Obsesionado por ti ©️

✾Capítulo 4: Mi mejor amigo.

*En multimedia, Jacobo*

Salí apresuradamente de mi trabajo, consciente de que esta era la hora en la que Fernando tomaría su almuerzo, lo que me daba una ventaja de una hora para dirigirme a la clínica. Durante toda la mañana, había estado pensando en cómo debía manejar la situación para no poner en peligro mi amistad con Fer, pero mi curiosidad superaba cualquier otra consideración.

Al llegar a la clínica, lo hice sigilosamente, pasando por la portería donde el amable portero, un anciano de semblante cordial, me saludó educadamente y me dejó pasar sin cuestionar, sabiendo que era amiga del dueño del lugar.

Tomé el ascensor directo al tercer piso, donde se encontraba la habitación de Jacobo, el hombre misterioso que había despertado mi curiosidad. Utilicé la llave para entrar, notando de inmediato que la habitación estaba ligeramente más oscura de lo habitual.

Mis ojos recorrieron la estancia, y se detuvieron en Jacobo, quien estaba sentado con un libro en la mano izquierda y la pierna cruzada sobre la otra, moviéndola con lentitud.

Su mano derecha está estirada sobre la cama.

―Estoy asombrado―comentó Jacobo, sin siquiera mirarme.

Me acerqué y tomé asiento en una silla cercana.

―Yo también lo estoy―confesé, preguntándome qué era lo que estaba pasando con Fernando. ¿Por qué estaba tan celoso? ―¿Por qué estas aislado? 

Pero Jacobo se queda ensimismado en sus pensamientos.

Flashback, Pov Jacobo

―¿Quién es ella, Fernando?―Pregunto con curiosidad

―Es mi mejor amiga.―Inmuta Fernando con una sonrisa.

―Es guapa, espero conocerla algún día―respondí, mirando hacia ninguna parte en particular.

―No lo harás, pequeño demonio.

Reí abiertamente.

―¿Tienes miedo de que te la robe, Fernando? ―pregunté, burlándome.

Fernando rodó los ojos.

―Te dije que miraras la foto de tu madre, que ha estado preguntando por ti, no que miraras todas las fotos de la galería.

Bufé.

―Si las miré fue por algo. Creo en las casualidades, Doc. ―dije burlonamente.

―Ella no se acercaría a ti. Solo con verte, estaría asustada ―trató de herirme.

En realidad, me hizo reír.

―¿Estás enamorado de ella y no se lo has dicho? También lo estaría, tu novia es una perra ―comenté sincero.

Fernando se levantó de la silla con brusquedad.

Yo solo lo miré con diversión.

―Solo eres un envidioso y resentido. ―exclamó Fernando con asco―. Eras mi mejor amigo y mirarte ahora, un hombre de veinticinco años, que asesinó a todas esas personas, que casi acaba con un barrio entero, no veo mucho futuro en ti.

¿Acaso me estaba desafiando?

Me encantaba este juego.

Fin del Flashback

—Deberías preguntarle a tu amigo.—Habló, como de costumbre con sus ojos en el libro.

Me quedé mirando un poco su cabello, estaba tan bien perfilado y tenía un color bastante bonito, iba a seguir recorriendo su cara cuando de repente levantó su cabeza para quedarse mirando fijamente mi rostro.