Capítulo Tres

969 63 1
                                    

     Aprieto el botón del ascensor para subir a mi habitación. No ha sido buena idea desayunar tanto, pero todo tenía tan buena pinta y era un buffet libre ya pagado, nadie puede resistirse a eso. Además, estoy demasiado cansada. Pensaba que no sufriría nada de jet lag porque ayer lo estuve llevando bastante bien pero se ve que solo estaba siendo demasiado optimista y, para acabar de arreglar todo, Heidi me acaba de mandar un mensaje que dice que estará aquí en media hora y ni siquiera estoy maquillada. Mientras la puerta del ascensor se abre me digo a mi misma que me relaje pero no puedo evitar comenzar a correr hacia mi habitación. Me pongo el vestido azul claro que hace que mis ojos resalten mucho más y comienzo a sacar todos los productos de mi neceser. Me maquillo de manera que quede natural pero obviamente se nota que estoy maquillada y nunca he intentado ocultarlo, no me esfuerzo tanto para que nadie se dé cuenta. Cuando acabo me quedo sentada en la cama mirando la pared arreglándome el pelo a cada segundo hasta que pican a la puerta y doy un pequeño salto para correr a la puerta, cuando estoy ahí me digo que he ido demasiado rápido, así que comienzo a contar hasta cinco pero abro al dos.
     —¡Hola! —digo mientras me estiro para darle la mano a Heidi pero la rechaza y me da un abrazo.
     —Me alegro tanto de verte, eres aún más guapa en persona. —Acepto el cumplido con una sonrisa y la invito a pasar pero me doy cuenta de que va acompañada de otra chica más joven que ella que me recuerda mucho a mi hermana— Pareces muy feliz y eso es genial, sé lo duro que puede ser para algunas personas hacer esto, pero eres muy valiente. Oh, la sorpresa de la que te hablaba... Ella es Emma, y será tu manager. Dejo que os conozcáis, me tengo que ir ya, encantada de conocerte. —Me da dos besos y se va, cerrando la puerta detrás de ella. Me quedo confusa durante unos segundos hasta que Emma me habla.

     —No te preocupes, es así siempre, es que es una persona muy ocupada... Bueno encantada de conocerte. —La chica que tengo delante tiene el pelo corto, de un castaño tan claro que parece rubio y ojos marrones. Se la ve muy agradable, pero no la conozco de nada— Heidi me ha dicho que hay que ayudarte en muchas cosas, uhmm... Sabes, soy nueva en esto y tú eres mi única cliente y bueno, también la primera pero creo que eso será bueno para todos porque podré estar centrada en ti y podemos entrar en este mundo juntas... Si quieres.
     —Sí, sí claro. Me alegro de que estés aquí. —Se puede notar como se ha relajado mucho de golpe, pero a mi me da un poco de inseguridad.
     —Vale, pues llevo toda la semana buscándote un piso y creo que te alegrará saber que ya he encontrado dos opciones bastante buenas, nos pasaremos hoy o mañana, cuando prefieras. Y hay que ir de compras, Heidi está organizando una fiesta con mucha gente del mundillo y creo que deberías ir, sería un buen comienzo. Ah, y las grabaciones comienzan en diez días, te mandaré esta tarde el guión, son pocas frases pero tienen bastante importancia y no debería ser difícil para ti aprendértelas, he visto el personaje que hiciste antes de venir aquí y estabas impresionante.
     —Wow, gracias. Creo que deberíamos comenzar por ir a ver los pisos, me parece lo más importante. —Comenzar una mudanza ahora mismo no parece el mejor plan porque tengo que centrarme en hacer perfectamente ese papel pero no me sentiré del todo tranquila hasta que tenga una casa. El hotel lo están pagando mis padres con algún tipo de acuerdo con la agencia pero tengo muy claro que todo lo que haga la agencia por mi en algún momento lo tendré que devolver y no saldrá barato, sobretodo si no consigo triunfar. 
     —Sí, claro. Vamos pues.

     Emma nos lleva en su coche hasta una zona de L.A. que se parece bastante a donde está el hotel pero hay media hora de distancia. Me pregunta si conduzco y le digo que sí, pero no tengo coche aquí y no creo que necesite uno porque puedo usar el transporte público y parece que la idea no le gusta mucho pero dice que puede ser una solución de momento.
     —¿No has pensado en usar un nombre artístico? Quiero decir, no es que tu nombre sea feo pero para nosotros decir Sofia Hernández se puede hacer un poco difícil. —Nunca lo había pensado pero escucharla decir mi nombre de repente me hizo reír mucho y me di cuenta de que no había escuchado nunca a ningún extranjero decirlo— Oye no te rías de mi. 
     —Sí, puede que tengas razón. Bueno, puedo hacerme llamar Sophie pero no sé qué apellido usar.
     —No te preocupes, ya pensaremos en algo. Mira, es ese edificio de ahí.

     El primer edificio era bonito y más barato que el segundo, pero no me encantó. Sin embargo el otro aunque sea un poco más caro lo tiene todo. Está muy cerca de la playa y admite animales, que fue lo que acabó de convencerme. Es pequeño, solo tiene una habitación, un salón junto al comedor y la cocina y un baño, pero las vistas del balcóny la piscina en la azotea eran impresionantes. Emma es impresionante, nos pasamos toda la semana visitando la ciudad y yendo de compras aunque acabáramos volviendo muy poco cargadas. Cuando llegó la hora de firmar el contrato me ayudó en todo y me llevó desde el hotel hasta mi nuevo apartamento. También me ayudó a practicar mis frases y le estoy tan agradecida por todo, es mi única amiga en esta ciudad. Emma tiene treinta años pero me ha hecho prometer que para el resto del mundo serían veinticinco, le he cogido cariño demasiado rápido y es exactamente como me había imaginado a mi representante. 

     —Creo que ese sofá quedaría genial en el salón.
     —Yo también lo creo pero es demasiado caro, de momento vamos a lo esencial. Una mesa, dos sillas y una nevera, no hay más presupuesto. —El colchón lo habíamos comprado el primer día antes de llegar al apartamento y se quedaría en el suelo por un tiempo, al menos hasta mi primera paga que con suerte no tardaría mucho en llegar.
     —Vamos, con lo que te gusta decorar, se te ve en la cara lo emocionada que estás cada vez que entramos a estas tiendas.
     —Y es por eso que lo estoy alargando tanto. —Le sonrío mientras cojo mi móvil que acaba de sonar, es mi hermana mandándome un audio de Carlos pidiendo perdón. Le respondo con unos emojis de caritas sonrientes y corazones y le digo que luego podemos hacer una vídeollamada, quiero presentarles a Emma.

Irreal | Noah CentineoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora