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En la llamada con Ari, mi amiga no para de soltar quejíos amorosos y decir "Qué mono", "Es un amor", "Te cuida mucho", "Lo tienes coladito por ti".
No quería pensar mucho en si estaba pillado por mi o tan solo era algo pasajero. Me daba bastante respeto ese tema. Yo comenzaba a sentir por él más allá de un juego.

Escuché la puerta abrirse y vi unas zapatillas volar. Reí ante ese gesto y Justin caminó hacia mi. Se agachó apoyando sus manos en el sofá y dejó un cálido beso en mis labios. Se dejó caer a mi lado tumbándose sobre mis piernas. Acaricié su pelo, me acerqué y comencé a darle pequeños besos seguidos. Rió en mis labios y sonreí.

-Estoy reventado enana.. -acarició mi mano.

-Ari me ha dicho que me tiene envidia. - Reí y me miró divertido. -También quiere un chico que le regale rosas.. -sonreí y acarició mi mejilla.

- Por verte feliz hago lo que sea, Mía. Te mereces eso y mucho más.. - me acerqué y volví a besarle. Esta vez abrió un poco su boca dejando entrar mi lengua, la cual comenzó a jugar con la suya. Mordí despacio su labio y jadeó.  - ¿te parece que vayamos a dar un paseo esta tarde por la playa..? El concierto es a las 8.. tendré que estar allí una hora antes. Asentí y sonreí.- Vendrás a verlo..¿No?

- No me lo perdería por nada del mundo - sonreí y noté como hizo una mueca de dolor -¿pasa algo..? -negó.

- Me duele un poco la espalda.. y el fisio no viene hasta mañana.. 

-Yo puedo darte un masaje.. -sonreí y depositó un mechón de mi pelo detrás de la oreja- no voy a hacerte milagros como el fisio...pero puedo hacer que se te relaje.. -acaricié su pelo y asintió. Se incorporó y me levanté para que se tumbase. Mientras él se quitaba la camiseta y se tumbaba fui a mi neceser y cogí un aceite corporal. Regresé al sofá y me senté sobre él con cuidado. Dejé caer un poco de aceite sobre su espalda y comencé a darle el masaje.
Subía y bajaba mis manos, apretaba donde se le acumulaba la tensión en forma de contractura y continué masajeandole.

- Mía..tienes unas manos increíbles..  -suspiró.

-¿Ahora te enteras..? -reímos y negó.  Bajé un poco sus pantalones y boxers para no mancharlos y continué.  - ¿Estás mejor? -asintió y sonreí.

-¿Y tú..? Ayer te quedaste totalmente dormida.. -noté como sonrió.

-Si Jus.. es todavía duro hablar de esto.. -asintió y pasé mis manos por su cuello. - He decidido que iré a verles a NY el finde del 16..

-Allí estaré el día 18..podríamos vernos aunque sea para  cenar.. -sonreí y asentí. 

-Claro cariño.. no lo dudes.. -besé su cuello.

(...)

Coloqué mi body negro y seguido subí mis shorts vaqueros con perlas en los laterales. Me senté sobre la cama y me puse las vans negras.
Me dejé caer en la cama mientras esperaba a que Justin se terminase de cambiar. Íbamos a ir a dar un paseo por la playa.  Iba a ser nuestra primera salida en público. Y la verdad es que me daba algo de miedo. ¿Nos molestarían los paparazzis? ¿Qué dirían sus fans?
Salió del baño colocando su pelo hacia atrás para después ponerse la gorra. Me miró y sonrió.

-Si sigues mirándome así desde la cama no salimos,  preciosa- Reí y me levanté. Sé acercó a mi y besó mi frente - ¿preparada? -asentí y fuimos al ascensor. Entramos a este y picó a la planta baja. Me apoyé en la pared mirándole y guiñé mi ojo. Rió y se acercó a mi. Mordí mi labio por dentro. - estás nerviosa.. ¿cierto? -asentí.- todo irá bien, no voy a separarme de ti -besó mis labios y le mordí.  Frunció el ceño y reí- ehh! -puso cara triste y acaricié su mejilla. Le besé y se acercó más a mi siguiendo mi beso. Se abrieron las puertas y una mujer de mediana edad carraspeó para hacernos saber que las puertas se habían abierto. Nos separamos y Justin cogió mi mano. Salimos y nos miramos cómplices. Comenzamos a reír por la situación que acabábamos de vivir.
Salimos del hotel sin ningún problema. La playa estaba cerca y decidimos caminar hasta ella. Me sentía realmente bien agarrada de la mano de Justin,  me sentía protegida.
Durante el trayecto estuvimos charlando y bromeando. Algunas personas nos miraban y se paraban a mirar cuando pasábamos cerca de ellos. Seguimos andando por el paseo marítimo donde algunas chicas de entre 12 y 20 años se acercaban a Justin a abrazarle. Justin hablaba con ellas un par de minutos y se hacía las respectivas fotos. Algunas de ellas me miraban extrañadas, otras me saludaban sonrientes y otras simplemente hacían caso omiso a mi presencia.
Cada vez que las chicas se marchaban Justin me pedía disculpas a lo que yo le respondía que todo estaba bien, que lo entendía perfectamente. La verdad es que no me molestaba que se parase, entendía que eran las consecuencias de su trabajo y yo lo veía feliz cuando las conocía.
Me abracé a él mientras miraba el mar.

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