Capitulo 5

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Entré a la academia para la clase de hoy, seguía pensando en lo que me había dicho Mike, fue todo tan de repente. Creo que no me lo esperaba, no, creo no, definitivamente no me lo esperaba.

Llegué a la clase, saludé a mis compañeros y a la profe.

- Buenas tarde chicos. ¿Cómo andan? - preguntó - Hoy vamos a practicar las coreografías que todos tienen para la muestra que es dentro de un mes. Vamos a tomarnos el tiempo para que todos puedan practicar. - explicaba - primero vamos a entrar en calor, y después voy a empezar a ensayar con las coreos más fáciles para dejar a las más complejas, como la de Valentina o Marcos al final para tener un poco más de tiempo para ensayar. ¿Si? - todos asentimos - Mientras que yo ensayo con ello ustedes pueden practicar solos, sin tanto esfuerzo, ni riesgo, por favor. ¿Entendido? - preguntó - Bueno no perdamos más tiempo, empecemos a trabajar.

Empezamos la entrada en calor que era elongar unos diez minutos, para después dar vueltas a la pista y hacer algunos trucos básicos. El nivel de la clase que yo estaba era el mayor, éramos todos de 16, 17 y 18  años pero las coreografías eran distintas porque algunos estaban más avanzados que otros ya que venían de hace varios años, como yo, por eso es que mi coreo era más compleja que la de los demás.

- Hola - me dijo Marcos –

- Hola - le respondí, nos llevábamos bien pero no era mi gran amigo –

- ¿Todo bien? - me preguntó –

- Sí. ¿Vos? - dije poniéndome mis patines –

- Sí. -dijo - ¿Te puedo preguntar algo?  - asentí - Ese chico que te acompañó, ¿Es tu novio?

- ¿Y por qué debería yo responderte eso?

- Mmm, ¿Por qué somos amigos?

- Nosotros no somos amigos, somos compañeros. Y no, no es mi novio Marcos. Tampoco sé por qué debería importarte a vos.

- Nada, solo te preguntaba por curiosidad.

- Okei. - dije, me terminé de poner mis patines y salí a la pista –

¿En qué momento mi vida se convirtió en un constante hablemos de Mike? A veces pensaba que la vida me la hacía cada día un poco más difícil para no perder la costumbre.

Comencé a patinar, sin música. Tenía la melodía en mi cabeza. Estaba ensayando algunos pasos básicos de la coreo que haría el día de la muestra.
Necesitaba despejar mi cabeza y esto era lo único que me ayudaba. Estaba practicando y en un momento se me aparece el rostro de Mike en mi mente, me desconcentre y casi me caigo.

- Hey ¿Estas bien? - me preguntó Marcos -
- Sí, sí. Un tropiezo  nada más.

Si Mike iba a ser una distracción para mí al momento de patinar, creo que lo mejor iba a ser que me aleje de él pero ¿Cómo? Ya lo tenía metido hasta el fondo, se me había pegado al corazón e iba a ser imposible sacarlo.

Volví a la coreo, otra vez. "Tengo que saber si puedo conquistarla o si ya lo hizo alguien más" su voz esta vez, distraída de nuevo, me perdí en la melodía y pum al piso.

- ¡Valentina! - gritó la profesora - ¿Estas bien? A ver, no te muevas.
- Sí, sí, estoy bien. No me pasó nada.
- Estabas haciendo un paso básico. ¿Qué te pasó?
- No sé, creo que las ruedas se trabaron. No sé.
- Tranquila. Tomate cinco minutos y después volvé. Por favor, con cuidado - me pidió - no quiero que te me lesiones. Por favor.
- Sí, sí. - le dije. Me levanté del piso y me dirigí a sentarme en uno de los bancos –

¿Por qué me tenía que pasar esto a mí, justo ahora? No me podía ir mal en esta prueba, de esto dependía mi futuro, estaba en juego mi carrera, mi vida. Necesitaba hacerlo bien. Tenía que estar concentrada. Respiré hondo e intenté no pensar en nada mas que no sea la coreografía.

- ¿Estas bien? - preguntó Marcos -
- Sí, gracias. - le dije, mientras me pasaba una toalla por la nuca -
- ¿Necesitas algo?
- Sí, estar un rato sola. ¿Puede ser?
- Sí, claro. - dio media vuelta y se fue -

- Valentina y Marcos - dijo la profesora- vamos a pasar su coreo.

Me levanté del banco y me dirigí a donde estaba ella.

- ¿Estas mejor Valu?

- Sí, sí, gracias profe.
- Por favor la última vez que te pasa.

- Sí, sí. Tranquila.

- Bueno. Marcos empezamos con vos que tu coreo es menos compleja que la de ella. - dijo - así después te podes ir a tu casa.

Me corrí a un costado y miraba como Marcos ensayaba la coreo con la profesora. Era un muy buen patinador, lástima que era insoportable.
Quince minutos más tarde, era mi turno. Marcos se fue. Me quedé sola con la profesora.

- Okei Valu. ¿La pasamos una vez y después corregimos errores?
- Sí.
- Te quiero concentrada.

Puso play a la música y como por arte de magia mis pies comenzaron a moverse sin tener que decirles hacia donde tenían que ir.
Patinar me llevaba a otro lugar, ese lugar en donde todo estaba bien y nada podía salir mal.
La música avanzaba y yo seguía patinando y me sentía la mejor del mundo. Hice el último truco, apoyé mis patines en el suelo y la música terminó. Listo, el día del festival esto sería un antes y un después en mi vida.

- Muy bien Valu, muy bien.

- Gracias.  – sonreí, orgullosa de mí misma. –

- Vamos a corregir las bajadas en algunos trucos - me dijo - y quizás podemos cambiar la parte del estribillo y hacerla un poco más power, y la música aumentarla con algo electrónico. ¿Qué te parece?

- Sí, me encanta. - dije - Capaz que puedo intercambiar los pasos de la segunda estrofa por los del estribillo, entonces me queda más movida esa parte y la segunda estrofa al final hacer un truco y que arranque con todo el estribillo para hacerla continua.

- Sí, me encanta. Hay que probarlo. - dijo - Primero sin la música, así adaptas los pasos.

- Dale.

Ensayé los cambios sin la música, con la música, de principio a fin, solo el estribillo, las partes que cambiamos. Me salía perfecto. Nada podía fallar. Nada.

Estuvimos hasta tarde ensayando. Se habían hecho las siete de la tarde, mi horario de salida siempre era cinco y media. Cuando agarré mi celular noté que tenía un montón de mensajes de Mía; que al parecer se le había pasado el en ojo de hoy,  mil llamadas de Roberto y uno de Mike, fue el primero que abrí: "Me encantó conocerte un poco más hoy bonita, que se repita en otra ocasión." Me decía bonita y yo me derretía de amor. Me gustaba, y si, no había otra. Tenía que admitirlo. Sufriría consecuencias pero siempre se sufren consecuencias.

Llegué a mi casa. Súper tarde. Él estaba sentado en el sillón, mirando la tele, con una botella en la mano. Comenzó a gritarme: "Un millón de mensaje te deje pendeja, te llamé mil veces. ¿Dónde mierda estabas? ¿Con un noviecito eh, hija de puta?"

Me estampó contra la puerta y me golpeó.

Supe que hoy sería una mala noche.

TWO PIECES | MICHAENTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora