Life goes on

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Me senté a revisar unos documentos. Llevaba ya horas alternando entre los documentos de la empresa y los de la iniciativa de la cual Fury me había hablado.

—¿Todo bien? — Harry se paró frente a mi escritorio. Había llegado hace poco para nuestro almuerzo, pero yo estaba más preocupada de otras cosas.

—Aja. —Dije sin prestar mucha atención, dejando los documentos de Shield debajo de los de la empresa.

Me sentía mal por no tomar atención a lo que Harry me hablaba, pero esto era importante y mucho. No parecía tan mala idea. Deje los documentos y me levante para tomar a mi novio por las mejillas y darle un beso. Sonreí y le sugerí cocinar algo en vez de salir. Desde hace una semana que no tenia ganas de moverme de mi zona de confort, pues estaba concentrada en investigar sobre estos tipos que se habían presentado ante mi.

—¿Pasta? —Dijo Harry. Asentí y camine con el a la cocina.

Abrí un vino que tenía a mi alcance, serví dos copas y tome los ingredientes que usaríamos para nuestro almuerzo. Me puse a cortar cebollín, mientras que Harry picaba unos tomates para hacer la salsa.

Debo admitir que me costó dejar que Harry se acercará a mi, pero finalmente me gano. Éramos un gran equipo, no sólo en trabajo sino que eramos tan similares que asustaba. Aún recuerdo una de nuestras primeras citas, hablamos sobre nuestros gustos y después de coincidir en varios nos cuestionamos por cosas simples pero importantes. Misma película favorita, sabor de helado, ambos amábamos la pizza con piña, y detestabamos la coliflor. Sonreí mirándolo mientras se concentraba en su trabajo. No podía creer que estaba con un mortal, pero realmente estaba contenta, después de un tiempo podía sonreír con sinceridad y era por él.

—¿Qué? —Pregunto sonriente cuando notó mi mirada sobre él.

—Eres muy sexy cuando cortas vegetales.

Su risa melodiosa se escuchó en la amplia cocina. Volvió a lo suyo y me dijo que me concentrara o me cortaría un dedo. Le hice caso.

Terminamos en menos de lo esperado y nos sentamos en la terraza. Quedábamos sobre el césped que había vuelto a verse cuidado después de unas semanas de mi regreso. Era cosa de bajar unos escalones y podríamos sentir la suavidad de este. El sol brillaba sobre nosotros y el viento nos refrescaba. Comimos hablando de cosas banales, como una película que había salido hace poco y de las malas canciones de ciertos artistas. Era imposible no sonreír estando con este hombre frente tuyo, simplemente era la persona mas agradable del mundo. Ella me había dicho un millón de veces lo guapo que era y por fin lo notaba.

Hablando de Ella, la mujer estaba bien, mejor que varios jóvenes. Se había alegrado tanto al saber de mi regreso y con las fotos que tome de Asgard mucho más. Obviamente le conté lo que había pasado con Loki y me vio llorar por él por vez primera desde que nos conocimos.  Me consoló hasta que mis lágrimas se secaron. Le agradecí durante un mes completo por eso, ella dijo que no era necesario y que lo volvería a hacer mil veces más si así lo deseaba. Pero no volví a llorar por él.

Pensé en Loki durante mucho, y llegue a la conclusión de que ya no valía la pena el llorar por él, no estaba y eso era lo que me quedaba. Me dije a mi misma que recordaría los buenos momentos y dejaría la ultima tragedia en el olvido. Loki estaba perdonado por sus pecados, algo que la muerte le concedió.

Me acomode en la silla después de perderme unos segundos en mi mente, algo que me solía pasar a menudo últimamente. Mire a Harry, plenamente consciente de que me estaba contando algo importante para él, pero yo solo podía pensar en todo lo que le estaba ocultando. Sonreí cuando terminó su historia.

—No me escuchaste, ¿verdad?

Volví a sonreír, me había pillado nuevamente. Me miró con ternura como solía hacerlo, estaba eternamente agradecida por su comprensión ante mi forma de ser tan complicada últimamente. 

—Estas muy distraída, ¿pasa algo?

—Nada, pensaba. —Y vaya que pensamientos. Mire sus ojos alegres y un debate interno se creo en mi.

<Dile la verdad> Pero, ¿entenderá?

<No puedes mentirle más, ¿qué pasa si te llaman por la iniciativa avengers? No podrás mentir y decir que serán vacaciones> Tienes un punto...

Me volví a ir, ahora él pasaba su mano frente a mis ojos. Reaccione de a poco y escuche como su pregunta se repetía.

<Hazlo>

—Harry... —Dije vagamente mirando sus manos moverse sobre la mesa.

—Dime.

<Ahora o nunca> Ya.

—Me llamo Gersemi. — Solté de pronto.

Harry rió, pues no le pareció tan importante el que mi nombre real fuera otro. Me dijo que le gustaba y que me llamaría así si es lo que quería. 

—No es todo.

—¿Tu apellido no es tuyo? —Sonrió. —Es normal que empresarios no usen su nombre por protección.

—No es eso. Hay más, mi nombre es Gersemi Odinson... —No hubo reacción, parece que no entendió. —No soy de aquí.

—¿Americana? No, no, ya se. —Levanto su mano. —De Australia.

—No, de más lejos... otro reino. ¿Por que Australia? Bah, que importa. Me refiero a que soy de otro mundo, Asgard.

—Alto, me dices que eres una ¿diosa? —Dijo como si fuera una broma.

—Básicamente.

—Vaya imaginación. Entiendo, si eres una diosa... pero no se si ese sentido lo defina.

—Harry, hablo en serio. Lo que paso en Nuevo México...

—Desastre natural.

—No. Fue una pelea que tuvimos mis hermanos y yo... —Dije triste. — Odín no estaba y fue un caos.

Harry me miró en silencio. Estaba analizando todo lo dicho, sabía que era difícil de asimilar pues ya lo había vivido antes. Sonreí cuando su cara cambio de pensativo a impresionado. Comprendía que todo quedaba como un puzle. Le respondí las preguntas necesarias, hasta que todo le quedo más o menos claro. Nos quedamos gran parte de la tarde hablando del tema, no le contaría de Shield pues no parecía necesario en este momento. Eso sería algo que no le diría a menos que algo pasara y fuera necesaria mi presencia.

Mire el cielo, estaba atardeciendo. Sugerí entrar pues pronto el viento comenzaría a correr y no quería enfermarme, menos cuando tenía tanto trabajo que hacer. Harry encendió el televisor y sugirió ver una película.

—¿Te quedaras? —Dije alegre. Me sentía aliviada después de decir la verdad. Además se lo estaba tomando muy bien.

—Si, mañana podemos ir a desayunar. 

—Claro. Me parece.

Me senté junto a él y lo bese con cariño. No era un momento pasional ni nada, después de la confesión que le había hecho y su aceptación, solo quería agradecerle. Me acomode a su lado y puse mi cabeza en su hombro mientras decidimos que queríamos ver.



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