Sin darse cuenta la tormenta había pasado, la historia de Aquilo devoro el tiempo para aquellos que la escucharon.-Y esa es la historia, mi historia, espero que sepan valorar lo que acaba de salir de mis labios, nunca nadie ha conocido esta historia y espero que así siga.
Las palabras de Aquilo suenan más a una advertencia que a un consejo, da el último trago a su botella antes de levantarse.
-Necesito un último favor mi Señora. -Dice Aquilo antes de irse.
-Eso depende del favor muchacho -Exclama la Señora pirata.
-Necesito que me lleve al lugar donde murió Davy Jones, si lo hace serviré en su nombre hasta entonces y después de eso nunca más me volverán a ver, ¿tenemos un trato mi señora?
-De acuerdo muchacho tenemos un trato, ahora ustedes dos lárguense, que mañana zarparemos hacia la isla naufragio.
Los dos piratas dejan el camarote para volver a sus puestos.
-Dios ya es de noche y me toca guardia. -Menciona tristemente la mano derecha de matrona Ching.
-Yo te cubro mano derecha. -Responde Aquilo.
-No me llamo mano derecha, mi nombre es Raizó y ¿estás seguro con tomar mi turno?, tú tampoco has dormido.
-Ya he dormido suficiente en esta vida.
-Cierto, lo había olvidado. -Dice Raizo con una risa. -Bien te tomo la palabra iré a dormir.
Raizo parte para dormir, mientras que Aquilo hace guardia nocturna, deambulando por el barco como un alma en pena que no puede encontrar la paz eterna, postrado en el nido del cuervo se sienta para tener una mejor vista, pero por momentos pierde la mirada con la luna.
-Cómo puede existir algo así en la oscuridad. -Aquilo suspiraba al ver luna, su deslumbrante belleza lo hipnotizaba.
Aun sumergido en sus pensamiento se percata de un sonido recorriendo el viento. -¿Qué es ese sonido? -Aquilo con gran destreza cruza la flota de una nave a otra buscando el origen del aquel canto.
Se detiene en un barco donde la melodía sonaba más fuerte, Aquilo observa a su alrededor y nota que no hay nadie haciendo guardia, pero eso era el menor de sus preocupaciones, deambulando un poco por barco observo una persona sentada en el bauprés, aquella persona era quien emitía la extraña melodía.
Cuando vio de más de cerca vio que se trataba de una mujer con una gran cabellera blanca y en su pelo un velo tan claro como el cielo que cruzaba de un lado a otro, vestida con un largo vestido blanco con un listón verde en la cintura, su piel era tan blanca como la espuma del mar.
—¿Eres un fantasma? —Habla Aquilo mientras le apunta con su pistola y levemente jala el martillo para disparar.
La dama voltea asustada solo para observar el cañón de la pistola frente a ella. —Que saludo tan inesperado. —Dice la mujer con una delicada voz que haría que las propias sirenas murieran de celos. —Que grosero no soy un fantasma, además ¿así saludas a todos?
—¿Qué dices?, si estoy siendo educado, generalmente los polizontes no llegan a escuchar mis palabras, solo llegan a sentir el frio acero de mi espada en su garganta. -Responde Aquilo con cierto enojo. -Dime, ¿Cómo es que subiste a un barco sin darnos cuenta?
-Solo si bajas el arma o, ¿me tienes miedo?
Las despreocupadas palabras de la mujer molestan a Aquilo, pero termina accediendo a su petición. -Bien tú ganas. -La mujer muy enérgica se levanta y toma la mano de Aquilo. -Soy Diana mucho gusto hombre del mar.
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Piratas del Caribe: El Legado del Abismo
FanfictionHan pasado meses desde Jack y compañía destruyeran el Tridente de Poseidón, las maldiciones han sido eliminadas, el misticismo del mar a perdido fuerza y el océano le pertenece una vez más a los piratas, pero aun en la tranquilas aguas que surcan, e...