—Abuelo, ¿de verdad tenías un loro a mi edad? —preguntó Ramón mostrando por primera vez curiosidad por la historia que había estado escuchando como quien oye llover.
El bisabuelo no respondió, pero su abuela lo hizo por él.
—Sí, yo todavía me acuerdo de aquel bicho. Mordía a todo el mundo. ¿Quieres la merienda ahora o esperas? —le preguntó a la vez que le pelaba un plátano a su padre.
—Espero.
La abuela se lo cortó en trozos pequeños y lo puso en un plato para que Anxo lo pudiera comer con facilidad con sus manos temblorosas.
—¡María! —gritó el anciano para que ella viniera.
—Papá, Mamá hace años que murió. ¿No te acuerdas? El accidente de tráfico, murieron también Miguel y Cristina. ¿No te suena?
—Ya no me acordaba...
El nieto apagó la Nintendo y esperó a que su bisabuelo acabara el plátano.
—¿Qué pasó luego, Abuelo? ¿Tu padre se volvió a marchar?
El abuelo giró la cabeza, intentando recordar quién era el niño con quién hablaba.
—¿Y tú de quién eres? —dijo haciendo caso omiso a su nieto.
—Tu bisnieto Ramón.
—Ah, sí, ya.
De repente pareció recordar por donde iba en su historia.
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Memorias de un anciano
Historical FictionAnxo es un viejo, un viejo con demencia. En su familia nadie lo valora pues para ellos no es más que chatarra, sobre todo para su bisnieto Ramón. Pero cuando Anxo comienza a contar su vida de trabajo y sacrificio, despierta en su nieto curiosidad po...