Doctora Swan

Parte 3

"Vas a estar bien", aseguró Regina mientras acariciaba maternalmente el cabello de su hijo.

Henry sonrió débilmente y asintió, "Lo sé... ¿Por qué crees que Ma nunca nos lo dijo?"

La morena mayor suspiró y se reclinó hacia atrás, "Estoy segura de que tiene una explicación perfectamente razonable, que será mejor que nos revele en el momento en que lleguemos a casa".

El niño sonrió a su madre, se sentó ligeramente y preguntó: "¿Estás enfadada con ella?"

Regina se encogió de hombros y negó con la cabeza. "Todavía no estoy segura, creo que por lo menos debería darle la oportunidad de explicarse".

"¿Y si ella no lo hace?" pregunto Henry

"Entonces me enfadare con ella y sabes de lo que soy capaz de hacer" sonrió y le guiño un ojo a su hijo, lo que hizo que Henry se riera ligeramente.

Sus ojos se movieron hacia la mesa lateral donde había una jarra de agua, tenía sed, pero el agua siempre era un último recurso para él, "¿podrías traerme un poco de zumo, por favor Mama?"

Regina asintió y se levantó de su asiento, "por supuesto, mi pequeño príncipe".

Cinco minutos después, Regina estaba completamente perdida, se preguntaba dónde estaba mientras buscaba una señal que la llevara a la cafetería, cuando noto que alguien le tocaba su hombro para captar su atención.

Se giró y vio a un hombre moreno de cara amable que le sonreía, los ojos de Regina se posaron en la placa de identificación, situada en el bolsillo de la bata, donde había escrito Dr. Wilson.

"¿Estás bien? Pareces perdida", dijo amablemente.

Regina tuvo que resistir el impulso de suspirar de alivio, cuando estaba a punto de responder que estaba buscando la cafetería para comprarle un zumo a su hijo, un sonido de gente corriendo llamó su atención.

Moviéndose levemente para no interponerse en el camino de los médicos, vio a los paramédicos empujar una camilla mientras médicos y enfermeras trabajaban frenéticamente con la mujer tumbada en ella.

Tan pronto como la camilla pasó ante sus ojos y vio el revoltijo de cabellos rubios, sintió un mal presentimiento y una sensación de angustia la inundo por completo. Regina escuchó atentamente, pidiendo desesperadamente que se demostrara que estaba equivocada.

"Mujer de 32 años, víctima de accidente de tráfico. Sospecha de múltiples fracturas en costillas, tibia derecha y fémur izquierdo. También posible traumatismo craneoencefálico grave. Una parada cardiorrespiratoria en el camino pero se le estabilizó. "

La enfermera, que apuntaba todos los detalles para la ficha, asintió con la cabeza para dar a entender que lo estaba apuntando todo, luego levantó la vista al darse cuenta de que se había perdido una información crucial "¿cómo se llama?"

El paramédico parpadeó, obviamente sintiéndose mal por no haberse acordado y finalmente respondió: "Emma Swan".

"¿Estás bien?" Wilson volvió a preguntar, al no contestar la mujer este apoyo su mano en el hombro de ella para captar su atención. Ante el contacto Regina saltó de sorpresa al salir del trance cuando se volvió para mirar al hombre.

Todo lo que pudo hacer fue negar con la cabeza, mientras sentía las lágrimas recorrer su cara al haber visto a su novia conectada a un respirador, cubierta de sangre y aparentemente sin ninguna respuesta a los estímulos.

Wilson rápidamente comprendió y pregunto para confirmar "¿la conoces?"

Regina tragó saliva y dijo: "es mi novia".