El sacrificio de Ichimaru ¿Zero o Roxanne? La decisión de Grimmjow

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Capítulo 48 El sacrificio de Ichimaru ¿Zero o Roxanne? La decisión de Grimmjow.


En ese momento, todos se encontraban mirando hacia el cielo, en donde estaba Aizen, y junto a él un hombre que estaba deteniendo su acción. Era evidente que cualquiera de ellos lo habría hecho para que no eliminaran a Matsumoto, pero nadie se imaginó que fuera justamente su mano derecha el que lo estaba traicionando.

—Sin duda he predicho todo lo que iban a hacer, pero esto sí que no me lo esperaba para nada, Gin—aseguró el de cabellos castaños, quien aún estaba sujeto por el agarre del ex shinigami de sonrisa zorruna.

—Bueno, la verdad es que las historias de terror me agradan mucho, pero creo que hay que ponerle un fin a todo esto ¿no lo crees Sousuke? —preguntó el de cabellos blancos, abriendo sus ojos.

—Pensé que tus historias de terror terminaban con una gran masacre, incluso de la princesa—dijo el de cabellos castaños, refiriéndose a Matsumoto.

—Lo siento mucho, pero no tengo la más mínima intención de arriesgar la vida de Rangiku—aclaró el ex shinigami, utilizando su reatsu para encarcelar en una especia de jaula de luz a Aizen.

—Sabes que esto no es suficiente para acabarme, Gin—aseguró el de ojos cafés, quien estaba concentrando su poder para lograr escapar de su cautiverio.

—Estoy completamente consciente de eso Aizen, pero si me da tiempo para hacer algo de terminar con este cuento—aseguró el de cabellos blancos, dirigiéndose a centímetros del rostro de Rangiku, quien se encontraba sorprendida al ver a la persona que siempre había amado en frente de ella, besándola como jamás se lo imaginó.

—Lo siento Rangiku, pero creo que aquella vez debiste sujetarme con más fuerza—susurró el de eterna sonrisa dándole la espalda a la teniente de Hitsugaya.

—No me hagas esto ahora Gin ¡¡no puedes hacer eso!! ¡¡No me dejes sola!!—exclamó la de cabellos naranjos, estirando uno de sus brazos para poder alcanzarlo, pero ya era tarde. Gin estaba frente a Aizen, listo para acabarlo y sin intención de dar un pie atrás.

Ambos ex shinigamis estaban frente a frente. Uno de ellos aún se encontraba encerrado en aquella jaula de luz que Gin había convocado.

—Bueno Sousuke, es hora de terminar con la historia de terror—acotó el de cabellos blancos, sacando a Shinsou para atacar al de cabellos castaños.

—Tú no puedes ganarme Gin, y lo sabes muy bien—aclaró el de ojos cafés, que estaba completamente seguro de que podría salir como si nada de aquella jaula, sin embargo algo no estaba funcionando.

Aizen quería salir de su cautiverio, pero era inútil para él, no podía usar su reatsu y no encontraba una justificación a aquello. Fue en aquel minuto que Aizen por primera vez desde que se había revelado a la Sociedad de Almas mostraba una cara de terror que nadie podía describir. Esta se incrementó más cuando pudo percatarse de que su amigo Ichimaru estaba riendo prácticamente como un sádico.

— ¿No puedes usar tus poderes, Sousuke? —preguntó sarcásticamente el de cabellos blancos.

—Tu ¡¡qué demonios me hiciste!!—gritó enojado el de ojos cafés.

—Darte a probar de tu propia medicina—contestó el de la sonrisa zorruna, mostrando aquel libro que el mismo Aizen había utilizado para que Roxanne se convirtiera en el Zero Absoluto.

— ¿Acaso utilizaste eso? —preguntó furioso el de cabellos castaños.

—Empecé a pensar por qué estabas tan obsesionado con el hecho de crear al Zero Absoluto y me di cuenta de que este libro tenía la respuesta. Al parecer en una de las batallas perdiste tu poder y era por esa razón que no luchabas. Me di cuenta de aquello cuando dejaste que Grimmjow salvara a Roxanne de convertirse en el Zero, siendo que tú lo que más ansiabas en ese momento era aquello. La verdad es que en la prisión logré atar muchos cabos sueltos y terminé por deducir que no tienes el suficiente reatsu y que necesitabas que Roxanne se convirtiera en el Zero para después asesinarla y quedarte tú con todo ese inmenso poder sin tener que sacrificar tu vida—comentó el de cabellos blancos para luego seguir—Pero al parecer no te diste cuenta de que en este mismo libro aparece lo que puede acabarte. Pensé que, si querías tener el poder de Zero, utilizaste la técnica que aquí se explica para poder recibir esos poderes. Para eso, tenías que disminuir tu energía espiritual al mínimo por unos días, y por lo que veo aún estamos en ese plazo, así que ahora te eliminaré—aseguró el amigo de Matsumoto.

La domadora de panterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora