«El chico más popular de su clase, Choi YoungJae, decide ayudar a formar parejas con la ayuda de su mejor amigo, Lim JaeBeom, para el día de San Valentin.»
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YoungJae saltó a la mesa que compartía con JaeBeom y JinYoung, éste último no se encontraba y menos mal, porque no quería que se enterase de lo que tenía bajo la manga.
JaeBeom estaba copiando la tarea que se le había olvidado hace durante la noche. ¿La razón para no hacerla cuando debía? Se había quedado hablando por teléfono con YoungJae y quiso concentrarse por completo en su conversación en lugar de su tarea. Escuchó el peso del chico caer en la silla a su lado y se apresuró a recoger todo.
—Ay hyung —YoungJae se decepcionó por completo—, no me digas que olvidaste hacer tu tarea de nuevo.
—Entonces, no me llames justo por hacer todo lo que tengo retrasado. —eso había sonado más duro de lo que quiso— Puedes hacerlo antes o después.
YoungJae río mientras agachaba la cabeza por el mal intento de JaeBeom de arreglar su error. Es que... ¡No podía evitarlo! Siempre en los momentos inoportunos se le ocurría los mejores temas de conversación y a pesar de tener muchos amigos JaeBeom era el único con el que se sentía cómodo compartiendo sus ocurrencias. Pero luego se preocupaba por ello.
—¡Lo siento! —dijo encogiéndose de hombros.
JaeBeom dejó de mirarlo para ver hacia la mesa, porque su sonrisa de perdón le apuñalaba un poco el pecho y prefería evitar esa sensación.
—¿Qué quieres? —preguntó al fin escuchó como el chico arreglaba su silla para colocarla en frente de ella y no le quedó de otra que observarlo. Llevaba una sudadera azul oscuro y un beanie rojo en su cabello dorado, lucía muy lindo. YoungJae escogió esas prendas debido a que a lo han alabado por ellas diciéndole que lo hacía ver mucho más bonito de lo que ya era— Te veo muy contento, no suele significar nada bueno.
—A veces eres tan malo. —respondió rodandolos ojos, luego se enderezó para por fin decir lo que tanto se estaba aguantado— Estaba en el club de canto y el maestro faltó así que decidimos jugar algo para pasar las horas y no aburrirnos. ¡Fue muy divertido! —exclamó con entusiasmo— Gané todas las rondas de pato, pato, ganso. ¡Pero eso no fue lo mejor!
—¿Y qué lo fue? —cuestionó solo por hacerlo, no le interesaba ni un poco la conversación del chico pero al menos se esforzaba por lucir atento.
YoungJae miró a su alrededor y luego se inclinó hacia JaeBeom.
—¡Jugamos verdad o reto! —el corazón se le detuvo por un segundo, literal, hasta el aire desapareció por tres— Pero, no me gustó. Me estaban pidiendo besar a casi todo el salón y decidí no jugar con ellos. —no, tranquilos, JaeBeom podía respirar de nuevo.
—Que mal. —estaba contento, en realidad— ¿Y que pasó?
—Bueno, me senté en una silla lejos y me di cuenta de muchísimas cosas, hyung.
