Este era uno de los momentos donde desearía sentarme en medio de mi madre y Frank con una copa de vodka o una cerveza y burlarnos de nuestros patéticos días.
Eran pocas las veces que solíamos hacer ese tipo de cosas pero, justo en estos momentos no podía desear otra cosa.
Las gemelas bajaron corriendo las escaleras mientras que Lott la mayor hacia gestos ante el comportamiento de las niñas sintiéndose ya todo un adulto.
Me era imposible no reír ante situaciones como esta.
Mientras escuchaba el TIC TAC del reloj mis nervios lograban hacer un escándalo en mi interior. Mis manos sudaban a mares y mi garganta comenzaba a cerrarse. Lott tocó suavemente mi hombro y me sonrió a medias. Yo sabia que a ella esto del compromiso no le agradaba , y podía jurar que a mi tampoco.
Escuché el golpeteo de unos tacones acercarse a la puerta, no había notado cuan profundo era el silencio que albergaba en la casa hasta ese momento. Acto seguido retumbo el DING DONG del timbre.
Bien. Este es el momento perfecto para fingir mi muerte.
¡PUM PUM PUM PUM!
Bien corazón, lo estas haciendo bien. Más rápido. Tengamos un infarto y libremonos de esto un tiempo más.
Bien , bien. Gracias por tu ayuda. Me encantaría matarte con el sarcasmo de mis palabras.
Este era uno de los momentos donde me arrepentía profundamente de nunca usar calcetas, posiblemente mis pies estaban apunto de a hogarse dentro de los zapatos. Estúpidos nervios.
Mamá se acercó a mi y dió un corto beso sobre mi mejilla y se dirigió a la puerta mostrando su blanca dentadura.
- Joanna. Querida como siempre un gusto verte.- Patético. Patético.
-Lo mismo digo querida.- Por Dios ¿esto no podía ser más estúpido?. Carajo William deja de pensar , eres tan brillante que puedes hacerlo en voz alta.
-Pero que guapo luces hoy William.- Su sonrisa era ladina y podría jurar que hasta un poco gatuna. Tenia ese tétrico efecto en mi siempre que dejaba ver su dentadura compuesta por dientes realmente deslumbrantes y 2 pares de colmillos largos y afilados, sin mencionar lo perturbador que resultaba verla achinar los ojos y las arrugas que se formaban en las comisuras. No era nada más ni nada menos que Alice. La madre de Soph.
-Alice tu me haz dejado sin palabras. Magnifica como siempre.- Realice una pequeña reverencia. A pesar de que ella me aterraba no podía dejar de ser un caballero.
Y así se dieron más platicas entre los miembros de ambas familias tocando temas inclusive duros para nosotros los Tomlison como lo es hablar de Félicite. No he hablado nada de ella quizá después lo haga.
Soph venia acompañada de Arthur su padre, la terrorífica de su madre y sus dos hermanos menores Johan y Michaell. Ellos dos eran las personas más agradables de la familia Brokem tal vez por el hecho de ser niños y no estar sucios de tanta mierda como nosotros los grandes.
Puedo jurar que fueron las horas más largas de mi vida. La comida me pareció la más insípida y porque no decirlo repulsiva. Tenia un sabor amargo en los labios y podía sentir las gotas de sudor correr por mi espalda y aterrizar en mi trasero.
-Bien William todos sabemos el porque estamos reunidos aquí. La cena estuvo deliciosa por cierto. Pero dime muchacho no crees que ya es momento de , ya sabes, hacer esto , más "mm" formal. -