Fiddlesticks parte 4

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Un poco más allá del matorral, una vorágine de cuervos volaba alrededor de una figura en el borde del campo. El tosco espantapájaros estaba de pie con los brazos extendidos, abrazando el violento caos de la tormenta. Su boca era una sonrisa desgarrada y dentada. Todo a su alrededor era un caos: las caras se abrían para revelar redes de tendones y dientes, mientras los cuervos destrozaban las gargantas.

El espantapájaros se volvió bruscamente y miró directamente a Niram. Sus ojos ardían con salvaje fuego verde. Aterrorizado, Niram se puso en pie, corriendo por el matorral y en el campo desnudo en un loco sprint. La criatura lo siguió, corriendo detrás de él sobre sus altas piernas de madera con una velocidad antinatural. El hedor a heno podrido se enredó en la garganta de Niram mientras huía.

Niram miró hacia atrás y se horrorizó al ver que el espantapájaros se ponía al día. Cortó las piernas de Niram debajo de él antes de llegar a la primera paca de heno. Ciego de miedo, Niram gritó mientras caía en una maraña de extremidades. Con el corazón palpitando en su garganta, trató de levantarse, pero sus piernas arruinadas se derrumbaron debajo de él. Se arrastró sobre sus manos y rodillas, desesperado por escapar de la criatura de pesadilla detrás de él. Pero el espantapájaros pisó su espalda y lo inmovilizó contra el suelo.

El monstruo se inclinó y tiró de la cabeza de Niram hacia atrás para cortarle el cuello, como si estuviera matando a un cerdo para una fiesta. El terror frío abrumaba a Niram cuando el espantapájaros se alzó sobre él, inclinándose para que sus caras estuvieran a centímetros de distancia. Bile llenó su boca, y se amordazó con el hedor rancio de un alma corrupta.

"Cruzaste mi campo" dijo el espantapájaros, su voz amortiguada como si hablara a través de una bocanada de tierra húmeda. "Y todo lo que crece aquí es mío".

El asesinato de cuervos envolvió a Niram, las garras descubiertas y los picos de par en par.

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