La muerte de mi padre causó un gran estrago en la familia. A pesar de sus esfuerzos por continuar adelante todo fue en vano ya que terminó abatido por el cáncer tras cuatro años de lucha. Todo se desmoronó poco a poco. Incluso la vida había perdido su color y sentido. El tiempo transcurría lentamente mientras la vida continuaba su ciclo sin ni siquiera detenerse un segundo por nuestra pérdida.
Los últimos años fueron bastantes duros. El trabajo de mi madre la absorbía por completo y pasaban gran parte del tiempo sola o en casa de las gemelas. A pesar de su compañía me sentía sola y vacía ya que siempre había mantenido una relación cercana con mi madre. El hecho de no tenerla cerca afectó en gran medida mi vida. Decidí refugiarme en el mundo de las fiestas y las salidas para no tener que pensar en la situación de casa. Los días y las noches se prolongaban mientras la casa se echaba encima de mí. Además, nuestra relación se fue enfriando poco a poco y apenas quedaba rastro de ella. Me dolía que mi madre no tuviera la confianza necesaria para hablar conmigo sobre el tema, sino que se centrara solamente en su trabajo. En el fondo sabía que mi madre era incapaz de permanecer en casa debido al vacío que sentía y porque veía la imagen de mi padre reflejada en mí. Mis esfuerzos por intentar construir de nuevo una relación estable y de confianza fueron en vano pues mi madre aún no estaba preparada para admitir la nueva realidad. Asimismo, me pidió perdón por su comportamiento y me prometió que iba a intentarlo por mí.
Durante aquel período forjó un gran vínculo con mis amigas, Elena e Isabel, las gemelas. Las conocía desde segundo de primaria ya que coincidimos en la extraescolar de natación. A pesar de ello, sentí que era la primera vez que las conocía de verdad. Cuando llegaba del colegio mi madre no estaba en casa. Por ello, iba a la casa de mis migas que estaba al lado de la mía. Su madre, Ana me caía genial y me cuidaba como a una hija más. A partir de ese momento su casa se convirtió en mi casa. Aquellas tardes llenaban mi alma de alegría y amor. Las gemelas siempre estaban muy pendientes de mí. Gracias a ellas, puede hacer frente a la soledad que sentía. Me regalaron un hogar y una familia al que podía acudir, se convirtieron en mi soporte de vida. Las adoraba y las quería con locura. No sé qué hubiera hecho sin mis amigas, seguramente habría acabado fatal.
No obstante, el destino nos deparaba sorpresas gratificantes, como la invasión de un intruso denominado Fernando. Recientemente, Flor, mi madre había empezado a trabar en un estudio de arquitectura denominada BAYW (Build it as you wish), el cual estaba dirigido por Fernando Gómez. Debido a los incontables viajes, charlas, conferencias... el trabajo dio lugar al surgimiento del amor entre mi madre y su jefe. Estos empezaron a salir y finalmente se casaron en el 13 de julio. Tuvieron una boda preciosa y emotiva que me llegó al alma. Asimismo, estaba contenta dado que mi madre podría rehacer su vida teniendo a su lado un gran hombre como él. Por consiguiente, mi madre y yo comenzamos a retomar nuestra relación. Para alcanzar nuestra amistad tuvimos que llora y expresar todo aquello que habíamos ocultado. Estaba agradecida a Fernando dado que había permitido que mi madre pudiese ausentarse varios días para que pasara más tiempo conmigo. Tener de vuelta a mi madre me animó y estaba muy feliz. La había echado mucho de menos.
-Rocío cuando puedas ven a la cocina que tengo algo importante que contarte- dijo mientras preparaba el café y té. Tras ello, se sentó en la silla indicándome que me acercara.
Intuí que mi madre iba a tratar un asunto delicado relacionado con la mudanza, ya que mis padres no cesaban de visitar casas. Asimismo, sentí que aquella decisión podría haber sido obra de Fernando.
-Te preparado té con cookies recién sacadas del horno. Como ya sabrás Fernando y yo no hemos parado de buscar casas porque está cada vez más deteriorada y no cabemos los tres, es decir, está vieja y es pequeña. Nos hemos recorrido toda Majadahonda y no nos ha gustado ninguna casa, pero hemos encontrado un dúplex en Pozuelo que es espaciosa, grande y moderna. Sé que preferías quedarte por la zona por las amigas y las salidas. Bueno eso es lob que hay, tendrás que adaptarte a los cambios. En principio nos íbamos a mudar la semana que viene, pero no nos acordamos de que teníamos que viajar por motivos del trabajo. Así que el único día disponible para mudarnos es mañana porque solo nos ofrecían esas dos fechas – anunció mientras se tocaba sus cabellos oscuros como el azabache implorándome con aquellos ojos esmeralda que me tomara la noticia de buen grado.
Aquel gesto me indicaba que estaba nerviosa y esperaba ansiosa mi respuesta. Aunque me parecía bien que quisiera buscar una nueva casa, pero por qué teníamos que irnos hasta e quinto pino. Podríamos habernos quedado aquí que se estaba de maravilla. Tanto alboroto para nada... Pues qué se esperaba, que tragara con ello y que lo aceptara tan contenta sin decir ni una palabra.
-Sabías que nos íbamos a mudarnos mañana y decides contármelo el día de antes. ¡Me parce muy fuerte¡ No me gusta nada la idea de mudarme y mucho menos a un sitio tan lejos. Vas a alejarme de todo lo que me importa. Dime qué haré a la hora de salir porque tendré que moverme en bus contantemente y encima no podré pasar tanto tiempo con mis amigas. Que decisión más injusta y egoísta. Seguro que la idea de movernos ha sido de Fernando... Mamá que mi vida está aquí y no en Pozuelo- grité furiosa para que se enterara que no estaba de acuerdo con su decisión. – Al menos dime que voy a seguir yendo al colegio de siempre (Las Hermanas de Cristo).
-Rocío por qué no intentas ponerte en mi situación en vez de quejarte tanto. Para mí también es duro mudarme, pero es lo que hay así que ajo y agua. No vuelvas a contestarme de esta forma de nuevo. Me duele decírtelo, pero te vamos a cambiar de colegio porque la nueva casa está más cerca de la escuela Sky. Sino tendrías que coger un bus todos los días y que tarda casi una hora en llegar al colegio.
Hice una mueca y puse los morros. –Encima, lo que faltaba. Seguro que tampoco me lo has dicho antes para que no me quejara. ¡Qué lista eres! Pensaba tragarme lo de la mudanza, pero con esto sí que te has pasado y vasto. De verdad que no te entiendo.
Mi mundo comenzaba a desmoronarse poco a poco. Tendría que dejar atrás las memorias vividas en esta casa con mi padre. Él y yo solíamos jugar y leer libros en esta cocina y en ella mi madre me había amargado la tarde con sus dos noticias. Me dolía abandonar la casa porque era lo único que me mantenía anida a mi padre, él la había construido para nosotras. Ahora mi madre la estaba rechazando por una nueva casa más lujosa. No le importaba mis sentimientos sino los bienes materiales y su posición social. Ellos solo querían tener más y más para demostrar a la gente lo bien nos iban los negocios y lo ricos que éramos... Lo único por lo que se preocupan es por su nueva casa y el prestigio del nuevo colegio. Menudos superficiales. Yo no quería una casa mejor ni un colegio de élite sino una vida tranquila en Majadahonda haciendo lo mismo de siempre. Me importaba un pimiento todo eso. Habían destrozado mis planes de futuro con mis amigos. Ya no podría pasar tanto tiempo sin ellos. No quería cambiarme de colegio porque allí estaba mi grupo de amigos. Conocía a mucha gente y me llevaba con todos, pero ahora no tenía nada... Me angustiaba pensar en el tema.
Antes de que pudiese a refugiarme en la guarida de mi habitación mi madre me cogió la mano y me abrazó fuertemente.
-Lo siento Rocío. Debía habértelo dicho antes, pero tenía miedo de que reaccionaras como lo estás haciendo ahora. Si te lo hubiera contado me habrías animado a quedarme aquí y no nos hubiéramos mudado a Pozuelo. Decidí que debíamos mudarnos de casa para empezar de cero con Fernando. Todo lo que hay aquí me recuerda a tu padre y me duele porque aún no lo tengo completamente superado... Aún le sigo queriendo y le echo de menos porque ningún hombre podría reemplazarle. Cría que cambiando de aire podríamos quitarnos ese peso de encima y salir de esta situación. No te preocupes por las amigas porque en frente de la nueva casa tenemos la estación de tren y un bus que lleva directamente a Majadahonda. Así podrás quedar con tu grupo cuando quieras. Decidimos cambiarte de colegio porque es una de las mejores escuelas de España y enseñan con otros métodos. Estoy harta de que estudies todo como un papagayo y es hora de que te enseñen a estudiar de otra forma –susurró al mismo tiempo que me hacía caricias en la espalda.
-Sí, en parte te entiendo, pero no comprendo por qué me has decidido contarme todo de golpe. Podías haberme informado poca poco. Me parece que todo va muy rápido y no me veo preparada para comenzar de nuevo. Me fastidia que tengamos que dejar nuestra casa, nuestra vida, nuestros amigos, etc – afirmé refunfuñando con un mal gesto.
Podía sentir sus nervios traspasando mi propio cuerpo y sus dudas sobre nuestro futuro. En ocasiones agradecía aquel don que poseía, el de sentir las emociones de los demás con gran claridad como si fueran los míos. A través de ello detectaba los miedos, las incertidumbres... del prójimo. Como consecuencia, algunas personas se alejan por miedo mientras que otras se hacían más cercanas por curiosidad.
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La Reina Del Ajedrez.
RomanceQué sucede si tu mundo se desmorona por las circunstancias de la vida... Si te ves obligada a mudarte a una nueva casa y empezar de cero en otro colegio dejando atrás tu vida, tus recuerdos, tu infancia... Rocío debe debe abandonarlo todo y adentr...