A comprar (6)

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Myeong estaba ya en la calle con Bambam. El cielo estaba oscuro, sólo las farolas alumbraban la calle. Alguna que otra persona paseaba en la oscuridad de la noche.

—Bueno vamos —dijo Myeong mientras empezaba a caminar.

—Está bien. —Guardó sus manos en los bolsillos de pantalón.

Realmente podría ser incómodo ya que era una situación algo íntima y entre ellos dos no había tanta confianza. Aún así Myeong hizo lo posible para que la situación fuera un poco más cómoda.

—Bueno, ¿Qué tal? —preguntó la chica.

El chico dejó escapar una risa sin sentido ya que no había un por qué para reírse.

—¿De qué te ríes? —preguntó Myeong bastante curiosa.

—De nada, déjalo. —Negó de forma simpática y añadió—: Pues bien, tu ventilador me está funcionando muy bien.

—Ah, bueno, de nada —contestó.

—Mañana iré a comprar un ventilador. —Hizo contacto visual con la chica y le sonrió.

—Okay —contestó algo indiferente, pero seguido añadió con curiosidad—: ¿Vas ha comprar uno de mesa o uno de poner de pie?

—De poner de pie lo más seguro, pero aún no lo tengo muy claro, también depende el precio.

—Ya.

—Espero que el tiempo refresque un poco. —Suspiró y añadió—: Este calor agobia.

—Ya. Extraño ponerme ropa de invierno. —Presionó levemente los labios.

—Nah, ya queda menos, estamos casi en septiembre ya.

—Bueno, recién empezamos agosto...

—Naaaah, lo importante es que en nada ya estamos en septiembre —dijo siendo positivo.

—Bueno, en verdad sí —contestó.

Ambos pasaron el camino hablando. A medida que iban conversando la icomodidad que apareció al principio desapareció por completo.

Una vez que ambos llegaron a sus apartamentos antes de entrar en estos se despidieron.

Al día siguiente Myeong se levantó tarde ya que se había quedado hasta tarde viendo doramas así que decidió saltarse el desayuno ya que en poco tiempo sería la hora de almorzar.

La chica aprovechó el tiempo que tenía antes de comer y se metió en la ducha para quitarse el sudor, luego decidió prepararse una comida rápida.

Finalmente, cuando ya había limpiado los platos y no tenía nada que hacer cogió el móvil para hablar con Jongsuk.

Primer pitido.

Segundo pitido.

—¿Si? —contestó a través del móvil.

—Hola Jongsuk, ¿Hoy en la tarde puedes quedar? —preguntó la chica.

—No, lo siento. Hoy y mañana estaré en mi ciudad natal con unos amigos.

—No pasa nada, no te preocupes. Bueno bye —contestó con sinceridad.

—Está bien, bye. —Finalmente el chico colgó.

En un principio también se le ocurrió llamar a su amiga, pero no tenía mucho sentido ya que en pocos días se verían así que no le quedaría más remedio que quedarse en casa.

Videoclub; kunpimook bhuwakulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora