MAKTUB CACHÉ

Ultimas horas

Tiempo: presente
Narra Valentina

- Poché ¿Qué tanto haces en el portátil?
- Nada- respondió cerrando el portátil de un solo golpe
-Ay Poché no me mientas, déjame ver- intenté forcejear con ella pero esa chiquitita tenía fuerza.- llevas mucho tiempo metida en eso y hasta nos has dejado colgados, hace rato te preguntamos algo y ni bolas nos diste.
- Lo siento, solo me distraje un rato, pero no es nada importante pulga.- dijo ofreciéndome una pequeña sonrisa y un débil pellizco en el cachete, el cual solo me produjo ternura y nostalgia, sabía perfectamente que era lo que la tenía así, conozco tanto a mi hermana que reconozco sus verdaderas intenciones detrás de cada acción y ese intento de calmar mis inquietudes me daban a entender que no era verdad que no hacía algo sin importancia... Así que ya sabía cómo abordar el tema ya que ella no cedería tan fácil a mis preguntas.
- Está bien, mejor cambiemos de tema. ¿Viste como remodelaron el baño del segundo piso del aereopuerto?- si mi memoria no me falla Poché se encerró a llorar en ese baño cuando Daniela se fue a vivir a España, como no le gusta que la vean llorar decidió ir a un lugar más privado pero no contó con que todos se olvidaran de ella y la dejaran tirada en el aeropuerto, mi mami vino a recogerla y yo a burlarme de ella, lo cual me trajo un golpe de su parte como consecuencia.
- Sí, ya lo vi, pero me gustaba más cómo estaba antes- dijo mirando sus manos mientras las movía inquietante.
- A veces es mejor renovar, crear nuevos recuerdos, nuevas vivencias y dejar a un lado lo anticuado.
- Pero ¿Si te gusta para qué cambiarlo?- seguro ya no estamos hablando justamente del baño...
- A veces crees que lo que tienes es bueno sencillamente porque es lo que conoces y te has acostumbrado a ello, pero si le das una oportunidad a lo nuevo, verás lo mucho que te puede gustar y así cambiar tu perspectiva.
- ¿Y si te arriesgas y no te gusta el cambio?- preguntó mirándome fijamente como intentando encontrar una respuesta en mis ojos.
- podrás estar tranquila porque lo intentaste.- Ups, al parecer mi respuesta no le gustó
- ¿Cómo que tranquila si ya dañaste lo que tenías por buscar algo mejor?
- No habrás dañado nada, solo lo has modificado, está en ti si decides rendirte y dejar las cosas a medias o buscar un nuevo diseño de baño que te guste.- dije sonriendo para luego tomar su mano inquieta- Mira Poché, desde muy chiquitas nos hemos dado cuenta que la vida no es fácil, que a las personas buenas también les ocurre cosas malas, pero eso no significa que lo merezcan solo son pruebas que te pone la vida, sé perfectamente que unas son más difíciles de superar que otras, pero la diferencia es la actitud con la que te enfrentes a ellas. Tú mereces lo mejor del mundo, mereces ser feliz y pensar en ti, no te preocupes tanto por los demás, es hora de que pienses en lo que es bueno para ti. Sabes que siempre te apoyaré en todas tus decisiones.
-¿En qué momento te me creciste? Ya hasta me das consejos de vida- una lágrima amenazó con salir y ella simplemente miró hacia arriba intentando encontrar el cielo qué tanto la tranquilizaba.
- Estuviste muy enamorada como para darte cuenta de esos pequeños aspectos- bufé y recibí un puño en mi hombro por aquel chistesito. Amaba verla sonreír, su alma es tan buena que no merece sufrir tanto, merece estar siempre así, sonriente. - Hablando de amor ¿Que pasa si ella viene, has pensado en eso?
- No lo hará, las cosas ya están claras.- me lo dijo a mi mi pero sonó más a que ella intentaba creerlo
- O sea que hablaron... ¿Le escribiste un correo, eso era lo que tanto escribias?
- Sí hablamos, pero no le escribí ahora, estaba haciendo otra cosa
- ¡Me mentiste y además no me contaste que habían hablado!- dije intentando parecer sorprendida y ofendida pero en realidad ya sabía que me había mentido.
- No, bueno sí, agg ¿no te han enseñado a no meterte en lo que no te interesa?- Auch
- Pues déjame decirte que todo lo que tenga que ver con María José Garzón Guzmán, me importa demasiado- mi enojo iba en ascenso y ya no era de mentira.
- Cálmate, no lo dije por mal, solo que son cosas privadas, entiendeme por fis' pulguita- ella era la hermana mayor pero sus pucheros la hacían ver como una niña de 3 años.
- Me duele que no confíes en mí, pollo.
- Sí confío en ti Vale, pero es que sabes que hablar de eso me hace mal y no quiero dañar estos últimos momentos con ustedes... Y no me digas así, sabes que también me afecta.
- Lo olvidaba, no lo volveré a decir. Y aunque me muera de la intriga por saber de qué hablaron, no preguntaré porque sé que me contarás cuando estés lista.- nos quedamos calladas un momento mientras veíamos que los chicos de acercaban a nosotras con unos vasos en la mano. Cuando llegaron nos entregaron unos malteadas  de café y se sentaron junto a nosotras mientras nos informaban que mi mamá había ido a mover el carro ya que lo había dejado en una zona prohibida de parqueo.

La hora de su partida se iba acercando y los chicos cada vez la miraban con más nostalgia, ella intentaba animarlos pero en este grupo había de todo menos ánimo.