Triángulos Negros (Breddy Meyva)

Capítulo 6

Bryan

Esta noche decidí tomar el turno nocturno,  he oído que la mayoría de las personas que quieren o necesitan algo de nuestro territorio, suelen venir a buscarlo en este horario y quiero asegurarme de que ninguno salga vivo de aquí.

Camino arrastrando los pies entre el pasto mientras miro el suelo, todo es tranquilo,  hasta que un fuerte ruido  me hace estremecer, me giro intentando encontrar la procedencia del ruido, miro una sombra y lentamente me acerco tratando de no llamar la atención.

Es una persona, podria ser parte de nosotros, al ver su cuello noto que no hay ningún tatuaje o marca en el.

-— Mira qué tenemos aquí — digo sonriendo -— ¿Qué haces por aquí pequeño? — él gira sobre sus pies y me mira con sus ojos llenos de tristeza.

Tiene el cabello rizado y largo, ojos color café, comunes y corrientes.

— Yo... -— empieza a hablar pero se calla.

Lo empujó haciendo que caiga sobre su espalda, me mira con temor y yo le apuntó con el arma en la cabeza 

— Dije qué.... —  miro sus ojos y siento como una extraña cosquillita aparece en mi estomago  — ¿De dónde vienes? — digo con vos suave.

Me mira confuso y susurra.

— Tigres salvajes

No despego mis ojos de su rostro analizando cada milímetro de el.

— ¿Qué mierda haces aquí? — digo con voz dura.

— Mi.. ma-ma — tartamudea y muevo ma pistola motivandolo a seguir — Está muy enferma, necesito Jengibre para ayudarla. — dice casi inaudible.

Miro sus ojos y bajo el arma.

— Toma todo lo que necesites y vete — tomo su mano sintiendo una corriente recorrer mi cuerpo mientras lo ayudo a levantarse  — ¡Rápido!

El, con las manos temblorosas empieza a tomar todo lo que necesita.

Después varios minutos en silencio comienzo a hablar.

— ¿Cómo te llamas?

— Alfredo — susurra sin mirarme — ¿Y tú? — sé que en realidad no le interesa, pero supongo que quiere ser amable con la persona que le acaba perdonar la vida.

— Kevin — respondo seco.

Me mira.

— Gr-gracias — dice con el jengibre en sus manos.

— Espero tú mamá se recupere —sonrie leve — ahora vete, no quiero que alguien más te vea.

Asiente y se pierde en la oscuridad.

Suspiro y miró a mi alrededor para asegurarme de que nadie nos haya visto. Me acuesto mirando el cielo lleno de estrella,  pensando en lo que acaba de pasar.

Camino por la calle junto a mi mamá para recibir a nuestros nuevos vecinos, mi madre a dicho que ellos tienen un hijo de mi edad y creo que me vendría bien un amigo con quién jugar. Mi madre hizo un Pay de elote para ellos y espero que nos inviten a comer.

Mi madre toca la puerta y un niño con ojos cafés y cabello rizado abre la puerta.

— Hola — dice sonriendonos

— Hola, ¿Esta tú mamá? — habla mi mamá y yo me escondo atrás de sus piernas.

— ¡MAMÁ! — grita y me mira — ¿Tú qué haces allá atrás? — dice y me sonrojo.

— Freddy, ya te dije que tú no abras la puerta — llega la que creo que es su mamá y nos sonríe — Hola, mucho gusto.

— Hola, soy la señora Mouque y queríamos darles la bienvenida con este Pay que mi hijo y yo hemos preparado — mi mamá le entrega el Pay

— Oh, muchas gracias, pero adelante, pasen — sonríe y se hace a un lado para que entremos

Mi mamá y yo entramos, el niño aún me mira sonriendo.

— ¿Tú hijo sabe hablar? — dice jalando el vestido de mi madre para que lo mire.

Mi mamá ríe y asiente.

— Bryan, ¿Por qué no vas a jugar con... — mira al niño

— Soy Freddy

— con Freddy? — miro a mi mamá y asiento.

Freddy me lleva a su cuarto y va a uno de sus muebles.

— ¿Te gustan los soldados? — pregunta y voltea a verme.

Asiento

— Que bueno, mi papá me trajo estos hace poquito — vuelve conmigo y se sienta en el piso — podemos jugar si quieres — me siento a su lado — no hablas mucho, ¿Verdad? — río — bueno, toma — me da uno de sus soldados — el empieza a jugar y después de un rato me mira — Niño, no podemos jugar si no hablas.

— Me llamo, Bryan

Sonríe.

— Yo soy Freddy, creo que tú y yo seremos buenos amigos.

Sonrió y empezamos a jugar.