Miré a Marco, su sonrísa parecía egocéntrica y burlona.
-¿Ves? No me pueden ganar. Ni tú ni nadie. Solo son chicas que no saben jugar a fútbol. - dijo burlonamente.
- ¿Que dijiste?- miré a Marco
- lo que oiste- contestó.
De repente sonreí.
-solo eres un idiota que no sabe perder contra nosotras, las chicas. Solo eres un niño que odia perder contra las chicas. Para que lo sepas, las chicas somos iguales que vosotros, si, nos diferenciamos de otras partes, pero prácticamente somos iguales. Tenemos pulmones, riñones, indestinos, hígados, ojos, cerebros etc. Pero somos iguales, así que no vengas con esos aires por ganarnos un partido. Puede que tú hayas ganado este, pero nosotras ganaremos el siguiente.- le expliqué
- eh...yo...esto....vamos chicos, no tenemos nada que hacer aquí - dijo mientras se iba.Yo miré a mi equipo.
-lo siento por no haber llegado antes, mi mamá me dijo que limpiara- dije sonriendo mientras me rascaba la nuca.
- no pasa nada- me dijeron sonríendo.
- son el mejor equipo que podría tener - dije riendome.
Ellos también se rieron. Pasamos la tarde hablando y jugando. Miré por el rabillo del ojo y vi a Marco solo sentado, mirando hacia el suelo.
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yo también puedo jugar
Genç Kurgutodos dicen que no puedo jugar con ellos. Me dicen que nosotras no podemos jugar por ser chicas. Pues esto se ha acabado. Yo soy Clara y esta es mi historia.