La domadora de panteras

El dolor de Roxanne. Ya no tengo a quien domar. El plan de Lilinette

Capítulo 49 El dolor de Roxanne. Ya no tengo a quien domar. El plan de Lilinette.

Y se había marchado, sin ninguna explicación más que un burdo pedazo de papel que Roxanne había encontrado en su escritorio. La reacción da la capitana fue nula. La joven no dijo nada, y dobló el papel dejándolo en su escritorio. Shuuhei la miró preocupado al darse cuenta de lo pálida que se encontraba su amiga, pero no quería acercarse, no sin que ella se lo pidiese, por lo que siguió con sus labores en la misma oficina hasta que sintió una elevación del reatsu de su capitana y se dio vuelta para observarla. La mujer parecía perfectamente, pero su energía espiritual no dejaba de incrementarse.

—Debió ser la nota—pensó el de cabellos cortos, quien no estaba al tanto de lo que decía el papel, pero podía intuir que tenía que ver con el espada.

—Rox—dijo su nombre con la idea de que se detuviera para no perjudicar el equilibrio con su reatsu.

—Se fue—susurró con un hilo de voz la de ojos morados, dejando perplejo a Shuuhei.

— ¿De quién estás hablando? —preguntó el del tatuaje, quien sabía muy bien a qué se refería.

—Grimmjow se fue ¡¡se fue con esa perra!!—exclamó furiosa la de cabellos negros aumentando su reatsu y haciendo volar la puerta de su oficina.

La elevación del reatsu de Roxanne hizo que muchos de los tenientes se pusieran en alerta para ir en la ayuda de la capitana, pero algunos de los conocidos de Roxanne hicieron que los shinigami no fueran a ayudarla.

—Parece que Roxanne necesita ayuda—comentó preocupada Hinamori que iba a ir a la división, pero fue detenida por Hitsugaya.

—No vayas. Roxanne no necesita ayuda de nadie, solo necesita estar en paz con su dolor—aseguró el de cabellos blancos siguiendo su camino.

—Ulquiorra, algo le pasa a—intentó seguir, pero fue detenida por su novio.

—No le pasa nada— contestó molesto el de ojos verdes.

— ¿A dónde vas, Ulquiorra? —preguntó preocupada la de cabellos blancos.

—Tengo que hablar con los espadas—aclaró el de cabellos negros, desapareciendo de la quinta división.

—Stark—lo llamó Lilinette.

—Ese imbécil—comentó el de cabellos castaños.

— ¿Qué es lo que pasa, Stark? —preguntó la de cabellos verdes.

—Pasa que ese bastardo se ha ido con Zero—respondió el capitán de la quinta división, que estaba llegando a la división de Shunsui.

—Así que la sexta se fue—acotó burlándose Nnoitra—me imagino la cara que debe tener Le Roux.

—Mejor cállate, quinta—recomendó Halibell, mirándolo amenazantemente.

—Su reatsu sigue incrementándose—comentó Stark.

—No te da vergüenza lo que haces Grimmjow—preguntó en voz baja Ulquiorra.

—Nii-sama—dijo la hermana de Kuchiki que vio a los espadas reunidos.

—Roxanne—susurró impactado el de cabellos negros que utilizó su shumpo al máximo para llegar a la división de Le Roux.

—Kuchiki se adelantó—agregó el de la melena.

Mientras eso sucedía, Shuuhei había salido disparado de la oficina de Roxanne debido al gran poder que estaba despertando la de ojos morados. El teniente de la novena división parecía impactado por la reacción de su capitana, pero sabía mejor que nadie que en su posición habría reaccionado así o peor.