Naughty Love ❀ Double B [iKON]

Capítulo 9 [FINAL]

HanBin

Era un hecho desde hace mucho tiempo: JiWon despertaba en mí emociones que ninguna otra persona podría despertar jamás. Pero esta noche sentí algo mucho más intenso. Más profundo. Una especie de fuego que crecía en mis entrañas y se propagaba hasta la última de mis extremidades. Me quemaba y me hacía desearle con demasiada urgencia. Sensaciones que nunca, en toda mi vida, había experimentado.

Y me asustaba porque no estaba seguro de si aquella reacción tenía algún límite.

JiWon se acercó a mí con una sonrisa en los labios. Seguramente no sabía que yo estaba empezando a desvariar. Aunque si lo sabia, lo disimuló bastante bien. Me acarició la mejilla mientras aprovechaba para revolver mi cabello en el proceso.

—Lo siento— murmuró con voz ronca. Demasiado insinuante.

—Imaginé que tardarías— comenté sin saber muy bien cómo mantener su mirada.

Estaba empezando a faltarme el aliento así que agaché un poco la cabeza.

—Tienes frío...

—No es frío— al mirarle, JiWon comprendió que me moría por volver a besarle.

Él se acercó un poco más a mí, atraído por inercia, pero dejó unos centímetros de distancia entre nuestras bocas. No me tocaría estando a tan solo cuadra y media del edificio Lee.

—¿A dónde quieres ir?— preguntó casi en un jadeo.

—Quiero un lugar oscuro, cálido, íntimo...— JiWon contuvo una exclamación en cuanto apoyé mi mano en su pecho —Te quiero sólo a ti.

No sabía lo que estaba pasando por su cabeza, pero al verle morderse el labio y apretar los ojos mientras sus manos presionaban mi cintura, me sentí el chico más dichoso del planeta entero. Quizá no era la primera vez que provocaba esas reacciones en él, pero sí fue la primera vez que tenía la oportunidad de verlas. Y eso me enloqueció por completo.

Unos minutos más tarde, JiWon me permitía la entrada en su apartamento con una timidez nada propia de él. Conforme avanzaba hacia la pequeña sala, más se aceleraba mi corazón. Iba tan veloz que me creí incapaz de continuar respirando. Intenté disimular mis jadeos, sin embargo estos aumentaron cuando JiWon acarició mis hombros y lentamente apoyó su pecho en mi espalda.

Lo miré de soslayo.

—¿Es cierto?— dije bajito —¿Tú... me quieres?— se me cortó la voz y mi mirada empezó a empañarse.

Él acarició mi mejilla y se acercó a mi boca.

—Creo que llevo haciéndolo más tiempo del que recuerdo— susurró con sus labios prácticamente pegados a los míos.

Después me besó muy despacio, dejando que mi aliento acelerado fuera tan protagonista como el contacto entre los dos. Volvieron a temblarme las piernas. Volví a sentirme como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Quizás por eso me aferré a él con tal desesperación. JiWon correspondió mi abrazo apretándome fuerte contra su cuerpo.

Enrosqué mis dedos en su jersey y tiré de él. Quería su piel. Quería sentirla pegada a la mía y me daba igual si estaba mal desear de aquella manera. No me permitiría ningún obstáculo aquella noche. Y JiWon me entendió. Él poco a poco también perdía la cabeza.

Deslizó sus manos hacia mi cadera y capturó mi trasero ejerciendo presión contra su pelvis. Esa vez el endurecimiento de su miembro me produjo un fuerte escalofrío que atravesó mi vientre, seguido de una necesidad casi histérica de sentirlo dentro de mí.

Acaricié el filo de su cinturón mientras sus besos se hacían cada vez más intensos. Aquella forma tan magistral que tenía de besarme me estaba empujando a la locura. Jamás había sentido tanto calor ni tanta exigencia sexual.