ARGCHI WEEK: DÍA 4 (CANCIÓN)

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A/N: El personaje de Marcos le pertenece a ZomBelGress
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MUERO DE FRÍO

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Después de las 1, la música sonó con más fuerza. Las puertas del restaurant estaban cerradas para los clientes y adentro no quedaban más que los amigos y la familia. En el escenario chiquitito, instalado al fondo y sobre una tarima, seis muchachos interpretaban con insistencia canciones de Ráfaga y Manuel no podía evitar reír sin demasiado disimulo. A su lado, Martín contestaba sus burlas con un vaso de champagne en la mano y con Sofía sentada sobre sus piernas. Daniel bailaba animadamente junto a María y a Miguel y Sebastián y Luciano, abrazados en un rincón oscuro, parecían ajenos a la pegajosa letra de Mentirosa.

— No me acordaba que en el restaurant del Marcos hubiera música en vivo —comentó Manuel comiéndose una papita frita. Martín echó una mirada despreocupada hacia su primo, que retiraba uno por uno los platos sucios de las mesas blancas.

— Siempre hubo —dice y luego añade, con sus cejas rubias arqueadas y burlonas— Solo que antes no había cumbia.

— ¿Y qué le dio al cuico de tu primo para poner cumbia? O sea, si toda la gente pituca que estuvo antes escuchara Luna, luna, lunaaaa no vuelven más.

Martín se rio jocosamente y acomodó a su hija sobre su regazo.

— Ni idea —respondió con sinceridad. — La pone para los negros de su familia.

Manuel se encogió de hombros, pero se terminó sus papas. Le convidó amorosamente algunas a su hija y después le sirvió también un poquito de su postre de limón. Su charla con Martín se mantuvo animada por el ritmo de la música y el relajo de la cena terminada y la ausencia de los desconocidos que poblaron el restaurant de Marcos con anterioridad.

Todo alrededor parecía gritar con fuerza un año nuevo más. Los chicos carcajeaban alegremente y la Sofía corría alrededor de todos con su vestido blanco al aire. Los muchachos de la banda bailaban al compás de su ritmo tropical y todavía había un olorcito delicioso que salía de la puerta negra de la cocina. Había sido una noche muy agradable. La compañía de sus amigos y de la familia era siempre bien recibida y hasta Sofía se había olvidado de dormir, bailando feliz cogida de las manos de Catalina.

Martín, en frente de él, lucía tan guapo como siempre. Con su camisa azul ajustada y sus pantalones negros, le acariciaba el dorso de la mano una y otra vez mientras se dejaba llevar, dócilmente, por una Ráfaga de Amor. Se veía sutil y brillante, agotado del baile desde hace unas horas. Lucía encantador. Manuel no se aguantó y le dejó un beso duradero en la mejilla, que Martín respondió con un tierno roce de labios en su dorso frío.

— Tortolitos —dijo alguien de repente. Era Daniel, con su cara morena sudada y su pelo húmedo, pero con una sonrisa grande e imborrable. Martín le invitó a sentarse a su lado y Manuel le alcanzó un vaso con coca cola que él se bebió como si no hubiese tomado nada en días.

— ¿Qué onda, Dani? ¿Te cansaste de bailar? —Martín preguntó, cruzando las piernas, pero Daniel negó inmediatamente. Levantó las manos y respondió con su típica mueca de niño chico, pícaro y burlesco.

— ¿Saben dónde está Marcos? Lo espero y lo espero, pero no vuelve nunca.

Martín se echó a reír, negando con la cabeza. Manuel, en cambio, miró hacia otro lado, entreteniendo sus ojos con la imagen de su hija junto a Catalina, todavía moviéndose dulcemente ambas.

— En la cocina debe estar, pero, che, dejá de tomar. Te tomaste el fernet entero.

Daniel negó con la cabeza.

Con el Correr del Tiempo || ArgChi || [Múltiples Universos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora