Me preguntó: ¿De que color eran sus ojos?
- Me sonríe pero con esas sonrisas que guardan mucho dolor y le respondí:
- Negros, ya sabes comunes como la gran mayoría del resto.
Luego suspiré y le dije: Color negro pero no cualquiera, (exclamé) yo podía reflejarme en ellos y eso lo hacía únicos, como la primera vez que lo ví, como la primera vez que escuche su voz, como su mirada perdida, único como sus besos, único como es él.