo, no es tan importante. Haz hecho tantas cosas que no querías, que no te gustaban, que no te sentaban, cuál es la diferencia con esto?'. Me forcé a mi misma en una relación sexual. Me alegra poder decir que eso no funcionó. El quería sexo, y traté de convencerme de que yo también lo quería. Pero no lo hice. Al momento en el que posó su mano en mi entrepierna, pensé 'No! Por qué has de arruinarlo? Por qué no podemos seguir viendo televisión abrazados y besarnos cada tanto?'. No sentía el mínimo de atracción sexual hacia él. Nunca pensé en él de manera sexual, nunca. Y luego de aquella cita horriblemente fallida, me detuve a mirar mi pasado. Nunca me había sentido atraída sexualmente por nadie. Ni por mujeres ni por hombres.
Oportunamente, sabía que el término "Asexual" existía, aunque no conocía su significado. Realicé una extensa investigación en el tema y pareció encajar. Me di cuenta de que era asexual.
Pensé que algo estaba mal conmigo, que estaba rota. Intenté negar mi asexualidad, pero no duró mucho. Supongo que fue más difícil que las veces anteriores porque estaba negando lo que realmente soy. Pero luego de confirmar que simplemente era mi manera de ser, tal como los homosexuales son homosexuales, no podía dejar de pensar que moriría sola. Estúpidamente, creí que no habían muchos asexuales en mi país. Gracias a AVEN y Facebook, supe que habían bastantes.
Soy una chica, virgen (si es necesario aclarar), de 20 años. Si de etiquetas hablamos, podría decirse que soy asexual panromántica y sexo-repulsiva. Soy medianamente feliz y ya no estoy confundida.
Aún estoy "en el closet", pero saldré pronto.
Esa fue mi historia.
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Una historia asexual.
Teen FictionDespués de años de estar perdida, creo que finalmente me encontré. Y luego de leer tantos artículos y posts de gente redactando sus experiencias similares, pensé, por qué no contar la mía?. Así que, aquí estoy.