Capítulo 6

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JiWon

No pensé en sus palabras, ni en su reacción ante las mías, sino en el profundo deseo por besarlo que sentí al notar como su cuerpo se pegaba contra el mío, herido y más desesperado de lo que hubiera querido.

Esa noche iba a ser demasiado larga. Y lo supe bien en cuanto recibí una llamada de la comisaría. Respondí de inmediato.

—Inspector Kim, nos han pasado el aviso de un fiesta ilegal en el polígono Este.

No sentí tanta extrañeza como esperé porque algo de mí supo enseguida que aquello iba a tener relación conmigo. Pero, por otra parte, sentí alivio al darme cuenta de que no se trababa nada que tuviera que ver con homicidios.

—No es mi jurisdicción y aunque lo fuera, no estoy de guardia— protesté.

—Cierto, señor, pero nos han ordenado que sea usted mismo quien lo gestione. Hay civiles allegados suyos involucrados.

Orden que de seguro había sido decretada por ChanYeol. De todos modos, pregunté.

—¿Quién?

—El señor Park— y cerré los ojos. Ya era consciente de que Lee HanBin estaría involucrado.

—¿Y bien? ¿De qué se trata?— resoplé mientras me pellizcaba el entrecejo.

Me informaron con detalle. Una fiesta ilegal con la participación activa de más de doscientas personas con edades comprendidas entre los quince y los veintisiete años. Presencia de estupefacientes, alcohol... Y no me hizo falta preguntar para saber que incluso estarían llevando a cabo prácticas ilícitas tales como carreras, apuestas o incluso sexo público.

Nada nuevo para mí ni para cualquier policía. Pero, si HanBin estaba de por medio, la cosa cambiaba. Él jamas había participado en algo parecido, era un chico muy atípico en ese aspecto.

Inmediatamente arranqué el motor de mi auto y me encaminé hacia el lugar indicado justo cuando el reloj marcaba la 01:16 AM. Si ignoraba las reglas de tráfico, tardaría en llegar unos seis minutos, así que aceleré y traté de contener mi rabia. La misma que se propagó como pólvora hasta el último rincón de mi cuerpo al ver lo poco que tardé en dar con HanBin. Quizás para otra persona habría pasado desapercibido entre tanta gente desinhibida. Pero, cuando se trataba de mí con él, era capaz de encontrarlo con gran facilidad. Probablemente eso era porque mi corazón se contraía siempre que lo sentía cerca.

Estaba apoyado en un auto mientras un extenso grupo de adolescentes se dejaba llevar por los gritos fervorosos y movimientos arrítmicos. Él, con el uniforme desaliñado, acababa de desviar el rostro a fin de evitar el contacto con los labios de un desconocido.

Me encaminé hasta allí, abriéndome paso entre la gente, ignorando los empujones, siendo también quien los daba. Sentía la ira inundando mi garganta, un extraño nudo me subía y bajaba en la tráquea, y los calambres en las manos reclamándome pelea. Ira... Sí, ira contra HanBin... Contra todo lo que sentía por él... Contra el maldito bastardo que lo tocaba sin tener permiso.

HanBin intentó alejar las manos de aquel tipo sin éxito alguno. Ciertamente jamás lo tendría porque estaba demasiado ebrio que incluso reía. No se daba cuenta del peligro de la situación, aunque era evidente que una parte de él seguía sobria. De otro modo no hubiera forcejeado.

Capturé al maldito bastardo, beneficiándome de mi altura y fuerza, y lo empujé con tal energía que cayó de golpe contra el suelo frío. HanBin soltó una carcajada mientras el tipo gruñía.

—¡Hijo de puta! ¿Qué mierda estás haciendo?— se atrevió a quejarse el bastardo.

Enseguida aparecieron cuatro muchachos más, seguramente sus amigos cercanos o compañeros de la misma pandilla. Una persona normal y corriente se habría cagado de miedo ante un escenario como aquel, pero yo no era normal. Y mucho menos corriente.

Naughty Love ❀ Double B [iKON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora