Capítulo 1 - Una sonrisa amable.

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"Soy una persona celosa y quiero admitirlo hoy. Poseo un sentimiento que estalla ante las personas felices ya que son ajenas al mundo que yo conozco. Muy a pesar de haber viajado y de conocer a un sin fin de hermosas historias... sigo sin comprender como alcanzar la felicidad. Ese sentimiento que anhelo con desespero.

Cada vez que veo a mis padres juntos me doy cuenta de cuan felices son, cuando veo a mis amigos sonreír ante una meta alcanzada o cuando en el peor de los casos, me encuentro rodeado de civiles ajenos a mi y no temen expresar ese sentimiento sonriendo, hablando o bailando, porque no puedo culparlos a todos ellos por ser felices. Me culpo a mi por sentirme una víctima.

Desde que soy joven me he preguntado cómo es ese sentimiento y no es que no lo haya experimentado aún... es porque en realidad siento que mi felicidad es muy efímera comparada con la de los demás. Cada vez que me detengo a observar personas puedo ver algunos con coronas de numerosas estrellas, otros llevan pulseras de diamantes y varios más joyas con gemas de múltiples colores y tamaños.

Mi caso es similar al de la mayoría. Tengo más rocas opacas y pesadas que piezas de gran valor. Todo ello son sus logros, sus metas y pasiones, pero es imposible no ver la luz que emiten sus sonrisas cuando van tomados de la mano. Son felices y lo serán siempre porque aunque la luz se apague un poco, nunca deja de brillar para ellos.

Yo anhelo encontrar a la persona que me brinde una razón para demostrar que mi luz es hermosa. Que me permita ayudarle a transformar nuestras piezas de carbón en brillantes diamantes y con ellos, poder crear nuevas constelaciones que opaquen las coronas de aquellos a quienes e envidiado toda mi vida..."

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5:30 am, la alarma suena. Una linda melodía de pájaros cantando cual mañana de primavera es lo que se escucha en la habitación. Siempre que ella observa ese reloj recuerda la tienda en donde lo compró. Un lugar antiguo lleno de baratijas y objetos que contaban miles de historias. Aunque claro, cualquiera podría asegurar a simple vista que ninguno de aquellos artefactos funcionaba. Fue entonces cuando en la segunda repisa del local lo observó, una estatua de dos pájaros canarios amarillos posados en un tronco con una casita en la cual cabían perfectamente.

─Fue una buena compra ─suspira ella.

Bosteza en una gran bocanada de aire, al tiempo en que estira su cuerpo escuchando como algunas partes de este truenan causándole gran relajación. Es la hora perfecta para comenzar un nuevo día de labores y no lo duda. Se levanta de la cama dejando a su novio que aún duerme en ella descansar un poco más, voltea para ver como él se remueve al sentir la falta de un cuerpo que le caliente, hasta volver a quedarse quieto para continuar soñando lo que sea que estuviese soñando. Ella ríe y se acerca a su mejilla depositando un tierno beso antes de caminar directo a la cocina para prepararse un poco de fruta picada con yogurt natural, miel y semillas. El hambre se hace notar al escuchar el estruendoso rugido de su estómago reclamando por comida y debe calmarlo.

Con plato en mano, enciende el televisor justo en el momento exacto en que repiten su caricatura favorita de la noche anterior. Decide sentarse en el sofá y taparse con la frazada rosa que se encuentra a sus pies para ver detenidamente el episodio mientras toma bocados de fruta con miel. A pesar de haber visto la transmisión de la noche anterior, se ríe con cada chiste malo y se emociona en el drama infantil. Aún había una niña en su alma, una que sabia disfrutar de una serie a la cual muchos podían llamar aburrida, pero que en ella creaba una explosión de emociones brindadas por las situaciones que se planteaban en el televisor y que al menos creía, ocultaban un trasfondo que estaría dispuesta a descifrar esa tarde en foros de internet.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2018 ⏰

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