Capítulo 3;18

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"El tiempo..., el tiempo no lo cura todo. El tiempo calmo, suaviza y redondea los bordes más punzantes, pero no hace que desaparezcan." —Todo lo que somos juntos.


Capítulo 3;18


Anoche habíamos llegado con Taehyung demasiado agotados, tal vez porque se nos hicieron eternas las horas mientras yo sostenía un pincel sin saber que hacer o porque nos dedicamos a hacer el amor encima de mi escritorio a cada momento. No sabría decir cuál de las dos cosas era motivo para que nuestros cuerpos estuviesen tan tensos a la mañana siguiente. Todavía podía recordar sus manos tomando mi cadera para impulsarse dentro de mí, tan brusco como solo él podía ser, pero a la vez tan tierno temiendo de que pudiese romperme. Era curioso cómo podía manifestarse de esa forma cuando hacíamos el amor y como aquello provocaba que mis manos picasen por trazar en un lienzo lo que sentía antes y después de aquel acto.

Que cómico saber que alguien va a admirar y comprar una de mis pinturas siendo que fue producto de la lujuria.

La noche pasada habíamos llegado tan tarde que caminamos en puntillas hacia el dormitorio y caímos rendidos en la cama luego de quitarnos la ropa como si fuese lo único que necesitáramos en la vida, y siendo sincera en ese momento lo era. Quería descansar, levantarme tarde y seguir teniendo el suficiente sueño como para volver a dormirme una vez más, pero no podía.

—¡Mamá! —escuché su voz detrás de la puerta— Quiero entrar, ¿debo taparme los ojos?

Me queje en un susurro poniendo mi cabeza debajo de la almohada y grite que no me llamará de esa forma. Desde que llegaron al mundo los trillizos Hoseok se vio en la necesidad de recordarme cada día que soy una mujer adulta a la cual se le reconoce no solo por ser artista, sino también por ser madre.

—No puedo evitarlo —se escuchó como respuesta a mis quejidos—, es divertido verte enojar.

También por esa razón.

Abrió un poco la puerta y hablo: —Solo pasaba para decirte que me llevaré a los niños al parque para que descansen un rato más —oh, eso fue considerado—. Se les nota en el cuerpo que tuvieron una noche intensa.

Por su tono de voz supuse lo que estaba pensando y no soy quien, para negarlo, al final de cuentas si había pasado lo que él pensaba.

Se escuchó la puerta cerrarse luego de las ruedas del coche y las risas de Ryuk y sus hermanos. Sonreí al sentirlos tan cerca y saber que estaban a nada de divertirse, pero que seguían siendo míos y yo su favorita; Recuerdo que hace unos días mis bebes estaban sentados en la cama y yo con ellos a un lado, Taehyung llego y se puso al lado contrario de la misma posición para verlos, pero no hizo más de intentar abrazarlos y los pequeños se alejaron entre risas para abrazarme a mí, y yo como la mujer adulta que soy le mostré la lengua burlándome.

"Sumamente adulta".

Ya perdí la cuenta de cuantas veces te he dicho que cierres el pico.

—¿Estás feliz? —la pregunta somnolienta de Taehyung me hizo asomar la cabeza para verle.

Su brazo tapaba parte de su rostro, tenía el cabello desordenado y sus labios ligeramente abiertos. A pesar de que ya había muchos amaneceres despertando juntos, verlo por la mañana al despertar era una de mis cosas favoritas del día. Ese cuerpo desnudo bajo las sábanas, su voz más ronca de lo que normalmente es, sus párpados ligeramente abiertos, su sonrisa... Todo de él me hacía sentirme amada y con mucha suerte.

Después de todo lo que pasamos, de lo que él y yo hicimos mal en el pasado, sentía que todo al fin estaba saliendo bien y no había necesidad de estar alerta esta vez. Todo lo malo ya pasó y ahora toca vivir lo que nos queda de vida, aprovechar a las personas que están cerca de nosotros, sentir lo que es recuperarse de un corazón roto, cometer locuras, hacer de todo como si tus diecisiete años fuesen eternos y estuvieses a nada de conocer a tu niñero; la persona que te cuidará, te sacará de quicio y al mismo tiempo se encargará de hacer dos cosas: la primera, enamorarte, y, por último: romperte el corazón.

Mi Lindo Niñero | K;thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora