Change me.

a o n.

N.A.

Nunca ha tenido un hogar, pues fue abandonada por sus padres cuando era niña en un orfanato cerca de la ciudad de Kakin.

Cuando tenía 9 años escapó y desde entonces ha estado viajando, no tiene un lugar fijo donde quedarse.

Pero cuando tenía 12 años encontró La Ciudad de las Estrellas, dónde los líderes la acogieron pero tampoco se quedó mucho tiempo, sólo volvía de vez en cuando, cuando necesitaba un hogar.

Astra, podía controlar las cinco categorías de Nen, es decir, es decir que es una especialista. Lo único que ha heredado de su familia era un extraño don, que pasaba de generación en generación más como un complemento; era Damián, quién simbolizaba la divinidad, y quién Astra apodaba como “Loky” porque sentía que iba mejor con su aspecto. Ya saben, nombres cacas para gente caca.

Damián es un tipo de ser divino parecido a Kero y sólo obedecía y aparecía cuando Astra lo invocaba cosa que era siempre porque todo el tiempo estaban juntos, ha sido el único que ha estado con Astra a lo largo de su vida volviéndose su mejor amigo.

Damián tenía el poder de la vida y el tiempo. Podía acelerarla, acortarla, darla y acabarla, pero para ésto tenía que cumplir una condición que varía a cambio.

Ahí se encontraba Astra llorando mientras veía una película preguntándose una y otra vez «¡¿CUÁNTAS VECES SE VA A MORIR ÉSTE PERRO?!»

–Yo creo que sí queda vivo we -dijo Damián, su mejor amigo quién le hacía compañía mientras la veía llorar a lo desgraciado.

–No men, ya yo no voy a ver más ésta vaina –se levantó– si quieres la ves tú en tu cuarto.

–No, la verdad sólo la estaba viendo porque no tenía de otra –la miró de reojo sólo para ver cómo volteaba sus ojos y se encaminaba hacia la cocina–. Astra, ¿qué haremos mañana? Ya mañana cumples 18 años, y tú dijiste que querías hacer algo diferente.

Por un momento dejó de atragantarse con su comida y se puso a pensar.

–Pues... no tengo ni idea. Sé que dije que quería algo diferente, pero mi cabeza está más en blanco que Min YoonGi– contestó mirando a un punto fijo cómo si tratara de descifrar algo.

–Ahh, yo pensaba que ésta vez sí tenías una idea–dijo en un tono de resignado y reproche.

–Ya se me ocurrirá algo.

–Eso dijiste la penúltima vez y terminamos trasladándonos al otro lado de la misma ciudad.

–¡YA DEJA DE REPROCHARME!

–Bueno chica pero cálmate.

–Oye... Loky, recuerdas que ayer cuando llegamos escuchamos que volvería un grupo de ladrones que nacieron aquí... ¿cómo era que se llamaban?

–Uhm... Gen'ei Ryodan, creo que así era. ¿Por qué?

–¿Qué tal si les echamos un vistazo y nos unimos a ellos por un tiempo?–preguntó muy emocionada.

–Pero, Astra, ellos son ladrones, y dicen que son los peores. Que ni siquiera se quieren entre ellos mismos. ¿Por qué te quieres unir a ellos? –se apresuró a decir, preocupado.

–Vamos, Loky~ no seas tan dramático, sólo era una idea. ¿Qué tiene de malo robar? Recuerda que tú y yo hace algunos años lo hacíamos –le dijo con su cara de "vénceme ésta perro”.

–Sí, pero ellos no lo hacen por necesidad. Sólo lo hacen porque quieren, si quieren algo simplemente lo toman.

–Bueno... tienes razón. Pero ya pueees~ sólo iremos un rato a echar un vistazo. Y tampoco creo que nos acepten, y si es así nos vamos después de un tiempo y ya.