Juegos recreativos y una pequeña apuesta

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  Jin y Namjoon reían divertidos recreándose mientras mordían aquel pollo.

  No debían complicarse las cosas- pensaba Nam mirándolo.

  Esos pequeños momentos que compartían eran suficientes. En los que él era la razón de su risa. Esa realidad en la que siempre serían amigos, que le golpeaba el pecho con exactitud, justo donde dolía. Pero que, aun así, lo hacía feliz.

  ¿Cómo no ser feliz con Seokjin queriendo siempre sacarle todas las sonrisas posibles?

   Debía ser feliz con ello, pues no podría aspirar a más.

  Aquella grabación se logró con fluidez. En poco tiempo, tuvieron material suficiente para darla por finalizada.

  La sala se encontraba ajetreada preparando el siguiente rodaje. Se cruzaron con Hobi y Tae, a quienes les tocaba. Nam siguió adelante sin pararse a mirarlos, para decepción de su compañero de habitación, quién esperaba como mínimo cruzar miradas con él.

  Jin se sentó en uno de los sofás de la sala, y Nam le acompañó. Sabía que existía ese tema pendiente de la cafetería, y que antes o después debería enfrentarlo. Se aclaró la garganta nervioso.

  - Jin- el nombrado atendió a su llamado sonriendo- Lo siento, pero no creo que pueda ayudarte.

  Abrió la boca sorprendido, tras unos segundos en los que parece comprendió.

  - Hablas de lo de...- miró a ambos lados, se acercó a su oreja y le susurró- ¿lo de Jimin?

  El líder asintió mirando sus manos. Sentir su aliento tan cerca solo le había provocado más nervios y los vellos de punta.

  - Creo que debo ser imparcial en ese tipo de asuntos. Probablemente solo cree más problemas el que yo intervenga de una manera u otra. Además, soy torpe en general, incluyendo las relaciones amorosas. -comentó atreviéndose a sonreír- De verdad que no sé qué os ha dado con pedirme consejo, pero probablemente mi aportación sea nula.

  Jin le dedicó una sonrisa. Estaba decepcionado, no podía negarlo. Pero entendía lo que quería decir, y si no estaba de acuerdo, lo aceptaría sin problemas. Es más, al ver su rostro, supuso que le había costado negarse a él, y que probablemente le dio más vueltas de las necesarias. Agarró su mano para llamar su atención, y le volvió a sonreír más ampliamente.

  - Estoy seguro de que lo reflexionaste minuciosamente. Gracias por preocuparte por mí Namjoon.

  Sintió el apretón en su mano como respuesta, y en vez de soltarla, aprovechó para guiarlo a algún sitio donde poder sentarse.

  Probablemente su líder no se habría dado cuenta, pero algo que dijo le llamo la atención en demasía.

  "De verdad que no sé qué os ha dado con pedirme consejo..."

  ¿Quién más acudió a él en busca de ayuda amorosa? Supuso sería algunos de los chicos, dejando cinco opciones.

  Impulsado por mera curiosidad, se obligó a estar más atentos en futuras ocasiones. Él también quería conocer ese tipo de secretos, y compartir la conmoción y las mariposas revoloteadoras fruto del enamoramiento.

  - ¿Qué harás de cenar para la mini fiesta? - preguntó Nam sacándolo de sus pensamientos.

  - ¿Qué quieres cenar?

  Los ojos le brillaron infantilmente, y Seokjin no pudo evitar una pequeña carcajada al ver una reacción tan pura en su líder.

  - ¿De verdad puedo elegir? - pregunto emocionado.

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