Capítulo único

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El más grande.

El más fuerte.

El más valorado.

El más buscado.

El más amado.

El mejor jugador que tenían.

El mejor.

Era uno de los abusones más llamativos de la secundaria, todos los estudiosos le tenían miedo y trataban de no acercarse mucho a él. Pero igualmente siempre había uno que rompía esa barrera que atormentaba a todos los estudiantes.

Era el único que no le tenía miedo y le miraba a los ojos cuando le hablaba, no como todos.

Miraba al peligro a la cara por mucho miedo que tuviese a recibir una paliza de los otros del mismo, y siempre las recibía.

Era un chico valiente, con sus problemas y sus tartamudeos, igual que sus problemas personales, pero realmente no era otro motivo sino la ganas de anteponerse a los ideales de su vieja escuela, la cual de toda la vida había asistido, pero ahora se había hartado del bullying hacia los nuevos y hacia su propia persona. Enfrentar a los bravucones y poder liberar a los pobres nerds que siempre eran atormentados de la misma manera o por los mismos arrogantes de siempre.

Estaba harto de que las reglas se le antepusieran a la fuerza de un superior en fuerza y jugador de fútbol americano profesional.

El en cambio... Era un Nerd rebelde.

El más pequeño de los nerds.

El más débil de los que enfrentaba.

El menos valorado por los compañeros bravucones.

El más buscado por los golpes.

El menos amado por las chicas.

El peor jugador que tenían.

El mejor recibiendo golpes.

Aguantaba bien el dolor, pero eso no les daba el derecho a golpearlo sin consideración alguna. Solía escupir sangre en la salida de la escuela, dejando ya una marca que ya se recordaba con burla hacia él. Pero no le importaba. Porque conseguiría poner al mejor de todos a sus pies sin compasión alguna.

Y todo con una apuesta en la fiesta de uno de los más adinerados de la escuela.

Casualmente mejor amigo del bravucón número uno de la maldita institución. Gruñó al ver como lo invitaban de la manera más dolorosa posible; si, le dieron una paliza y después se lo dijeron para poder reírse de él en la fiesta. Suspiró y su ritual empezó, escupió en la salida como siempre había y se colgó la maleta en los hombros de mala gana, después se dirigió a su casa.

- ¿Verdad o reto?

Bufó irritado una vez llegó a la susodicha. Mañana, viernes, era la fiesta, no podía negarse o la paliza sería mayor, por mucho que sus padres lo castigasen. Descolgó la maleta, la dejó apoyada en la pata del escritorio y se quitó la chaqueta azulada que se había llevado ese y todos los días quedando con una camiseta de tirantes blancas y se fue al baño evitando a sus padres, así como se miró al espejo quitándose la camiseta, su cuerpo escuálido, pálido y débil estaba lleno de moratones, cortes de sangre seca y... Ahora también en su espalda había una "bonita" huella del zapato del bravucón de la escuela. Suspiró.

Se apoyó en la pica con las dos manos y se miró fijamente en el reflejo del espejo frunciendo el ceño para si mismo, dejarse claras las cosas.

- muy bien, Leopold Stotch, mañana por la noche te vas a escapar de casa por la ventana si tu padre no te deja salir, vas a ir a la fiesta de los Black y le vas a dejar claro a ese don nadie pervertido que no puede contigo...- se auto-señaló en el reflejo con el ceño fruncido.

61.- Nerd (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora