Tragame tierra y regresame a cuando tenía 17 años y mi mayor preocupación era no subir de 48 kg.
Elevé los brazos al cielo sintiendo todo el cuerpo entumecido por estar tanto tiempo en una silla, mis articulaciones hacían 'crak' al mínimo movimiento y estaba segura de que eso no era normal.
Pero ¿qué se puede hacer? Es lo que demanda el volverte adulta.
Organicé unos cuantos papeles desparramados en mi escritorio y los metí en una carpeta para llevarlos a casa y continuar investigando diseños interesantes. Para ser una empresa tan grande y reconocida por su publicidad, los cubículos de trabajo eran ridículamente pequeños, aunque así al menos podría conversar con algunos de mis compañeros de trabajo.
Si tan solo tuviera tiempo para conversar.
Nunca en mi vida me había sentido feliz al presionar un ' Turn Off' en una computadora hasta que comencé a trabajar aquí, eran recién las 9 de la noche y ya sentía que quería llegar a tirarme en mi cama y caer en coma.
Oh juventud ¿a donde te haz ido?
El dueño de la gran empresa entró inesperadamente en nuestras oficinas y automáticamente todos se pusieron de pie y saludaron al unisono con una reverencia de respeto.
-¡Bienvenido Jefe!.- retumbaron sus voces
Asomé la cabeza y pude verlo caminar a paso lento observando los alrededores de forma analítica, a pesar de que ya llevaba una semana era la primera vez que lo veía, cuando fui contratada lo más cerca que estuve de conocerlo fue cuando hable con una de sus secretarias/ asistentes o lo que fuera, ni siquiera salió a recibirme,darme ordenes o algo así
Se veía bastante joven para tener 30 años, aunque bueno, todos los coreanos se ven así. Su piel era pálida y tenía su cabello largo recogido en una coleta hacia atrás, sus ojos rasgados estaba delineados de forma sutil de color café oscuro casi negro. Su presencia emanaba un aire de superioridad increíble y su apariencia de hombre guapo hacia que todas mis compañeras soltaran suspiros por él.
¡Ommo el jefe es tan guapo!.- murmuraban en el cubículo de alado.- He oído rumores que dicen que el nunca ha tratado directamente con sus empleados ¿que lo habrá traído hasta aquí? ¡Es tan atractivo!
Mi cabeza aun estaba ligeramente fuera de mi cubículo curioseando al nuevo jefe, este miro a los lados y con su mirada busco entre los sitios de trabajo. Su mirada reposo en mí haciéndome brincar de un susto, accidentalmente golpee mi cabeza con la repisa encima mío, lleve mis manos a la zona dolorida y retrocedí unos cuantos pasos.
Unos pasos como de tacones me alertaron e inmediatamente me incorporé de forma seria, mi jefe, del cual aun desconocía nombre, camino hacia mí y se quedo frente a mi cubículo observándome con una ceja arqueada.
-¿Tú eres la que vino del extranjero?.- preguntó dando unos pasos hacia mí, escuche como las personas a mi al rededor habían comenzado a murmurar
-¡Sí señor!.- dije como si fuera militar
Sonrió de medio lado.- Por favor, dime Bon-Hwa.- extendió su mano, gritos ahogados en sorpresa escuchándose de fondo.- Un gusto poder trabajar contigo.
Tragué grueso.- S-sí, gracias señor, digo Bon-Hwa.- corregí de inmediato y estreché su mano con nervios
-Estoy para servirte, no dudes en decirme si te hace falta algo.- soltó mi mano y guiño su ojo sonriéndome.- ¡El horario laboral ha terminado! ¡Por favor vayan a casa y descansen!.-bajo su mirada de nuevo hacia mi.- Cuídate linda.
¡Voila! Cómo ganarte el odio de tus compañeros en menos de 5 minutos.
Hubo silencio sepulcral unos segundos hasta que todos empezaron a amontonarse hacia la salida, para mi mala suerte mi cubículo quedaba de paso por lo que tuve que soportar sus miradas intrigantes y uno que otro insulto disimulado por parte de alguna compañera.
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Caramelo de menta~
Fiksi PenggemarUna historia de amor entre dos personas que se aborrecen, en lo que al principio parecía ser un juego pero que termino entrando profundo en sus corazones. Una chica con sueños perdidos y un chico que no se atreve a cumplir los suyos Dos personalida...