Bae 9

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Era un vacío tan intenso como real.
Aburrimiento incesante..
Sequedad abundante..
Tan profanante como inquietante.
Verla, al fondo, apretujada en la oscuridad, sollozando a la luna mientras se despliega de llena a nueva..
Sus lágrimas de constancia aclaraban mi vista, dilataban mis pupilas..
Captó mi atención a ratos, hasta que elevó su voz en un canto melancólico, ahí obtuvo mis sentimientos como suyos.
Carecía de lógica analizar mi sentir por aquella depresiva desconocida, al igual que escaseaba de cordura interpretar sus baladas como referencia a su necesidad de ser rescatada, como una iniciativa ante su salvación.
Mi pecho opresivo, pies en desvío, merezco decirlo, mátenme si desvarío.
Y sangré, vomité todo aquel desmadre, desahogué mis pulmones, sangré y tú bebiste.
Te volviste ebria de mi.
Palidecí y sin siquiera rozarme te sentí.
Tú iris detonó en mi garganta, asfixiaba, gustaba.
Gozaba que devoraras mi poesía lamiendo cada letra.
Humedeciendo versos, desecando estrofas.
Deleitaba iluminarte la vista rimando nuestras curvas, emparejando tu acentuación con mis esdrújulas.
Y lloré, como si del climax se tratase, lloré de ti.
Enorgullecí de tu veneno.
Visión en distorsión..
Tan cercanas al igual que en paralelos situadas.
Hagamoslo secante.
Hagámonos monosílabas

ReviviendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora