CAPITULO 06

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Pasaron un par de días después del suceso del celo de Yurio y de su irracional comportamiento.
Esto provoco que nuevamente existiera una barrera entre ellos dos. Para Otabek se le hacia un poco fastidioso esta situación debido a que le costaba mucho concentrarse, esto hacia que su desempeñó fuera deplorable en la empresa debido a que no podía evitar dejar de pensar en ese rubio que se encontraba en esos precisos momentos aislado en esa habitación 24/7 además de que todavía el dulce aroma del niño se encontraba aún presente en su oficina. Algo que todo estos años intento evitar al no ir a esos eventos donde los alfas iban a escoger a su omega para posteriormente casarse y marcarlo. Lo que sus padres le insistieron por mucho tiempo pero aun así se rehusó a asistir.

Ahora se encontraba ahí encerrado en ese solitaria oficina con sus pensamientos hechos un desastre y con su la mirada perdida. Pero realmente no se encontraba solo, en frente de el se encuentra uno de sus subordinados con su vista fija en esa montaña de papeles que se encuentran apiladas a su costado, se encontraba tan concentrado en sus papeles debido a que haces unos minutos hizo de todo para sacarle información al kazajo sobre su extraño comportamiento pero al ver la negativa del moreno decidió no insistir mas y solo trabajar ya que el también tenia sus propios problemas. Aunque sea difícil de creer no importaba cuanta gente lo rodeara siempre se sentía solo, como si la soledad fuese lo único que el conociera.

Cerraba levemente los ojos y con una fuerte bocanada de aire que sus pulmones adquieran para así poder conseguir la tranquilidad mental que necesitaba con urgencia pero una extraña sensación en su cuerpo no le permitía concentrarse como si se tratase de un mal presentimiento pero simplemente lo ignoro.

Cuando logró tranquilizarse decidió volver al trabajo y quizás así lograría distraerse por unas horas pero la atmósfera de paz fue interrumpida por un fuerte golpe estrepitoso afuera de la oficina. De un momento a otro la gran puerta del lugar se abre para posteriormente un par de omegas que a simple vista eran completamente diferentes entraran al lugar.

La primera contaba con un tono de piel similar al kazajo con la pequeña diferencia de ser un poco mas clara, cuenta con una hermosa cabellera de un tono castaño que le llega a la mitad de su espalda, un par de pequeños ojos de un color purpuras y que en su rostro contaba con unos leves toques de maquillaje que no le quitaban lo natural de sus facciones italianos.

Viste una falda de color hueso que le llega hasta a las rodillas en compañía de un par de zapatos que cuentan con un tacón medio para su comodidad y una camisa color blanco abotonada a excepción de los dos primeros botones de su cuello, era un atuendo formal debido a su puesto de asistente de presidencia.

Por otra parte la segunda omega era totalmente diferente a la primera. Con un tono de piel mas claro casi pálido, con un tono rojo intenso adornaba su hermosa cabellera con un corte que le llega sus hombros, sus ojos no se podían apreciar claramente ya que traía puesto un par de gafas de sol que no permite verlos. Además que viste un vestido demasiado pegado a su cuerpo dejando que sus curvas resalten a la vista. Detrás de esas gafas fijaba su mirada al kazajo y sin poder evitarlo formaba una sonrisa en sus rojos labios.

- ¿¿Como esta mi prestamista favorito?? - la pelirroja usaba un tono de voz muy infantil para su edad, algo que se le hacia demasiado irritable al kazajo.

- ¿¿Por que estas aquí?? - usaba un tono indiferente hacia la chica sin olvidad que se encontraba de un mal humor.

- Que grosero eres Otabek..... - hacia un leve puchero como si fuera una niña - ¿¿Que no puede venir a visitar a mi persona favorita??

MI LINDA MUÑEQUITA DEFECTUOSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora