Las últimas semanas de mi vida han sido un completo desastre, cada vez las apariciones de Shawn son más persistentes e incluso más largas. Lo veo al despertar, lo veo al ir al colegio y es lo último que veo antes de ir a dormir. Me he empezado a acostumbrar a su presencia, aunque: sigue siendo molesto, sigue causando escalofríos en mí y sigue siendo el principal factor de mi nerviosismo. Sin embargo, algo en nosotros ha cambiando y no logro encontrar qué lo hace diferente a la primera vez que apareció.
Observé el reloj de mi habitación y luego enfoqué mi atención en su cuerpo acostado en mi cama. A veces me cuesta diferenciar si está aquí presente o si solamente es una aparición —la cual es nombrado como fantasma—, cuando decide que yo sea la única que pueda verlo.
—¿Estás esperando a que me desvista frente a ti? Porque eso no va suceder —dije en un tono seco.
Él arqueó las cejas y se acomodó más en la cama, colocando ambas manos detrás de la cabeza.
—No es nada que ya haya visto antes.
Abrí los ojos como plato y me acerqué muy lentamente.
—¿A qué te refieres?
Una sonrisa ladeada se apareció en su rostro y yo exploté.
—¡Me has visto desnuda! —exclamé—. Por Dios, no puedes ser más maldito —solté con molestia y di vueltas en la habitación—. ¿Cuándo? —exigí saber.
—El domingo mientras te bañabas, no quería molestar —respondió como si no importara—. Relájate, no es para tanto. No eres la primera chica que vea desnuda y no creo ser el primero que te haya visto.
—¡No será para tanto el puñetazo que te voy a dar! —grité histérica y me acerqué furiosa—. No vuelvas a hacerlo.
La sonrisa desapareció de su rostro y apareció su ceño fruncido. Retrocedí unos pasos porque nunca es bueno molestarlo. Mordí mi labio con nerviosismo y toqueteé mi cabello para intentar controlar a mis manos temblorosas.
Shawn se levantó de un impulso de la cama y, con una rapidez increíble, su cuerpo se estampó contra el mío.
—No vuelvas a decirme qué hacer, ¿entiendes? —escupió con frialdad y recorrió su dedo pulgar en mi labio inferior, haciendo que deje de morderlo.
—Lo s-siento —tartamudeé sin poder evitarlo.
—Claro que lo sientes. Recuerda que el control aquí lo tengo yo —dijo dejando mi labio, deslizando el dedo por mi mejilla hasta llegar a mi cuello, donde un gran moratón empieza a crecer.
—¿Necesitas que te lo vuelva a demostrar?
Negué con la cabeza y él sonrío. Se apartó de mi cuerpo y volvió a recostarse en la cama.
—Cuando tengas un sueño esta noche y amanezcas peor, recuerda que me provocaste.
—No es necesario...
─Oh, claro que lo es —dijo jugueteando con la foto que tenía en mi escritorio, donde Jannis y yo le sonreímos a la cámara abrazadas—. Es muy necesario.
Observé la foto, recordé perfectamente el día que la tomamos, de hecho fue un mes antes de que todo esto comenzara. Habíamos ido a tomar helado y luego dimos un paseo por todo el parque. El día estaba soleado y nunca pensé que algo tan normal como eso ahora me pareciera la cosa más loca o que me hiciera sentir terriblemente nostálgica a lo que ahora podría llamar mi vieja vida.
Han pasado muchas semanas desde la última vez que hablé con mi amiga. Desde que intenté contarle sobre Shawn no hemos vuelto a hablar, me ha evitado a toda costa y su actitud cada vez se ha vuelto más extraña. Hasta llegué a pensar que le ocurría lo mismo que a mí, pero era imposible.
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WORLD OF DEMONS
ParanormalTodo lo que se había constituido en mi mente referente al cielo y al infierno fue derrumbado con su llegada.